La senadora por Magallanes, Carolina Goic (DC), miembro de la Comisión de Trabajo, reafirmó que la Agenda Laboral busca generar mayor equidad. Agregó que que no le extrañan las críticas que intensificaron los empresarios en la última semana: “En materia laboral quienes lo hacen bien no tienen mayor temor, no se complican o no son los que aparecen como críticos a este tipo de reformas”.
Durante esta semana se intensificaron las críticas contra la Reforma Laboral. A sólo días de que ingrese en el Congreso, Herman Von Mühlenbrock, presidente de la SOFOFA advirtió que los cambios en la legislación tendrían efectos negativos en el empleo. Andrés Santa Cruz, presidente de la CPC, por su parte acusó que el gobierno no ha escuchado sus propuestas.
La senadora Carolina Goic, miembro de la Comisión del Trabajo, señaló que este tipo de declaraciones “no es algo que extrañe”. Desde su oficina en el ex Congreso, recuerda que lo mismo sucedió con la extensión del posnatal:
“Al principio decían que iba a ser lapidario para las mujeres, que no iban a contratar mujeres, que lo que estábamos haciendo era un flaco favor, y al contrario. La experiencia nos demostró que lo que hacía era sincerar las relaciones al interior de la empresa. Eso ha permitido incluso la incorporación de más mujeres en el mercado del trabajo”.
– Esta semana el sector empresarial comenzó una gran campaña para criticar la reforma, a través de la SOFOFA y la CPC.
Algo pasó, ¿cierto? Yo creo que eso tiene que ver con reafirmar, por parte de la Presidenta y de la ministra, que el 29 se presenta el texto. Y eso da inicio a una nueva etapa que es la discusión legislativa. Y probablemente eso lo que ha hecho es más bien aumentar el nerviosismo de quienes se han manifestado en distintos momentos en contra de las reformas laborales que sean pro trabajadores. O pro equidad yo diría más bien, por una mejor distribución de la riqueza. Y eso no es algo que extrañe.
– ¿En qué sentido?
Yo recuerdo cuando nos tocó discutir la extensión del posnatal, en un proyecto que hoy día todos dicen que es una maravilla, que en general ha tenido buenos resultados. Pero acuérdate cómo al principio decían que iba a ser lapidario para las mujeres, que no iban a contratar mujeres, que lo que estábamos haciendo era un flaco favor, y al contrario. La experiencia nos demostró que lo que hacía era sincerar las relaciones al interior de la empresa.
Eso ha permitido incluso la incorporación de más mujeres en el mercado del trabajo, que es un tema donde hemos tenido siempre un déficit como país. Y es un proyecto que además le ha hecho bien a las trabajadoras a sus hijos, a la familia. Entonces a mí no me extraña.
No le tengo ningún temor a esta suerte de amenazas de parte de los gremios empresariales en términos de lo que pueda significar la Reforma Laboral. Más bien yo les diría a ellos que son co-responsables de cómo se favorece el diálogo al interior de la empresa, entendiendo que sin trabajadores finalmente la empresa no existe. No es posible ni productividad, ni crecimiento, ni generación de riqueza. Y que por lo tanto tienen que ser parte del proceso también en las discusiones y en las negociaciones que sean respecto de su remuneración o sus condiciones laborales en general. Esta es una reforma que ha sido postergada por mucho tiempo.
– ¿Por qué?
Me ha tocado por hartos años estar en la Comisión de Trabajo y hemos presentado una y otra vez iniciativas, y no hemos podido continuar su trámite porque son materias donde el Ejecutivo tiene iniciativas. Cualquier modificación al procedimiento de negociación colectiva nuestra Constitución dice que tiene que ser presentado por el Ejecutivo, por la Presidenta en este caso.
Entonces valoro mucho eso y me gustaría que ojalá lo viéramos más como una oportunidad, porque creo que finalmente es eso para el país. Incluso para el mundo empresarial. En la medida que tú tienes a los trabajadores organizados, vas a tener en procesos mucho más simple la posibilidad de ampliar las materias de negociación, que es algo que siempre se ha buscado. Pero eso no se puede dar por imposición unilateral, que finalmente es lo que se hace muchas veces con prácticas antisindicales.
El catálogo de prácticas antisindicales es amplio, pero no es casual que en nuestro país tengamos el bajo porcentaje de sindicalización que existe y eso es algo que no es precisamente un orgullo para Chile.
– ¿Por qué se dan ahora estas voces si la ministra y parlamentarios de la Nueva Mayoría han destacado el trabajo prelegislativo que se ha hecho con esta reforma?
Sí, lo primero es valorar el proceso que ha encabezado la ministra Javiera Blanco. Yo creo que ella ahí ha sido capaz de escuchar a todos. Y creo que ha tenido un muy buen desempeño en el tratamiento de otros temas laborales. Ha sido un año super productivo en ese sentido, son diez leyes laborales, me tocó participar en seis de ellas como autora de mociones. Creo que la capacidad también de ella de respaldar el trabajo del parlamento es algo que uno valora mucho. Este es un trabajo en conjunto. Hemos mejorado las condiciones de las trabajadoras de casa particular, para manipuladoras de alimentos, el tema portuario, temas complejos donde hoy día existen soluciones concretas.
– ¿Por qué ese diálogo no ha convencido a los empresarios?
Esos procesos de diálogo prelegislativo no son para que una parte imponga su postura, que parece que es lo que algunos empresarios esperaban y que hoy día están reclamando. Es para escuchar, sin duda, para el enriquecimiento de un proyecto, pero que tiene una línea definida a priori. Este es un proyecto que busca ponernos al día en la capacidad de negociación colectiva de los trabajadores. Porque esa es la parte en que hoy día tenemos que elevar el estándar, no es de la otra parte.
Hoy día uno ve muchos procesos de huelga que no son más que un proceso de desgaste para los trabajadores y que terminan debilitando al sindicato. Y por eso los contenidos de esta reforma. Eso está definido desde el principio. Y podemos discutir y alimentar la propuesta original que está en el programa de gobierno de la Nueva Mayoría, pero no hacer una cosa distinta. Entonces el que cree que está invitado para cambiar lo que hicimos en su momento, lo que comprometimos a la ciudadanía, está un poco equivocado.
– El gobierno ha recalcado que esta reforma, a diferencia de las otras, genera unidad. Pero los empresarios dijeron que esa idea es falsa, que no genera consenso.
O sea, aquí quienes han cuestionado el que esto efectivamente sea algo que la gente va a valorar son quienes habitualmente ante reformas laborales se han visto “amenazados”. En el fondo aquí está el no entender que al interior de la empresa tú tienes que repartir el poder entre las partes que son relevantes.
Yo creo que efectivamente esta reforma es la cuarta reforma del gobierno de Bachelet. Y permite en el corto plazo también mostrar resultados concretos en términos de nuestro compromiso de avanzar en enfrentar la desigualdad social. Porque va en algo que beneficia directamente a los trabajadores, que es finalmente el reajuste de su remuneración, o en la medida que puedas pactar otras cosas, desde la distribución de tu jornada, u otros beneficios.
Hay muchos otros aspectos donde uno dice ojalá también puedan ser discutidos y dialogados, y que puedan mejorar sustantivamente las condiciones en que están los trabajadores y trabajadoras al interior de la empresa. Yo creo que esta reforma lo que tiene es que permite impacto directo, que además pasa no por lo que hace el Gobierno sino por lo que hacen los trabajadores. Y en eso sin duda que empodera a los ciudadanos en algo tan cotidiano como el lugar donde te desempeñas y la remuneración que recibes por eso. A diferencia de lo que pasa con la Reforma Educacional donde probablemente los resultados no los vamos a ver ahora, sino que son más a mediano plazo.
– ¿Cómo ve el rol de la oposición que, aprovechando el clima de desaceleración, ha logrado mayor fuerza contra las reformas y el Gobierno?
Lo que yo he visto es una oposición que lo que busca es confundir a la ciudadanía, que ha tergiversado el contenido de las reformas, que ha generado amenazas sin fundamentos. Más que una oposición que es capaz de hacer propuesta desde su forma de ver el país, desde su propia ideología.
En el tema educacional llamaba la atención en los debates cómo una y otra vez en el discurso señalaban que buscaba terminar con la educación particular subvencionada, y eso es falso. Y lo hemos dicho una y otra vez. Y me parece que ya es majadería seguir insistiendo en que es una reforma que busca eso, porque no es así.
Es más, nivela en términos de financiamiento con la subvención con aportes públicos para que no sea un motivo de discriminación con la familia el que tengas recursos para el copago. Entonces esa es una oposición que la mejor definición es que busca confundir a la ciudadanía y tergiversar. Que además en algunos de sus representantes, me parece que no han estado a la altura del debate.
– ¿Por qué?
Creo que los ataques a la Presidenta, en los términos que han usado, dejan mucho que desear en lo que uno busca como altura de miras en un debate democrático. Donde podemos tener diferencias y eso es parte de la esencia de la democracia, pero uno siempre tiene que mantener altura de miras y un comportamiento que sea consistente. Y desde algunos videos que hemos visto como forma de propaganda, a uno le gustaría que esa energía esté volcada a la capacidad de propuesta.
– ¿Cuál va a ser el rol y la postura de la Democracia Cristiana con esta reforma?
En eso siempre recuerdo que somos parte de este Gobierno, que compartimos el Programa y compartimos el contenido de fondo de cada una de las propuestas. Que podemos discutir mecanismos y en parte ha sido eso lo que ha sucedido tanto en la Reforma Tributaria como en la Reforma Educacional. Y señalar el total respaldo de la Democracia Cristiana como partido a la Reforma Laboral.
Hemos estado trabajando en una comisión político-técnica con harto entusiasmo, que de alguna manera lo que busca es también apoyar el trabajo parlamentario una vez que se presente el texto. Y lo que yo he escuchado ahí es la satisfacción de que efectivamente avancemos en esta discusión como país. La Democracia Cristiana es un partido que en su origen reafirmaba el derecho a la sindicalización campesina y al poder que tienen las personas y su capacidad de organizarse, que era la ley de junta de vecinos, el inicio de los centros de madres.
Que era reconocer en las personas y las personas en comunidad, organizadas, su poder para cambiar y mejorar su calidad de vida. Eso es parte de la esencia de la Democracia Cristiana. Es un partido que ha estado al lado de los trabajadores.
– ¿Cómo espera que sea el trabajo con oposición?
En particular con RN hemos tenido siempre una buena relación. En varios proyectos laborales hemos trabajado en conjunto. Yo tengo muy buena opinión de los integrantes de oposición en la Comisión de Trabajo del Senado, hemos sacado adelante iniciativas relevantes poniéndonos de acuerdo.
Así que yo espero que sea ese el espíritu que prime, más que estos fantasmas catastrofistas que lo único que buscan es evitar que avancemos, y que efectivamente podamos poner el foco en cómo hacemos una buena legislación que sirva a mejores relaciones laborales, que fortalezca el empleo, pero el empleo de calidad.
Y poner frenos a situaciones de abuso que efectivamente hoy día se dan. Reconociendo que hay empleadores que lo hacen muy bien, sin generalizar. Pero siempre en materia laboral quienes lo hacen bien no tienen mayor temor, no se complican o no son los que aparecen como críticos a este tipo de reformas.
Fuente: The Clinic