miércoles, mayo 8, 2024
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En el Mismo Lodo Todos Revolcados: Penta, la UDI y la Oligarquía Financiera

¿Por qué Penta y la UDI? Es natural que sea la UDI. Es una extensión de los grandes negocios, las privatizaciones y grupos configurados durante la dictadura y reforzados durante la transición. En el directorio de Penta podemos hallar junto a conspicuos miembros del partido, a  articuladores políticos de la más extrema derecha y a viejos estandartes del pinochetismo más duro. La lealtad con el modelo creado en la dictadura encuentra en la UDI a representantes destacados. En el sentido inverso, figuras consulares de la impantación del modelo neoliberal en Chile, tienen asientos asegurados, y elevadas remuneraciones, en las empresas del Grupo Penta.

 

Es así como las empresas Penta, holding fundado y controlado por Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, que maneja activos por más de 20 mil millones de dólares, tienen a  hombres clave de la derecha, como Alfredo Moreno Charme, exministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Piñera. Moreno, que es presidente de Empresas Penta, es también director en numerosas otras sociedades del holding, donde comparte sillones con Hernán Büchi, el exministro de Hacienda de Pinochet. Otros muy cercanos al grupo son el ex-senador Carlos Bombal, que estuvo en la presidencia de la AFP Cuprum, controlada por Penta, o Joaquín Lavín y Cristián Larroulet, ambos fundadores junto a Délano y Carlos Eugenio Lavín de la Universidad del Desarrollo (UDD).

Si este vínculo no es suficiente, el actual es aún más estrecho. Ernesto Silva, el presidente de la UDI, es sobrino directo de Délano, en tanto su padre, Ernesto Silva Bafalluy, fue también fundador de la UDD y presidente de la AFP Cuprum hasta su fallecimiento el 2011.  

Según afirma El Mostrador, el presidente de la UDI ha comentado que desde siempre Délano ha estado presente en su vida. “El timonel UDI nació en 1975 y desde 1976 su familia veraneó en Con Con en la casa que ahí tenían los Délano Méndez. Pero la amistad era anterior. Su padre y el presidente del grupo Penta se conocieron cuando el primero estudiaba en el Colegio Verbo Divino, y en algunas competencias deportivas se topaba con quien era parte de la selección de fútbol del Saint George”.

Estos vínculos entre la clase dominante se hunden en la historia chilena. Acuerdos políticos y de negocios tomados otrora en los salones del Club de la Unión y hoy en los campos de golf del barrio alto. Una manera de hacer las cosas que consideraba como un hecho de la naturaleza que la ley estuviera siempre de su lado.

Hasta ahora.

Basta recordar cómo se escandalizó  Andrés Velasco, el líder de Fuerza Pública favorecido por los dineros de Penta cuando llegó la PDI a buscar elementos inculpatorios a su casa. Tras el operativo policial, dijo “estar sorprendido”. Un columnista comentaba que esta clase social considera que los allanamientos se hacen en La Pintaba pero no en las casas de Las Condes.

Es bien posible que surjan más sorpresas entre la clase dominante. Porque el caso Penta no solo esconde una maniobra de evasión tributaria y financiamiento ilegal de campañas políticas. Es una expresión del poder de los grupos financieros ante todos los ámbitos de la vida política, social y económica.

Es por ello que no podemos separarlo de otros eventos de corrupción privada y pública que han venido arrastrando al despeñadero la reputación de las elites políticas y empresariales. Una misma hebra une la colusión de las farmacias con las repactaciones unilaterales de La Polar, la producción de cerdos y el cártel de los pollos, las zonas de sacrificio ambiental, los abusos en el sistema educacional privado con el mismo Transantiago.

Junto a este fenómeno, que ha llevado al sector privado y a la figura del empresario desde la imagen del innovador y motor de la economía de los años noventa del siglo pasado al ambicioso y despiadado abusador de la actualidad, está el descrédito de la política.

Aun cuando hasta el momento ambos fenómenos corrían de forma paralela, el caso Penta se ha encargado de exhibir su íntima y obscena relación. Aquellas zigzagueantes declaraciones y votaciones en la Cámara y el Senado que cambiaban de rumbo a las últimas horas, como la ley de medicamentos, la ley de Pesca, leyes mineras o la misma reforma tributaria cocinada entre cuatro paredes, quedan explicadas hoy en día con la investigación que realiza la Fiscalía sobre el ilegal financiamiento de los partidos.

Los políticos han dejado hace mucho de responderle al electorado. Le responden a la mano que les da de comer.

El vínculo entre negocios y política no puede haber llegado a un punto más bajo.

La investigación del caso Penta se empalma con el caso Cascadas, liderado por el ex yerno de Pinochet Julio Ponce Lerou por millonarias estafas en la bolsa de valores y con la reciente resolución del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia que sancionó por colusión al cartel de los productores de pollos.

En todas ellas y en muchas otras hay o ha habido un sesgo político. Si hemos mencionado los cargos en los directorios de empresas de los miembros y amigos de la UDI, hay numerosos otros cargos en grandes corporaciones que han ocupado antiguos y actuales miembros de la Concertación. No pocos hicieron carrera empresarial en transnacionales con medio cuerpo al interior de los partidos.

 Desde la NM intentan separar aguas de la UDI. Pero tienen tejado de vidrio. La ciudadanía ya tiene su veredicto hacia la clase política, visión bien constatada en numerosas encuestas de opinión y en no pocos sórdidos episodios.

El caso Penta demuestra que la política chilena está dirigida desde los centros de poder económico a través de sus representantes en el parlamento. Si esta es una forma de hacer política, no es una forma de democracia. Y algo similar ocurre con la economía y los negocios, todos amparados y favorecidos por leyes dictadas por sus representantes en el parlamentos.

Por ello ya no sorprende que el grupo Penta contratara para tapar este escándalo mayúsculo al conocido lobista y miembro del PS Enrique Correa y a la empresa de comunicaciones Extend, de las hijas del DC Belisario Velasco.

Durante el tráfago de la investigación otro conocido lobista, Eugenio Tironi, que también es sociólogo, delineó una figura que podría explicar lo inexplicable. ¿Qué pasa hoy con las oligarquías, antes intocables? Para Tironi, estamos en presencia de una rebelión de los mayordomos, de las amas de llaves.

Fiscales, policías, investigadores, supervisores, hasta los gerentes y administrativos de los oligarcas, usan estos momentos para desatar sus pequeñas y no tan pequeñas venganzas por viejas frustraciones. Hay un placer entre esas capas medias y en no pocos casos bastante altas, por ver humillados a los multimillonarios.  

¿Por qué lo hacen?

Basta ver la distribución del ingreso en Chile y su hiperconcentración, y basta ver cómo se están haciendo los negocios. La corrupción y el delito es la norma.

Este panorama desolador deja en evidencia un sistema político destruído. La solución, antes que sea demasiado tarde, es elaborar nuevas bases a partir de una Asamblea Constituyente.

Fuente: Clarín

Universidad del Desarrollo: el brazo académico de los protagonistas del Pentagate

Claudia Urquieta Ch.

La casa de estudios, cuyo principal controlador es el grupo Penta, se ha convertido en una empresa más de los inseparables Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, hoy en la mira del fiscal Gajardo. Por sus dependencias ha desfilado una serie de figuras gremialistas hoy involucradas en el mayor escándalo sobre dinero y política del que se tenga memoria.

“¡Me fue bien con Wagner!”, anunciaba en un correo electrónico el vicepresidente de proyectos mineros de Andes Iron, Pedro Ducci, al gerente general, Iván Garrido, para referirse a que el entonces subsecretario de Minería, Pablo Wagner, había aceptado dar una clase magistral para inaugurar, a fines de 2012, la nueva carrera de Ingeniería Civil en Minas de la Universidad del Desarrollo (UDD).

Los tres profesionales compartían más que el mundo de la minería: su vínculo con uno de los empresarios más influyentes del país, el ingeniero comercial Carlos Alberto Délano, hoy en el banquillo de los acusados por el Caso Penta.

Precisamente fue Délano quien realizó directamente la petición a su ex empleado, Pablo Wagner, para que realizara la charla en la Universidad del Desarrollo, donde el holding Penta –que dirige junto a Carlos Eugenio Lavín– es el mayor controlador del proyecto de educación superior.

El plantel, fundado en 1990 en Concepción, ha sido clave para el gremialismo, convirtiéndose en el centro neurálgico de la procesión de políticos, incluidos ministros, subsecretarios y parlamentarios, que han pasado por sus aulas como profesores, dando charlas y también ocupando altos cargos.

Por allí han desfilado varios de los parlamentarios en la mira del Pentagate. Tal es el caso de la senadora Ena von Baer, que hizo clases en la Facultad de Gobierno y luego dio diversas charlas, tanto en su calidad de vocera de Gobierno como de senadora. O el ex candidato presidencial Pablo Longueira, que participó en la “Semana de la Responsabilidad Pública” en 2014, junto al timonel de la UDI Ernesto Silva.

Y es que  los vínculos tejidos por Délano y Lavín con el corazón de la UDI no se han forjado solo a través de aportes a campañas –legales o ilegales, como ha develado la investigación del Pentagate– sino también a través de la casa de estudios, desde donde los inseparables Carlos han mezclado política, educación, negocios y proyectos personales. Todo bajo el sello de la UDI y el paradigma del libre mercado.

LA TRENZA PENTA UDD Y ANDES IRON

La charla que Pablo Wagner –sindicado por fuentes de la UDI como “el hombre de las platas” dentro del partido junto al fallecido Ernesto Silva Bafalluy, padre del actual timonel gremialista, Ernesto Silva Méndez– había acordado con Délano finalmente no se realizó, ya que el ingeniero comercial dejó el cargo gubernamental antes de que se concretara la apertura de la carrera.

Su participación se daba en el contexto de una alianza de Ingeniería en Minería de la UDD con el departamento de Minas de Queen’s University, de Canadá. Alianza que fue, según la declaración de Pedro Ducci ante al fiscal Gajardo, impulsada por el propio Délano, quien “aproximadamente en febrero o marzo de 2012 nos pide a Iván Garrido y a mí que le ayudemos a armar un programa de Ingeniería Civil en Minas y geología en la UDD”.

La iniciativa fue revisada y aprobada directamente por el “Choclo”, quien un año antes había entrado al negocio minero a través de Andes Iron y su proyecto Dominga.

Así se desprende de una serie de correos electrónicos en que los ejecutivos de Andes Iron, Pedro Ducci e Iván Garrido, se ponen de acuerdo para impulsar y luego concretar la alianza con el plantel canadiense. Gestiones que mezclan estrechamente a la Universidad, al grupo Penta y a la mina controlada en 80% por las familias Délano Méndez y Garcés Silva.    

Garrido escribía el 9 de octubre de 2012 al vicerrector de Innovación y Desarrollo de la UDD, Daniel Contesse, con copia a Pedro Ducci:

“Hoy nos reunimos con Carlos Alberto Délano (CAD) por asuntos de Andes Iron y tocamos el tema de la UDD. Concluimos que juntarnos con el rector y contigo sería bueno para afinar directrices con Queen. CAD gestionará la reunión. La idea es juntarnos antes de este sábado”.

Al día siguiente, el vicerrector de la UDD responde que la reunión quedaba para el jueves “a las 17:00 en las oficinas de Penta”.

Un mes después, el 27 de noviembre, Daniel Contesse informaba a Iván Garrido y Pedro Ducci que el “Choclo” no estaba “muy conforme” con la presentación hecha al Consejo Directivo de la Universidad.

“Objetivamente hemos ido cumpliendo todos los pasos planificados (…), pero por alguna razón al Choclo no le gusta. Creo que no hemos podido transmitirle a él que el proyecto tiene la potencia que él quiere. Por alguna razón él lo ve débil. Sería bueno una reunión entre nosotros para abordar este tema”.

Los correos electrónicos juegan en contra de las declaraciones que Garrido dio a la prensa al referirse al complejo momento que enfrentaba el proyecto por la querella presentada por el Consejo de Defensa del Estado (CDE) contra Pablo Wagner –a la que se sumó el SII, el 9 de enero, con otra querella contra Wagner y De la Cerda por delitos tributarios–, tras haber recibido pagos desde el Grupo Penta mientras desempeñaba el cargo público, a lo que se suman los e-mails que reflejan una posible influencia del subsecretario en el proyecto.

Según afirmaba Garrido, “nosotros no tenemos nada que ver, de verdad, con Empresas Penta. Yo no le reporto a las Empresas Penta, yo le reporto a un directorio y no tengo idea cómo funciona Penta, más que uno de los controladores del grupo es un accionista importante de esta compañía. Pero, en rigor, esta compañía se ha generado y se ha creado con las nuevas generaciones de las dos familias”.

UDIBOYS

Las dependencias de la Universidad del Desarrollo han visto pasar a importantes figuras ligadas al gremialismo. Ya sea dando clases, charlas o en altos cargos, la UDD se ha convertido en un frente académico de la tienda de Suecia 286.

Los vínculos de la UDD con la UDI y los controladores de Penta se dan desde sus inicios en 1990. La Fundación Universidad del Desarrollo fue formada inicialmente por el ex candidato presidencial Joaquín Lavín, Federico Valdés Lafontaine y Ernesto Silva Bafalluy. Más tarde se sumaron Carlos Alberto Délano, Carlos Eugenio Lavín y el ex ministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Büchi.

La cercanía con el gremialismo y la UDD se mantiene hasta hoy. Hernán Büchi, que participó en emblemáticas reformas del régimen de Pinochet, como la desmunicipalización de la educación o la Reforma Previsional de José Piñera, preside el Consejo Directivo del plantel. Federico Valdés Fontaine es consejero y rector de la universidad.

Délano y Silva aún formaban parte del Consejo Directivo hasta mediados de diciembre, cuando en medio del Pentagate, optaron por dar un paso al costado y retirarse, decisión que tomaron también en otros directorios de compañías de Penta. A llenar los cupos que dejaron los Carlos llegaron dos nuevos directores. Uno de ellos es el economista y director ejecutivo de Econsult, José Ramón Valente.

La misma semana en que se integraba al consejo de la UDD –manejado en su mayoría por el grupo Penta– el ex jefe del equipo programático del candidato presidencial apoyado por la UDI, Laurence Golborne, llegaba al directorio de la empresa de seguros Penta Vida como reemplazo de los cupos dejados por Délano, Lavín y el ejecutivo Manuel Antonio Tocornal en el directorio.

También arribó al Consejo Directivo de la Universidad el ingeniero comercial Felipe Silva Méndez, hermano del presidente de la UDI, el diputado Ernesto Silva, e hijo de Ernesto Silva Bafalluy, rector de la casa de estudios hasta su muerte en 2011.

El presidente de Empresas Penta S.A., Alfredo Moreno, que ha sido clave en el manejo de crisis del caso que golpea al grupo, se había sumado meses antes al consejo directivo.

En tanto, Cristián Larroulet, que se desempeñó como decano de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) por casi 20 años, hasta asumir como ministro secretario general de la Presidencia, volvió como director de investigación a la facultad al finalizar el Gobierno de Sebastián Piñera.

Otro de los fundadores que continúa ligado al plantel, es el ex candidato presidencial Joaquín Lavín, que fue vicepresidente del consejo directivo hasta poco antes de asumir como ministro de Educación en 2010.

Lavín, vinculado con el caso Penta por presuntos aportes irregulares a través de boletas emitidas por la cuñada de Pablo Wagner, Carolina de la Cerda, a Soquimich (SQM), que habrían llegado a su campaña senatorial en 2009, enfrentó un complejo escenario cuando era timonel de Educación por su participación en la propiedad de la UDD, que él aseguró haber vendido y recuperado la inversión, lo que le costó el cargo.

El viernes pasado la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) junto al fiscal José Antonio Villalobos incautaron la contabilidad de los últimos cinco años de SQM, con el fin de establecer los supuestos pagos recibidos por De la Cerda que la vinculan con traspasos de dinero a la campaña senatorial del ex ministro.

El día anterior la policía concurrió a las oficinas de otras sociedades vinculadas con el caso, como Sociedad Genesis Consulting & Capital, en cuyo directorio se encuentra el ex decano de la FEN de la UDD, Rodrigo Castro, y el ex director ejecutivo de Canal 13, Jaime Bellolio. Pablo Wagner trabajó allí hasta fines de 2014.

Ante los fiscales que investigan el Pentagate, el ex subsecretario declaró que parte de los dineros que SQM pagó a su cuñada habría llegado a manos del fallecido rector de la Universidad del Desarrollo, Ernesto Silva Bafalluy.

Joaquín Lavín, quien habría sido apoyado por Délano como aval para que obtuviera $ 300 millones para costear su fallida postulación al Senado, retornó a la UDD a principios de 2014, asumiendo como decano de la FEN en remplazo de Rodrigo Castro.

EL DELFÍN DE NOVOA

Una inmobiliaria, Ainavillo, es la que hasta diciembre de 2013 mantenía la propiedad de la Universidad del Desarrollo, ya que –según ha explicado el rector Federico Valdés– cuando se fundó la institución nadie les prestaba recursos, por lo que tuvieron que constituir una inmobiliaria para solventar los gastos que provocarían las construcciones de sus edificios.

En esa época los controladores de la UDD pusieron fin a la relación comercial con Ainavillo. A renglón seguido, fueron vendidos los edificios del plantel a una empresa del grupo Penta, que ya era el principal controlador de la casa de estudios.

Penta realiza suculentos aportes a su universidad. Según datos del Mineduc, solo en 2013 Penta traspasó $ 1.474.136.000 a través de distintas empresas, mecanismo por el cual se pueden descontar impuestos al mismo tiempo que inyectar recursos al plantel.

Otro grupo ligado a la propiedad de la UDD es la Corporación Chileno Alemana de Beneficencia, controladora de la Clínica Alemana y que ingresó cuando la Universidad requirió de campos clínicos. Además está el grupo de los socios fundadores del plantel: la familia del timonel de la UDI, Ernesto Silva, además de Federico Valdés Lafontaine, Cristian Larroulet y Hernán Büchi, que ingresó en 1999.

A principios de diciembre de 2013, Ernesto Silva, cuyo hermano, Felipe, hoy es parte del consejo directivo, reveló que vendió su parte en la UDD a fines de 2013. Pero no precisó a quién ni por cuánto dinero se realizó la operación.

Cuando Ernesto Silva Bafalluy murió en agosto del 2011 –tras lo cual fue construida una escultura de él en el patio central de la universidad–, su hijo Ernesto ocupó su lugar en el directorio de la Universidad. Antes de ser diputado estuvo en el directorio de Ainavillo, pero, al asumir su nuevo cargo, renunció al directorio de la casa de estudios.

Silva Méndez, hombre cercano a Jovino Novoa –también envuelto en el Pentagate– y emparentado con el “Choclo” Délano, pues este está casado con la hermana de su madre, mantiene fuertes vínculos con Penta.

Hace unas semanas se hizo público un comprometedor mail que le envió el 10 de enero de 2013 Carlos Eugenio Lavín, pidiéndole gestiones durante la discusión de la Ley de Isapres, tema en el que Silva había tenido un rol clave en la decisión del Gobierno de Piñera de ceder a las presiones de la industria.

El intercambio de e-mails entre Silva y Lavín, y que están en la carpeta de investigación del caso Penta, se hizo a través de las cuentas de correos electrónicos personales que cada uno de ellos tiene en la Universidad del Desarrollo.

Fuente: El Mostrador

 

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