En el marco del aniversario número 40 del golpe de Estado pinochetista, el “National Security Archive” recopiló diez documentos de invaluable importancia para entender el papel de Henry Kissinger en el quiebre de la democracia chilena. Los registros demuestran que Kissinger, como asesor de Seguridad Nacional y Secretario de Estados Unidos, fue el principal arquitecto de los planes para derrocar al presidente Salvador Allende y consolidar la dictadura de Augusto Pinochet.
Los documentos que se adjuntan a continuación incluyen transcripciones de conversaciones telefónicas que nunca fueron mostradas al comité especial del Senado encabezado por Frank Church a mediados de los setenta, y proveen detalles de los argumentos, decisiones y operaciones que Kissinger emprendió y supervisó desde sus cargos en el gobierno estadounidense.
En la primera conversación telefónica mantenida entre Kissinger y Nixon luego del golpe, el primero reconoce al presidente que Estados Unidos “ayudó” en su ejecución. Cuando Nixon se quejó sobre la “mierda liberal” que la prensa difundía sobre el derrocamiento de Allende, Kissinger le acosejó: “En la época de Eisenhower, habríamos sido héroes”.
Este registro en específico es publicado por primera vez en la nueva edición del libro de Peter Kornbluh, encargado del Departamento Chile del National Security Archive, “The Pinochet File: A Declassified Dossier on Atrocity and Accountability”, (The New Press, 2013).
Otras revelaciones presentes en los documentos que se adjuntan:
-El 12 de septiembre de 1970, sólo después de la elección de Allende, Kissinger inició una discusión telefónica con el director de la CIA, Richard Helms, sobre la realización de un golpe preventivo en Chile. «No dejaremos que Chile se vaya por el desagüe”, declaró. “Estoy contigo”, respondió Helms. Su conversación tomó lugar tres días antes de que el presidente Nixon, en una reunión de 15 minutos, ordenara a la CIA “hacer chillar la economía (chilena)”, nombrando a Kissinger como supervisor de las acciones encubiertas para impedir que Allende asumiera la presidencia. Ya que este registro no fue conocido por el Comité Church, el reporte del Senado asegura que los esfuerzos de desestabilización comenzaron recién el 15 de septiembre.
-Kissinger ignoró una recomendación de un alto representante del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), Viron Vaky, quien se mostró en contra de socavar a Allende con acciones encubiertas. El 14 de septiembre, Vaky escribió un memorándum a Kissinger argumentando que el complot de un golpe llevaría a una “violencia generalizada e incluso insurrección”. También señaló que semejante política era inmoral. “Lo que proponemos es una violación de nuestros propios principios… ¿Es Allende una amenaza mortal para Estados Unidos? Es difícil argumentar esto”.
-Despues de las acciones encubiertas estadounidenses, que llevaron al asesinato del comandante en Jefe del Ejército, general René Schneider, fracasaran en su afán de detener el nombramiento de Allende el 4 de noviembre de 1970, Kissinger presionó al presidente Nixon para rechazar una recomendación del Departamento de Estado para que Estados Unidos buscara una reconciliación con Allende.
En un documento secreto de ocho páginas que provee el razonamiento más claro de Kissinger sobre un cambio de régimen en Chile, éste enfatiza a Nixon que “la elección de Allende como presidente de Chile representa para nosotros uno de los desafíos más serios enfrentados jamás en este hemisferio”. No sólo existían mil millones de dólares de inversiones estadounidenses en juego, aseguró Kissinger, sino que un peligroso efecto de su elección democrática para otras naciones.
No había forma de que Estados Unidos negara la legitimidad de Allende, indicó Kissinger, y si éste tenía éxito en redistribuir los recursos de Chile por la vía del socialismo, otros países podrían seguirle. “El ejemplo de un gobierno marxista exitosamente elegido en Chile seguramente tendrá un impacto sobre – e incluso un valor precedente para – otras partes del mundo, especialmente Italia; la difusión imitativa de un fenómeno similar en otros lugares podría afectar significativamente el equilibrio del mundo y nuestra misma posición en él”.
Al día siguiente, Nixon dejó en claro a todo el Consejo de Seguridad Nacional que su política sería derribar a Allende. “Nuestra principal preocupación”, dijo, “es la posibilidad de que él pueda consolidarse”.
-Días después del golpe, Kissinger ignoró la preocupación de altos funcionarios del Departamento de Estado sobre la masiva represión ejercida por el nuevo régimen militar. Kissinger ordenó que el embajador manifestara a Pinochet sus deseos de “cooperar estrechamente y establecer una base firme para la relación más constructiva y cordial”. Cuando el subsecretario de Estado para asuntos inter-americanos le preguntó qué decir al Congreso sobre los reportes de cientos de personas asesinadas luego del golpe, Kissinger emitió las siguientes instrucciones: “Creo que debemos entender nuestra política de que por muy desagradable que actúen, este gobierno es mejor de lo que Allende hubiera sido para nosotros”. Estados Unidos ayudó al régimen de Pinochet a consolidarse a través de la asistencia económica y militar, apoyo diplomático y colaboración de la CIA en la creación de la infame policía secreta, DINA.
-En los albores de la represión pinochetista de 1975, el secretario Kissinger se reunió con el ministro chileno de Relaciones Exteriores, el almirante Patricio Carvajal. En vez de aprovechar la oportunidad para presionar al régimen de mejorar sus antecedentes sobre derechos humanos, Kissinger abrió la reunión menospreciando a su propio personal por poner el tema en la agenda.
-Cuando Kissinger se preparaba para reunirse con el general Augusto Pinochet en junio de 1976 en Santiago, su alto representante para América Latina, William D. Rogers, le aconsejó presionar al dictador para “mejorar las prácticas sobre derechos humanos” y convertirlo en un tema central de las relaciones chileno-estadounidenses. En su lugar, una transcripción desclasificada de la conversación revela que Kissinger le dijo a Pinochet que su régimen estaba siendo víctima de una “propaganda de izquierda” sobre los derechos humanos. “En Estados Unidos, como ya sabes, somos simpatizantes de lo que estás tratando de hacer aquí”, aseguró a Pinochet. “Queremos ayudar, no socavarte. Hiciste un gran servicio a Occidente al derrocar a Allende”.
Los documentos
DOCUMENTO 1: Conversación telefónica Helms – Kissinger, 12 de septiembre de 1970, 12:00 horas.
DOCUMENTO 2: Viron Vaky a Kissinger “Chile – Reunión del Comité 40”, lunes, 14 de septiembre de 1970.
DOCUMENTO 3: Notas manuscritas, Richard Helms, “Reuniéndose con el presidente”, 15 de septiembre de 1970.
DOCUMENTO 4: Casa Blanca, Kissinger, Memorándum para el Presidente, “Asunto. Reunión del NSC, 6 de Noviembre-Chile”, 5 de noviembre de 1970.
DOCUMENTO 5: Kissinger, Memorándum para el Presidente, “Programa de Acción Encubierta – Chile”, 25 de noviembre de 1970.
DOCUMENTO 6: Consejo de Seguridad Nacional, Memorándum, Jeanne W. Davis a Kissinger, “Minutas de la Reunión WSAG del 12 de septiembre de 2973”, 13 de septiembre de 1973.
DOCUMENTO 7: Conversación telefónica Kissinger – Nixon, 16 de septiembre de 1973, 11:50 horas.
DOCUMENTO 8: Departamento de Estado, Memorándum, “Reunión del Gabinete del Secretario, 1 de octubre de 1973: Resumen de decisiones”, 4 de octubre de 1973 (extracto).
DOCUMENTO 9: Departamento de Estado, Memorándum de Conversación, “Reunión del Secretario con el Ministro de Relaciones Exteriores Carvajal”, 29 de septiembre de 1975.
DOCUMENTO 10: Departamento de Estado, Memorándum de Conversación, “Relaciones Estados Unidos – Chile” (Kissinger – Pinochet), 8 de junio de 1976.