viernes, noviembre 22, 2024
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Organizaciones Sociales y Políticas Rechazan el Acuerdo de la Cocina

Las más importantes y representativas organizaciones sociales y sindicales, y fuerzas políticas, rechazan sin ambiguedades el espurio acuerdo constitucional logrado entre la derecha, la ex-concertación y parte del Frente Amplio, a espaldas de la mayor movilización social de la historia del país, lo cual no significa que no van a participar.

Declaración de la Mesa de Unidad Social

Declaración de la CUT

La siguiente es la declaración emitida por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), después de conocerse las conversaciones y acuerdos para un plebiscito, entre colectividades políticas de la derecha y algunas de la oposición.

“La Central Unitaria de Trabajadores, frente al anuncio durante la madrugada del día de hoy del “Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución” entre algunos partidos políticos de Oposición y Chile Vamos, señalamos lo siguiente:

1.- Todo aquello a lo que han debido obligarse los partidos hoy, ha sido fruto de la movilización. El anuncio, denominado “histórico”, no refleja más que el deber moral de una institucionalidad política que durante décadas -primero por efecto del Sistema Binominal y luego por la falta de convicción de las mayorías de impulsar sus propios compromisos de campaña- se había negado a enfrentar de manera decidida la necesidad de cambios profundos en nuestro país.

2.- Lamentamos que se intente reivindicar estos avances como un triunfo del pueblo, cuando no ha habido una sola palabra sobre el rol del movimiento social organizado en este avance. Mientras se repudia en toda su magnitud los hechos de violencia y se nos asigna, interesadamente, una responsabilidad en ello a los actores que nos hemos movilizado, se le resta la misma fuerza al respeto a los Derechos Humanos y la condena a la violencia de la que han sido objeto poblaciones enteras. Hacemos un llamado a los parlamentarios a aclarar si se perseguirán o no los responsables de estas violaciones.

3.- A dos semanas, al menos, de haber entregado a los partidos de Oposición el Pliego de los Trabajadores y Trabajadoras de Chile, ningún partido hasta el día de hoy ha dado respuesta a lo señalado ahí. La ausencia de diálogo con los actores sociales organizados no solo le resta legitimidad al acuerdo alcanzado es, además, una preocupante señal de defensa corporativa de la institucionalidad que los cobija. Nos preguntamos, legítimamente, si este acuerdo se construye con la convicción de superar la desigualdad y los abusos o si es más bien un balón de oxígeno para un Congreso en crisis.

4.- A nuestro juicio, la única manera de contar con las garantías de que este acuerdo se construye desde el genuino convencimiento de avanzar en transformaciones profundas, es sumar al reconocimiento de que debe ser el pueblo quien decida el mecanismo sobre el cual debatir la nueva Constitución Política; una agenda realmente social, donde las prioridades sean: Un Plan de Protección al Empleo, Salario Mínimo de 500 mil pesos líquidos, Pensión Mínima igual al Salario Mínimo propuesto, gratuidad en el transporte a estudiantes y adultos mayores, entre otros. La única manera de construir un proceso constituyente con mínimos de confianza, es asumir una Agenda Social potente, que responda a lo que la ciudadanía espera y que nos dé esperanzas a todos que vienen tiempos reales de cambios.

5.- Sabemos que nos jugamos en el Plebiscito el real carácter histórico de este acuerdo y no seremos neutrales ante este desafío, pero hacemos un llamado, tal como está planteado para el proceso ratificatorio, a hacer obligatoria la participación en este Plebiscito de Entrada, así como a realizarlo con celeridad. La ciudadanía espera que el Plebiscito sea con urgencia y no puede esperar hasta el mes de abril.

6.- Hacemos un llamado a nuestras estructuras y afiliadas a estar en estado de alerta. Se ha logrado un paso muy significativo al reconocer hoy el camino Constituyente como el camino para construir una nueva Constitución; pero el movimiento sindical representado en la CUT, no está disponible para aceptar que ello sea a costa de un acuerdo en el Congreso para legislar una agenda anti derechos, como la que se encuentra hoy en el Parlamento o una Agenda Social mezquina -como la propuesta por el Gobierno- y sin una clara posición de los partidos de condena frente a las muertes, violaciones a hombres y mujeres, violencia contra niños, niñas y adolescentes, perdidas de visión, daños oculares y los miles de detenidos y golpeados en las marchas y poblaciones de nuestro país.

La verdadera paz social se construye con justicia social, pero parte por la condena y el NO a la impunidad frente a los apremios vividos en estos 28 días de movilización”.

Declaración pública del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (MODATIMA)

Sobre acuerdo hecho en Chile entre algunos partidos: No queremos cocinas; Asamblea constituyente, ciudadana y sin trampas.

El acuerdo de anoche no es un acuerdo del Pueblo de Chile, nuevamente los partidos políticos quieren apropiarse de la representatividad que no poseen. Es una puesta en escena de alto presupuesto y muy baja calidad en su guión, con los responsables del modelo de despojo como protagonistas, vistiendo el disfraz de buenos. Lo mencionamos persistentemente, se buscará el cierre por arriba y la factura por abajo (luego de esto se viene la persecución política y la criminalización al movimiento social, las querellas, la ley de seguridad interior del Estado, etc). No tenemos nada que celebrar y el llamado es a movilizarse con aún más ahínco. Con respecto a esto, hacemos las siguientes precisiones:

1. Todo lo cedido por la derecha y el apuro por sacar acuerdos, responde a querer frenar la protesta social. Cuando hablamos de protesta social, no nos referimos sólo a marchas pacíficas, sino que al amplio entendido de protesta social. A la derecha empresarial le preocupa el aumento del dólar, la variación de los indicadores macroeconómicos, el riesgo país, el IMACEC. Los sectores más lúcidos (de la derecha) vislumbraron que la protesta social venía en aumento y cada vez afinaba más sus dardos, la posibilidad de la vuelta a la normalidad se comenzaba a hacer lejana, frente a esto deciden un cambio de rumbo.

2. Se elabora un acuerdo a la medida de la derecha y de la casta política, en base a los siguientes elementos:

1. El plebiscito de entrada se aplaza a 5 meses más, para enfriar el estallido social y tener tiempos para campañas del terror.

2. Se quita el nombre de Asamblea Constituyente, intentando borrar la demanda que se claman en las calles, intentando burdamente confundir a los chilenos y chilenas al momento de enfrentarse a la papeleta. Utilizando la herramienta de la semántica y del vacío de contenido.

3. Para llegar a acuerdos se plantean supra mayorías, es decir, ⅔ equivalen a un 66,6% para que el acuerdo quede en el nuevo texto constitucional. Algunos sectores proponen como piso mínimo ⅗ 60% (Convergencia social, que se resta del acuerdo y Gabriel Boric firma a título personal en contra de las decisiones de su partido). Sumado a las supra mayorías, todo lo que sea disenso, desaparece de la nueva constitución y se le delega al nuevo parlamento (institución sin legitimidad), es decir, nuevamente se excluye al pueblo de Chile de decidir (las mayorías políticas que se expresan en las calles) y permite el veto de las minorías. Se replica el binominalismo de los años 90.

4. La elección de los constituyentes se realizará utilizando el sistema proporcional de D’hont, es decir, con el mismo sistema con el que se eligen los diputados en la actualidad y se mantendrá la distribución de los actuales distritos. En otras palabras, se replicará la composición del actual parlamento, en donde no existe mayorías simples. A la hora de la elección operarán las maquinarias electorales ya existentes, los parlamentarios ya electos podrán ser parte de la nueva constituyente y mover sus redes clientelares construidas hace menos de dos años. Este método proporcional de elecciones, promueve las listas y concentrar los esfuerzos en menos pactos para tener mayor probabilidad de elegibilidad, por lo tanto, excluye matemáticamente a la ciudadanía de hacerse parte del proceso constituyente. Se promueve la constituyente en las manos de los mismos.

5. La inhabilitación de un año de cargos de representación permitirá al parlamentario en actual ejercicio sumarse a la asamblea Constituyente, trabajar en ella, para luego poder postularse al nuevo ciclo parlamentario. Promoviendo la migración del parlamento a la Asamblea Constituyente y de ésta nuevamente al Parlamento.

6. La elección de los constituyentes se realizará en paralelo con las elecciones a municipales y de gobernación, lo que facilitará el cruce de apoyos y el montaje de la maquinaria electoral partidaria. Creemos que la elección de los miembros de la asamblea constituyente, no deben toparse con elecciones de representantes institucionales y que los diputados en ejercicio deben estar inhabilitados de postularse como redactores de la constitución nueva.

7. Los dos puntos anteriores (d.; e. y f.) eliminan de la papeleta la opción de una Asamblea Constituyente compuesta 100% por ciudadanos e incluso permite que la composición parlamentaria sea mayor al 50%, pudiendo llegar sin problemas a estar compuesta en un 100% de parlamentarios y/o militantes de partidos tradicionales. ALERTA DE FRAUDE.

8. La composición actual del parlamento deja en el centro político a Renovación Nacional (RN) [para los Quórum de ⅗ y ⅔ son los votos de RN los que definirán si se avanza o no en los consensos], quienes quiebran el rumbo represivo del gobierno y buscan una salida de diálogo e instalan la posibilidad de la constituyente (Desplazando a la DC del centro político y derechizando aun más el espacio parlamentario). Si este acuerdo sigue como está pasaremos de una constitución de la UDI y Jaime Guzmán a una constitución de RN y Mario Desbordes.

3. No se menciona nada acerca de los cabildos, ni de procesos de síntesis que provengan de la deliberación ciudadana, nuevamente se vacía de contenido a la democracia, se erradica la deliberación popular y se transfiere a la elección proporcional la elaboración del texto constitucional, en manos de unos pocos, a través de los métodos de la democracia representativa de la que el pueblo de Chile se cansó.

4. Todo lo anterior, empaña los elementos interesantes que se logran ganar con la presión que hemos ejercido en las calles, entre ellos:

1. Que exista un plebiscito de entrada para definir si se desea o no una nueva constitución. (la pregunta del mecanismo es falsa, ya que en todos los casos será mixta bajo estas condiciones, eso debe recalcarse)

2. Que la constitución se redacte desde hoja en blanco, pero dado los argumentos de quórum, permitirá dejar mucho en blanco y llevar nuevamente todo al parlamento. QUEREMOS QUE EL PUEBLO DECIDA.

5. Valoramos la actitud de los partidos que no se prestaron para este juego mediático.

6. Respetamos a todos nuestros compatriotas, compañeras, hermanos y hermanas, que han sido asesinados por militares y policías, que han perdido sus ojos, que han recibido balines, disparos de bombas lacrimógenas, en procedimientos fuera de todo protocolo por parte de las policías y militares, que amparados en la impunidad que les ha otorgado el estado de Chile, han violado sistemáticamente los DDHH. A esos compatriotas les decimos que nuestro compromiso está en los cambios de verdad, en una asamblea constituyente sin trampas. Por ellos, por nuestras familias y por todos los pueblos movilizados, seguiremos en las calles.

7. Frente a esto, los responsables de las violaciones a los derechos humanos, materiales y políticos, por ningún motivo pueden quedar impunes. Policías, militares, altos mandos del ejército Ministerio del Interior (Andrés Chadwick, Gonzalo Blumel y Rodrigo Ubilla), Ministerio de Defensa (Alberto Espina) y el Presidente de la República.

8. Este acuerdo, no nos parece legítimo ni válido, no expresa la voz del movimiento social y tampoco expresa la voz de las calles.

9. No hay ninguna garantía de que recuperaremos el Agua y los derechos sociales.

10. Temen a la protesta Social. Hemos soportado más de 40 años de abusos, los que tienen apuro por acuerdos son ellos, no nosotros. No queremos sus tiempos, queremos los tiempos del Pueblo movilizado, queremos la voz del pueblo movilizado, no una cocina amplia, no una salida pactada 2.0 y renovada.

Este acuerdo entre partidos no cierra nada, ya que no son los legítimos representantes del pueblo de Chile, ni expresan la voz de las mayorías políticas de Chile movilizadas. Abre un proceso y muestra el miedo de Chile Vamos y el empresariado a la protesta social. Todas y todos a las calles a exigir la Asamblea Constituyente sin trampas.

Declaración pública del Colegio de Profesores

1.- El Magisterio reconoce y valora la amplia movilización social que desde el 18 de octubre viene empujando los límites de la institucionalidad política con demandas sociales postergadas y desoídas por muchos años.

2.- Dentro de esas demandas, la movilización social ha establecido fuerte y claro la necesidad de una Asamblea Constituyente para redactar una Nueva Constitución que democratice el país, asegure derechos sociales y proteja nuestros recursos naturales, entre otros derechos fundamentales. La instalación de la demanda constituyente es un triunfo de la ciudadanía movilizada y da cuenta de la potencia del movimiento social, la que ya se ha expresado en los miles cabildos y asambleas ciudadanas desarrolladas en todo el país.

3.- El Acuerdo por una Nueva Constitución firmado por algunos partidos políticos es una respuesta institucional a la movilización social y a una de las demandas de la ciudadanía movilizada. Sin embargo, es un acuerdo realizado según las formas que, precisamente, la ciudadanía ha cuestionado, en la cual los actores políticos más deslegitimados de toda la sociedad se atribuyen una representación que no tienen y determinan una salida «por arriba» a espaldas del pueblo movilizado. La llamada cocina parlamentaria, la cual rechazamos categóricamente.

4.- El Acuerdo contiene, además, graves falencias, como el poder de veto que se le otorga a la minoría que obtenga un tercio de los delegados constituyentes y el sistema de elección de los miembros de la Convención Constituyente, que prioriza la representación partidista pero no facilita a la genuina representación ciudadana; tampoco asegura la presencia de pueblos indígenas ni la paridad de género.

5.- Este Acuerdo toca solo una de las demandas de la movilización social, pero no se pronuncia sobre los urgentes cambios económicos y sociales que demanda la ciudadanía, y que tienen que ver con la previsión, la salud, la educación, costo de la vida, el derecho al agua, los abusos del sistema, entre otros. Tampoco aborda la demanda por justicia ante las gravísimas violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el Gobierno en estas semanas de movilización.

6.- Es la misma ciudadanía la que determinará la validez del Acuerdo y su legitimidad. El gremio docente es parte de esa ciudadanía y analizará en todos sus niveles lo que la clase política ofrece y propone, teniendo en cuenta que se abrió un nuevo ciclo político donde la participación popular es ineludible y absolutamente necesaria.

7.- El Colegio de Profesores continuará movilizado y continuará aportando a la organización social, a la deliberación colectiva y la articulación en todos los territorios del país. Chile despertó y ningún acuerdo hará que la ciudadanía vuelva a dormirse.

DIRECTORIO NACIONAL DEL COLEGIO DE PROFESORES DE CHILE

Declaración Pública Unión Portuaria de Chile

Los trabajadores portuarios de Chile tomamos posición respecto del Acuerdo suscrito por la mayoría de los partidos políticos presentes en el Congreso, y declaramos que:

1. Como no puede ser de otra manera, nuestro anhelo más profundo es acabar con la Constitución de 1980. Queremos avanzar en enterrar al Estado subsidiario y al modelo económico neoliberal. Sin duda, abrir el debate democrático sobre el contenido de una Nueva Constitución que avance en ese sentido, es un avance respecto del cual asumiremos nuestra responsabilidad histórica.

2. El Acuerdo suscrito en el Ex Congreso Nacional revitaliza la vieja práctica de los consensos, herencia de las peores prácticas de la transición. El pueblo chileno ha mostrado una voluntad de participación política vinculante, por lo que suscribir acuerdos sin considerar al movimiento social y la ciudadanía no hace sino restarle validez a dichos acuerdos.

3. En esa línea, abogamos por una Asamblea Constituyente que envíe al basurero de la historia a aquellos mecanismos tramposos que contempla la Constitución actual los cuales limitan las posibilidades democráticas del pueblo chileno y poder engendrar las leyes que den la solución a las demandas de que la gente pide en las calles sin que terminen en vetos por razones constitucionales. En esa línea, respecto del texto del Acuerdo y en particular, respecto de la denominada “Convención Constitucional”, consideramos que:

a. No queremos una Constitución “en la medida posible”. Un quorum de 2/3 favorece el veto de las minorías en contra de las mayorías. Consideramos que se debe contemplar un quorum más democrático que posibilite que triunfe el sentir mayoritario. Además, en caso de temas de difícil resolución, consideramos oportuno contemplar plebiscitos dirimentes ya que es el pueblo chileno el llamado a decidir sobre su destino;

b. El mecanismo de elección de los delegados constituyentes no debe propender a dejar presa el espacio, exclusivamente, de los partidos políticos. Estos últimos poseen capacidad y recursos de instalar a sus candidatos en desmedro de las organizaciones sociales y sindicales.

Por lo demás, no se puede desacoplar la Asamblea Constituyente del proceso de deliberación y debate político-popular contenido en los Cabildos Ciudadanos que se han desarrollado en todo el país.

c. De antemano, no vamos a avalar que la Comisión Técnica que diseñara la operatividad del espacio constituyente sea de atribución exclusiva de un acuerdo entre Gobierno y Oposición. No vamos a permitir que nuevamente se de la espalda al movimiento social y sindical.

d. Creemos importante que el plebiscito de entrada así como el ratificatorio tenga carácter obligatorio. No existen razones para desincentivar ni garantizar la mayor participación ciudadana posible salvo el temor de los sectores conservadores por que el clamor popular se exprese de manera contundente en las urnas.

4. Por otro lado, en el Acuerdo no hay ninguna referencia a la Agenda Social. Repudiamos que se haga caso omiso respecto del Pliego de las y los Trabajadores. El Bloque Sindical de Unidad Social presentó cartas e interpelaciones tanto al Presidente de la República como a los diputados, senadores y partidos políticos, respecto de dicho pliego y de la demanda de Asamblea Constituyente. No hubo respuesta formal, tal y como pedimos, sino mas bien el gobierno respondió con su propuesta de Congreso Constituyente, a la cual respondimos con una Gran Huelga General llevada a cabo el pasado 12 de noviembre.

No obstante esta voluntad explicita de los trabajadores, los partidos y los parlamentarios no consideraron al movimiento social y suscribieron un acuerdo entre gallos y media noche sin contemplar el congelamiento de los proyectos de ley anti-populares que impulsa el gobierno (pensiones, tributos, agenda laboral) ni menos impulsar medidas tendientes a solucionar las demandas sociales y económicas más urgentes, resumidas en el Pliego antes citado.

5. Asimismo, nos parece grave la invisibilización de los atropellos sobre los Derechos Humanos. No es posible avanzar en acuerdos si no es en la medida que se materialice la justicia, verdad y castigo respecto de los miembros de las fuerzas de orden y militares involucrados en actos de violencia contra la población. En el plano de las responsabilidades políticas, adherimos a lo solicitado por Unidad Social en orden a decretar el cese al cargo del General Director de Carabineros, Mario Rozas Córdova y de todos aquellos que tengan responsabilidad en la práctica sistemática de la brutalidad represiva.

Asimismo, no descansaremos hasta que los Tratados Internacionales que Chile ha suscrito, tales como el Estatuto de Roma, se hagan efectivos respecto de la persecución y castigo sobre delitos de lesa humanidad ocurridos a propósito de las movilizaciones recientes.

6. Conforme estas prevenciones, llamamos a mantener un estado de movilización permanente, sin descartar la convocatoria a una nueva Huelga General de no mediar un acuerdo transversal en el seno de la sociedad chilena en los próximos días que involucre las demandas económicas y políticas planteadas desde las fuerzas sociales. En lo sucesivo nuestra fuerza sindical actuará como garante de que la voluntad transformadora del movimiento social no sea burlada por acuerdos políticos cupulares en el proceso constituyente abierto el 18 de octubre de 2019.

7. Nuestra tarea inmediata es fortalecer el histórico impulso de unidad sindical que se ha generado en esta movilización y darle continuidad a su fuerza transformadora que permita cimentar el Chile soberano y popular que acabe con todo abuso e injusticia.

¡Asamblea Constituyente Ahora!
¡Cumplimiento de la Agenda Social y el Pliego de las y los Trabajadores!
¡Huelga General para Vencer!

¡¡Arriba lxs que luchan ,Nunca mas solxs, Ni un paso atrás!!

UNION PORTUARIA DE CHILE

Postura del Partido Humanista de Chile

El viernes 15 de noviembre a primera hora, el Equipo de Coordinación Nacional del Partido Humanista de Chile, ha emitido la siguiente declaración pública:

1ro. Nos hemos restado de los ámbitos de negociación entre los partidos políticos y el gobierno en cuanto no considera a ninguno de los principales actores de esta, la mayor movilización social de la historia reciente de Chile. Este acuerdo excluye a los gremios de trabajadores y trabajadoras públicas, a los y las profesoras, a pobladoras y pobladores, en síntesis, creemos que este acuerdo no recoge el clamor de los millones de chilenas y
chilenos movilizados.

2do. No son los partidos políticos los llamados a establecer las condiciones en que se deba construir la carta magna que conducirá el país los próximos 30 años, no es el gobierno y sus interlocutores quienes pueden decidir sobre la manera en la cual podrán participar las y los ciudadanos. Esta tarea le corresponde a una mesa amplia y diversa, compuesta por todos los sectores de la sociedad de manera equilibrada y sin exclusiones.

3ro. Lo que se lee en el acuerdo firmado no nos representa, pues una vez más propone el engaño de los altos quórum para la aprobación de 2/3, lo que a simple vista es instalar el poder de veto en manos de la derecha. En cuanto a la cantidad de representantes, lamentablente este acuerdo no contempla la participación de representantes de los pueblos originarios, diversidad sexual, gremios, sindicato y otros órganos representativos de la
sociedad.

4to. Por último, el Partido Humanista de Chile tiene una historia de ética y coherencia basada en el respeto irrestricto de la voz de la gente común y no de las cúpulas, en esa línea insistimos, el gobierno y la oposición debieran establecer canales de comunicación con el mundo social, especialmente con Unidad Social, pues son las organizaciones vivas de nuestra sociedad, las que representan a las mujeres y hombres trabajadores, a los campesinos, mineros pescadores, jóvenes, estudiantes, profesionales y técnicos.

Equipo de Coordinación Nacional

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