sábado, abril 27, 2024
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Se Fue Mañalich: Destituyen al General de la Batalla de Santiago

Si la eclosión de la pandemia era la «Batalla de Santiago», es obvio que la intempestiva salida del Ministro de Salud, Jaime Mañalich, aparentemente por un reportaje que puso en duda la estadísttica oficial sobre el número de fallecimientos por covid-19, significa que esa batalla se perdió, y que el general que la encabezaba, pagó con la cabeza.

Sin embargo, su reemplazante, Enrique Paris, el ex presidente del Colegio Médico, ex izquierdista hoy converso y cercano a Piñera no parece ser un avance e materia de confianza y credibilidad.

Porque de lo que se trata, no es de nombres ni de personajes ni de estilos de conducción, sino de la vida de millones de personas.

Hoy, cuando el árbol está caído, es fácil hacer leña de él.

Pero no hay que olvidar que Mañalich era solo el primer violinista, mientras que Piñera es el director.

Mañalich tenía el respaldo y, como él dijo, “el soporte y la ayuda del Presidente de la República”. Es decir, Piñera apoyó los planes y las decisiones del ahora ex titular de Salud. Por tanto, los fracasos, las equivocadas medidas y hasta las confusiones u omisiones en la entrega de información a la opinión pública y las comunidades médica y científica, tuvieron el soporte del mandatario.

Pero el costo lo pagó solo Mañalich.

Si Paris sigue en la estrategia de que la pandemia se maneja con estrategias publicitarias y marketing político, difícil que el gobierno saque al país en el marasmo en el que lo colocó con sus erráticas y oportunistas políticas.

El gobierno de Piñera es el tercero en América Latina que saca al titular de Salud por mala gestión, errores y fracaso de estrategia. Los otros son de las administraciones de Jair Bolsonaro en Brasil, Lenin Moreno en Ecuador, y Martín Vizcarra de Perú.

Todos gobiernos de derecha que presentan las cifras más catastróficas de contagio, muertes y crisis sanitaria en el marco del nuevo coronavirus.

Mientras en otros países de nuestra América como Argentina o Venezuela se tomaron medidas drásticas de inmediato (en Argentina una cuarentena total desde el 20 de marzo, en Venezuela con algo similar en buena parte del país), el Gobierno de Piñera se negó a medidas de ese tipo y jugó con la invención de lo que llamó como «cuarentenas dinámicas» y parciales, en las que sólo se puso en un inicio medidas de confinamiento en algunas comunas de Santiago, y luego, poniendo y sacando comunas en una forma de gestión sin precedentes en otros lugares del mundo.

El ciclo de Mañalich empezó su declive el 27 de mayo, cuando reconoció no sólo que desconocía la realidad de pobreza y hacinamiento en el país, sino que «todos los ejercicios epidemiológicos, las fórmulas de proyección con las que yo mismo me seduje en enero, se han derrumbado como castillo de naipes”.

Enseguida, día que pasaba, salía a explicar nuevas metodologías de cálculos y conteos, en las que ya nadie creía.

La actitud soberbia y de «autoridad fuerte» que había sido intentada proyectar por parte del Ministro de Salud, y que fue reforzada por el propio Gobierno de Piñera y los medios de comunicación oligopólicos, se caía irremediablemente.

En el ambiente, se venteaba que su reemplazo era cosa de días.

En la oposición y las redes sociales predominó el alivio por la salida de Mañalich, pero también la preocupación por una eventual continuidad de las mismas políticas, con el nuevo ministro, Enrique Paris.

Para la diputada Karol Cariola (PC), la salida de Mañalich era urgente y esperable:

“La salida del Ministro Mañalich no solo era esperable sino que también era urgente y era necesaria. El mal manejo de la crisis, la catástrofe sanitaria a la que llevó a nuestro país por las malas decisiones, por no saber escuchar, por su tozudez, además ha generado un daño irreparable a la fe pública a las autoridades sanitarias”.

Agregó:

“El manejo dudoso de la información, el ocultar y manipular las cifras, entre otras cosas, ha sido una de las situaciones que nos ha llevado a poner en duda a la autoridad sanitaria y eso, en medio de una crisis como ésta es tremendamente grave.

Sobre el cometido del nuevo ministro, se mostró escéptica:

“Recuperar la fe pública debiera ser uno de los principales objetivos de la próxima autoridad sanitaria y, lamentablemente, creo que Enrique Paris difícilmente es la persona que puede estar a cargo de llevar esa voz de confianza a la ciudadanía, sobretodo porque ha sido él quien ha puesto en duda, ha recriminado y cuestionado una de las principales voces de confianza de la ciudadanía como es la presidenta del Colegio Médico. Creo que como nuevo ministro de salud, el presidente al nombrar al señor Paris confirma que el interés por recuperar la fe pública y el trabajo colectivo para superar esta crisis está en segundo lugar, lo primordial para el Presidente de la República hoy día es elegir ministros para su blindaje personal y no para la protección de la ciudadanía”.

A su turno, el diputado Juan Luis Castro (PS), médico de profesión, manifestó:

«La salida de Mañalich fue como arrancar un brazo al presidente de la República; una salida no buscada, dolorosa, difícil de remontar, que se vio obligado a hacer por la crisis de confianza y desaprobación ciudadana en el manejo del gobierno. La llegada de Enrique Paris, un “médico de prestigio”, no será suficiente para manejar la crisis, si no es “necesariamente cambiando toda la estrategia que ha seguido el gobierno hasta ahora. Esto significa escuchar a la comunidad científica, dar un giro en los equipos de trabajo, transparentar toda la información, ser creíble ahora en tiempos de crisis profunda, y sobre todo de resistir las presiones del presidente, y del gobierno, de sacar cuentas alegres todos los días, y un rédito comunicacional de cada acto que se haga frente a la pandemia”.

«Por lo demás -agregó- el resultado del manejo no depende de la cartera de Salud, sino de la conducta política del presidente Piñera, que hasta ahora ha sido la misma que la de Mañalich. La salida de Mañalich es el fusible para que la crisis no alcance al presidente de la República”.

La diputada y presidenta de Convergencia Social, anunció acciones legales para perseguir las responsabilidades por el desatre sanitario al que condujo Mañalich:

“No hay duda que el liderazgo del ministro Mañalich estaba totalmente deslegitimado ante la ciudadanía y el cúmulo de errores de su gestión ya no aguantaba más. Pero es impresentable todo lo que tuvo que pasar para que el Gobierno reaccionara en este cambio que ha sido pedido transversalmente por distintos sectores políticos y sociales. Por lo mismo, analizaremos acciones penales y políticas para perseguir las responsabilidades que este cambio de gabinete no va a solucionar”.

Para ella, lo urgente es un cambio de estrategia, con apertura a las actorías científicas y sociales, para realmente superar esta pandemia. Sin embargo, no ve en el nuevo ministro ese liderazgo:

«Ese liderazgo dialogante, no lo veo en el nuevo ministro Enrique Paris, que ha atacado en varias oportunidades al Colegio Médico y ha defendido a rajatabla el accionar del ministerio. Este es otro cambio cosmético del Gobierno”.

Por su parte, la diputada Claudia Mix (Comunes), afirmó:

«Mañalich tuvo una conducción errática y poco transparente. Actuó siempre con arrogancia y soberbia, desoyendo prácticamente todos los consejos y recomendaciones de los alcaldes, del gremio de la salud, de la comunidad científica y del mundo social para enfrentar esta pandemia. Rechazó aplicar una cuarentena total en un comienzo y se vio seducido por proyecciones que, como bien dijo, se derrumbaron como un castillo de naipes”.

Agregó:

“Que este sea el tercer cambio de gabinete en nueve días refleja una total improvisación por parte del Presidente Piñera. Es muy muy peligroso que un gobierno que actúa tan erráticamente esté a cargo de conducir al país para enfrentar la peor pandemia de los últimos 100 años. Y, lamentablemente, es la gente la que está pagando las consecuencias. El nuevo ministro debe dar una señal clara y potente: tiene 48 horas para cambiar la estructura de gobernanza de la crisis sanitaria”.

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