La historia sigue y no deja de escribirse. Los años pasan y los culpables de algunos delitos más grandes contra el Estado siguen ahí, libres y no donde deberían de estar: tras las rejas o, por lo menos, con un reconocimiento público de su culpabilidad. Cuando debieron haber sido juzgados, un error de criterio del SII evitó que se cumpliera una verdad hoy obvia: la culpabilidad de la familia de Augusto Pinochet en el Caso Riggs.
La familia de Augusto Pinochet en pleno, su señora, sus hijos, sus nueras y yernos y, maliciosamente involucrados, algunos nietos. Han salido indemnes de toda culpabilidad frente al inmenso desfalco que significaron las platas desviadas a las cuentas privadas en el denominado «Caso Riggs». Da la impresión que la justicia no es la misma para todos y que la «ceguera judicial» es aprovechada por los poderosos.
Bien lo dijo Benedicto Castillo, autor de El gran comisionista,»Pinochet mandó a robar a sus secretarios personales para así desviar dineros a sus cientos de cuentas en los Estados Unidos». Esa fue la forma en que el dictador se dio por pagado su servicio libertario a la Nación. Con más de 20 millones de dólares libres de impuestos.
El presente te condena
Seis militares acaban de ser condenados en primera instancia por haber desviado dineros públicos a cuentas particulares de Augusto Pinochet y de algunos de sus familiares directos. Los cargos fueron los de «malversación de fondos públicos y estafa». Pero, ¿y la familia de Pinochet, cuándo se demostrará qué responsabilidad les compete a ellos en este caso.
La familia del dictador debería de haber sido encontrada culpable de fraude al fisco, pues según Benedicto Castillo «deberían de haber declarado vía formulario 22 o formulario 29 todas sus compras, pero no lo hicieron. Nunca declararon sus compras, y si no hubiera sido por el aparato de inteligencia norteamericano nunca se habría sabido».
«Con todos los datos entregados por la investigación estadounidense, se podría haber llevado fácilmente una demanda contra la familia Pinochet. Pero ni el SII, ni el Consejo de Defensa del Estado, ni las distintas policías fueron lo suficientemente suspicaces como para atar los cabos sueltos. Hoy en día estamos viviendo las culpas del pasado», dijo Castillo.
La mirada de los principales involucrados
Los familiares de detenidos desaparecidos tienen la película muy clara. Como colectividad afirmaron que «esperamos que la justicia llegue algún día. No basta con todo lo que el dictador cometió, sino que también tenemos que vivir con la seguridad de que su familia también engaño al Estado». Para ellos el dolor no ha desaparecido, y cuando esta semana se enteraron de la culpabilidad de estos seis militares, algo de esperanza apareció en sus corazones.
«Hemos sufrido mucho durante mucho tiempo, y la constatación de que la familia de Augusto Pinochet estafó al estado chileno no declarando dinero, mintiendo descaradamente, saboteando las investigaciones y a partir de sus lazos pudieron no ir a la cárcel. Ellos deberían de haber sido acusados de lo mismo que fueron inculpados esos seis militares».
Fuente: Cambio 21