Hoy en día, en el mundo contemporáneo la palabra Ayahuasca es bastante popular y conocida, aún cuando comparativamente son muy pocas las personas que la han consumido o experimentado en alguna de sus formas. Para poder comprender bien de que se trata cuando hablamos de Ayahuasca, necesariamente debemos retrotraernos en el tiempo y procurar comprender un poco acerca de sus orígenes.
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Hoy en día, en el mundo contemporáneo la palabra Ayahuasca es bastante popular y conocida, aún cuando comparativamente son muy pocas las personas que la han consumido o experimentado en alguna de sus formas. Para poder comprender bien de que se trata cuando hablamos de Ayahuasca, necesariamente debemos retrotraernos en el tiempo y procurar comprender un poco acerca de sus orígenes.
Lo que ciertamente no es nada de fácil, ya que su historia y su utilización está íntimamente ligada a una inmensidad de diferentes y dispares tribus de las cuencas y regiones amazónicas, muy disímiles y distantes entre si, tanto en lenguajes, dialectos, culturas, tradiciones, topografías, etc. y desde luego, siempre se encuentra envuelta en misterios, mitos, leyendas y alegorías que el hombre moderno difícilmente esta capacitado para comprender. Lo que si podemos estar seguros, es de la gran y vital importancia que ha tenido y aún sigue teniendo en la vida y la cultura de dichos etnias y pueblos, su uso ancestral, ritual, medicinal y chamánico.
No podemos dejar de lado, el comprender que la adaptación, el entendimiento, la integración y la interacción de cualquiera de dichas tribus y antiguas razas, para con la madre naturaleza y todos sus diferentes reinos, constituyen algo muy distante y diferente y lo que quizás está a años luz simbólicamente hablando, de cualquier concepto que podamos tener de ello, las sociedades mas modernas y sofisticadas.
Para dichas culturas, la naturaleza era algo así como una infinita botica Divina y una gran madre proveedora, la que a través de cientos y miles de años llegaron a comprender, experimentar y asimilar en forma tan extraordinaria y completa. Y bueno, es de ahí precisamente, desde donde proviene este inmenso conocimiento arcano y misterioso de la Ciencia de la Madre Ayahuasca, como así mismo también el de muchas otras plantas, vegetales y minerales y sus diferentes y variados usos.
En términos generales podríamos decir que ellos consideraban a estas plantas, como Plantas Maestras, pues del correcto y apropiado uso ritual de estas, se derivaban muchos conocimientos tales como la cura y el correcto tratamiento de infinidad de enfermedades y dolencias, la comprensión de los ciclos naturales, la búsqueda de la caza, la organización social, el entendimiento y la comprensión de mitos y leyendas ancestrales, el entrenamiento y la práctica chamánica, la obtención o percepción de conocimientos esotéricos o metafísicos, entre otras muchas cosas.
Y naturalmente, este conocimiento estaba en manos de quienes realmente estaban rigurosamente preparados y apropiadamente entrenados para ello, y que cumplían entre otras labores, la de doctores o médicos de las comunidades a las que pertenecían y servían.
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No fue sino hasta mediados del siglo 19, primero a través de Richard Spruce, y luego a mediados del siglo 20, a través de Richard Evans Schultes, aquellos grandes e increíbles y épicos aventureros, pioneros de la etnobotánica mundial, y amantes del mundo amazónico, que el mundo occidental supo acerca de la existencia de la Ayahuasca. La que posteriormente, poco a poco y en forma paulatina fue encontrando y abriendo un nuevo derrotero en la vida de las sociedades mas modernas. Por lo tanto, a ellos y a otros tantos que siguieron sus huellas y sus pasos, nuestro eterno agradecimiento.
Y así es, que la medicina de la Ayahuasca paulatinamente fue saliendo de sus contornos y dominios propios en la selva y empezó a visitar ciudades, países, comunidades, y ya forma parte de un conocimiento colectivo y en una alternativa válida en lo que se refiere a los procesos de curación y sanación tanto en los niveles físicos, psicológicos, mentales y espirituales, en diversos círculos sociales de diversos rangos y particularidades, y en variados campos, tales como la química, la medicina, la física, la psicología, la antropología, y la espiritualidad, entre otros.
Hoy por hoy, podemos encontrar mucha información, principalmente a través de internet, foros, libros, documentales, películas etc. las que en su gran mayoría provienen de personas o autores que raramente son verdaderos conocedores de esta Ciencia Ancestral, ya que los que realmente saben del tema, raramente o quizás nunca han escrito libros o bien, escasamente han tenido participación en la elaboración y difusión de dichas publicaciones. Por lo tanto, es muy común que haya mucha confusión, subjetividad, compresión incompleta o parcial y también desgraciadamente mucha falsedad, en cuanto a los alcances y las esferas en las que esta medicina puede actuar.
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Para entrar ya en el campo propiamente terapéutico de la Ayahuasca, necesariamente hay que entrar en el mundo metafísico o espiritual y poder abrir la mente al concepto que de ella tenían los pueblos antiguos, para quienes esta Sagrada Medicina estaba imbuida de un poderoso espíritu que iba mucho mas allá que el mero brebaje de la planta, la que naturalmente, y de por si, también tiene un altísimo y potente poder medicinal en si misma.
Para ellos, cada planta tiene un espíritu, y específicamente la Madre Ayahuasca es una suerte de planta Madre, o planta Reina si se quiere; y que cuando se ingiere en un ritual con las prescripciones correspondientes se transforma en un verdadero puente entre el mundo físico y el mundo espiritual o sobrenatural, y que por lo tanto, la leyes que ahí operan y rigen, van bastante mas allá que las en estos casos ciertamente mas limitadas y acotadas leyes del mundo físico.
Por lo tanto, y desde esa perspectiva, cuando se ingiere el Ayahuasca, se produce una expansión de la conciencia, lo que nos permite ver un mundo amplificado y multidimensional en que no solo se pueden tener interesantes visiones, sino que nuestra mirada se puede extender y expandir en muchas direcciones que están mucho mas allá de la realidad tridimensional, permitiéndonos trascender los conceptos de tiempo y espacio, y por ejemplo, llevarnos ver cosas como nuestro mundo subconsciente, y todo lo que hay ahí, y sus importantes implicancias, a ver aquellas realidades o dimensiones que regularmente nos están vedadas en la conciencia ordinaria, a encontrarnos con nuestros ancestros, o bien con seres que ya no están en el plano físico, a vislumbrar eventos futuros, o ver y comprender la raíz de nuestros problemas mas íntimos, a profundizar en la complejidad de nuestras relaciones, o también, a encontrarnos cara a cara con nuestras fuerzas y debilidades; solo por citar algunos pocos ejemplos.
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Así, también ocurre con los procesos de la curación y sanación, ya sea que estos ocurran en los niveles físicos, mentales, emocionales o espirituales, los que que por lo demás suelen estar relacionadas entre si, e ir muy de la mano. Y en las que se es asistido y protegido mágicamente por estos verdaderos doctores y guardianes de la selva, que son los espíritus de las plantas; los que conforman un mundo que danza, gira y se relaciona asombrosamente en sincronía con el son y la melodía de los ikaros, y los llamados e invocaciones que hace el verdadero maestro ayahuasquero.
Probablemente, esto puede parecer un poco difícil de entender para las mentes mas bien racionales, y educadas de acuerdo a normas, pautas o patrones estructurados en los convencionalismos de la vida moderna, pero no para aquellos que van un poco mas allá y no necesitan ver para creer, sino que mas bien primero creen, y luego, esto les permite ver con mayor profundidad.
Es muy importante, el precisar la importancia que tiene la persona que dirige un ceremonia de este tipo, vale decir el maestro ayahuasquero, y en quien recae mayoritariamente la responsabilidad del éxito de estos procesos y de la manera en que este maneja las innumerables energías que actúan y confluyen durante una ceremonia de este tipo.
Para ejemplificar esto podríamos hacer una alegoría con el bisturí, el cual en manos de un médico cirujano competente y experto, puede lograr operaciones extraordinarias y de altísimo nivel; el mismo bisturí en manos de un medico de calidad regular o inexperto puede ser inoficioso o incluso bastante peligroso para el paciente; y ni hablar del mismo bisturí en manos de una persona desequilibrada o trastornada, ya que esto puede producir efectos de alto riesgo y peligrosidad.
Entonces, tenemos que el bisturí es la herramienta o vehículo para ejercer la curación, pero que finalmente, no es el responsable por el buen o mal uso que podemos hacer de este instrumento. Similarmente, el Ayahuasca, es una energía muy poderosa, la que de por si es neutra, y si no la sabemos manejar con sabiduría, respeto y conocimiento, también puede llegar a a manifestarse como una fuerza muy peligrosa e incontrolable.
También podemos ver mucha confusión y exageraciones de todo tipo, en cuanto a todo lo que se dice en relación al poder medicinal de esta Sagrada Planta. Cualquier persona con un conocimiento mediano de lo que significan los complicados procesos y las dificultades que están implícitas en la curación de los diferentes aspectos del ser humano, sabe que esto es algo muy relativo y también muy particular, y que lo que le puede hacer muy bien a una persona no necesariamente se tiene que cumplir en otra.
Hay muchos factores, muchas causas, y naturalmente cada enfermedad tiene su correspondencia con diversos componentes de desequilibrios energéticos de distinta causa y naturaleza, aspectos kármicos personales, enseñanzas que debemos aprender. Y que en definitiva, la enfermedad en si mismo, también es un camino de curación y de evolución espiritual. Aquí es muy importante, el saber y hacer una buena comprensión del hecho de que precisamente y de acuerdo a las leyes espirituales, finalmente cada uno es responsable de si mismo, y debe poner mucho de su parte para lograr el éxito en su propia curación, y que sin verdadera autodisciplina, sin cambiar nuestras malos hábitos, ni nuestras malas costumbres, es muy difícil lograr una curación total o permanente, y que ese proceso, normalmente le lleva al ser humano, gran parte de la vida.
Circunstancias como la calidad, la pureza y la refinación de la medicina, el poder y la fuerza del curandero, tanto como las energías o las entidades con las que este trabaja, los cuidados previos y posteriores en cuanto a la dieta, la conciencia, la confianza o la fe, o bien la ausencia de las mismas en el practicante, y el buen uso del sentido común; también son factores y elementos muy importantes a considerar.
Con humildad puedo decir que me a tocado ver curaciones portentosas, de muy variada índole, increíbles progresos en la vida y la evolución de muchas personas y así también, haber visto a otras personas que han manifestado cambios y mejorías importantes, aun cuando no necesariamente radicales, y aún, desgraciadamente a personas que han empeorado bastante en diferentes niveles y formas, por el mal uso que le han dado a esta Sagrada Ciencia de la Naturaleza.
Otro factor muy importante a considerar, y que se a mencionado brevemente mas arriba, es con quien se bebe esta medicina. Siempre lo óptimo e ideal será hacerlo con personas que cuenten con una larga experiencia, con un buen entrenamiento a través de numerosas y serias dietas y ayunos con las plantas aliadas y afines. Y mejor aún, si estos conocimientos provienen de un buen linaje y tradición, vale decir que hayan aprendidos a través de buenos y competentes maestros, el que hayan cultivado en si mismos, buenas cualidades y atributos como la compasión, la verdad, la rectitud, el respeto, el amor al prójimo, y el gusto y el Amor por lo Divino.
De la misma manera, y en forma análoga, en lo posible el evitar hacerlo con aquellas personas que son de naturaleza arrogante, con tendencias egocéntricas, envidiosas, poco amigas de la verdad, oscurecidas por los celos, codiciosas, y otros atributos negativos de este tipo, las que por desgracia abundan en estos caminos….. vale decir, » Dime con quien andas, y te diré quien eres.»
Aquí es donde entra actuar la manifestación de la Ley Cósmica de Atracción y Correspondencia, que nos dice y nos enseña, que » lo similar atrae lo similar.»
Y esto es así, ya que el mundo astral tiene muchos niveles y posibilidades de afinidad, correspondencia y convergencia. Y entonces, con esta medicina podemos sondear e indagar en las misteriosas regiones del mundo interno, en los recuerdos recónditos de los espacios álmicos, en las regiones siderales de la sabia del espíritu, o en los altos dominios del Ser Esencial.
Pero, también ahí es donde debemos ser cuidadosos y precavidos, ya que que en el plano astral, y en el mundo invisible como mencionamos mas arriba, existen diversos y variados niveles y grados. Entre otros, los mas bajos, en los que abundan diablos, demonios y seres malvados y perversos, los planos intermedios, en los que moran y evolucionan muchos seres de diversos reinos de distintos condición y grado evolutivo, entre los que destacan las almas y los espíritus de quienes descansan de la experiencia en el cuerpo físico, y progresan en espera del tiempo de una nueva oportunidad de reencarnar, y naturalmente también los planos altos, sutiles y elevados, donde moran los Angeles, los Seres de Luz y los Dioses del alto cielo.
Madre Ayahuasca,
Curandera de la Selva
Medicina Blanca y Noble.
La Observación y la Contemplación se
Expanden en las Alturas del Ser.
El Espíritu Encarnado en la Serpiente,
Brilla en la Mirada, Brilla en el Corazón,
Brilla en el Cuerpo de la Hermosa Madre Curandera.
Que los espíritus de la selva, los Maestros tutelares, y los Reinos de Luz, bendigan a todos aquellos quienes que se acercan con curiosidad, respeto y reverencia a los jardines y los hermosos colores de la dulce y amorosa Madre Medicina.