Con el confesado propósito de “fortalecer el petróleo internacionalmente y defender nuestros ingresos”, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro se reunió en Moscú con su homólogo, Wladimir Putin. La visita de Maduro a Rusia forma parte de una gira que ya lo llevó a China, Irak y Arabia Saudita. La reunión tuvo lugar en la residencia de Novo Ogariovo, estancia campestre de Putin a las afueras de la capital rusa.
Al finalizar la reunión y a través del sistema de televisoras del Estado venezolano, Maduro explicó que ha pedido una audiencia a Enrique Peña Nieto, presidente de México —otro importante productor independiente de petróleo—, para reunirse con él antes de regresar a Caracas y poner fin a su gira de casi dos semanas. Maduro calificó de “cuantiosos” los recursos que habría obtenido durante la gira “para que el país siga su ritmo”. Dijo que una vez llegados a Caracas los ministros que lo han acompañado durante el periplo darán los detalles sobre esas inversiones.
Aún así, adelantó que China invertirá mil millones de dólares para la construcción de “las primeras 30 ciudades escolares, de tipo bolivariano”, en todo el país.
El presidente venezolano también aseguró que rendirá cuentas sobre los resultados de su gestión internacional a los Consejos Populares de Gobierno y que en Caracas se pondrá al frente del Estado Mayor Económico para enfrentarse “al golpe económico” que, dijo, está en marcha en Venezuela. “Lo que hay es una insurrección burguesa contra el modelo socialista”, afirmó Maduro.
El país sufre un deterioro social provocado por el desabastecimiento de productos de consumo básico durante sus días de ausencia en el país. Maduro dijo que la crisis la provocan los “sectores de la derecha”, a los que instó a ponerse a trabajar, se han “vuelto locos”.
También aseguró que las críticas a su gira es una operación de agencias de noticias internacionales que “intentan impedir el consenso que vamos a construir entre los países petroleros”. Además agradeció el apoyo que en Venezuela le da “un pueblo consciente”.
A lo largo de la revolución bolivariana que inició Hugo Chávez en 1999, Venezuela se ha convertido en un importante socio comercial de Rusia. Entre las dos naciones se han suscrito 200 acuerdos de cooperación y mantienen en marcha 57 proyectos, a los que pasaron revista ambos mandatarios.
Sin embargo, el desplome de los precios del petróleo —principal fuente de divisas para Moscú y Caracas— permanecía en el centro de la agenda. Con unos 10 millones de barriles de producción diaria, Rusia es, junto a Estados Unidos y Arabia Saudí, uno de los mayores productores de crudo en el planeta, aunque no se adhiere a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).