Ejército Quemó Vivos a Dos Jóvenes y se Queja por Incendio de Estatua

El Ejército lleva 35 años de silencio respecto a la quema de dos jóvenes, en junio de 1986, pero no tardó un par de horas en emitir un sedicioso comunicado por incendio de la estatua de Baquedano, que afectó la pintura de la base del monumento, en la Plaza de la Dignidad.

El 2 de junio de 1986, una patrulla del Ejército, fuertemente armada, al mando de un teniente Pedro Fernández Dittus, rodeó a Rodrigo Rojas Denegri y Carmen Gloria Quintana, jóvenes civiles indefensos, les lanzó gasolina y les prendieron fuego.

Rodrigo murió y Carmen Gloria quedó con severas heridas que la marcaron de por vida.

Nunca el mando militar emitió declaración alguna de condena al suceso.

Es más, oficiales intentaron esconder el crimen y protegieron a los culpables de prender fuego a seres humanos.

Y ahora que un grupo le prendió fuego a la estatua de Baquedano, el mando del Ejército se apresuró a condenar el hecho y difundió una acalorada declaración con efecto en la opinión pública.

“Los cobardes desadaptados que cometieron este acto indignante y repudiable para todos nuestros compatriotas son antichilenos” opinó la entidad castrense.

La pregunta que surge es si esos epítetos no son más válidos para el oficial, suboficiales y soldados del Ejército que le prendieron fuego a dos jóvenes chilenos, en un acto criminal e inhumano, y luego los fueron a arrojar a una zona aledaña a la ciudad para esconder el delito, en una actitud cobarde.

¿No fueron más “cobardes desaptados”, no cometieron un “acto indignante” y no se podría calificar de “antichilenos” a los miembros del Ejército que, por lo demás, aprovechándose de su condición, quemaron vivos a Rodrigo Rojas y a Carmen Gloria Quintana?

Luego, está la frase del Presidente Sebastián Piñera:

“Que chilenos quieran quemar su propio país es algo que nunca habíamos conocido”…cuanto menos perdido se mostró el mandatario. En redes sociales circuló la foto del palacio de La Moneda ardiendo en llamas por el bombardeo durante el golpe de Estado promovido por la derecha y la Democracia Cristiana, bajo la frase de Piñera,

Parafraseando a Piñera, hay militares chilenos que queman a compatriotas y es algo conocido.

El comunicado del Ejército no pasó inadvertido y generó cuestionamientos en redes sociales por una actitud que no se condice con la trayectoria de violaciones a los derechos humanos de esa institución, y la acalorada reacción por la quema de la pintura de la base de una estatua.

El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, en Twitter, señaló:

“El comunicado emitido por el Ejército es antidemocrático y deliberante. Refuerza idea nefasta del enemigo interno que llevó a esa institución a cometer los peores crímenes de nuestra historia”.

Jadue pidió a Piñera la renuncia del jefe del Ejército, Ricardo Martínez.

El diputado de Convergencia Social (CS), Gabriel Boric, planteó:

“El Ejército no debe deliberar ni le corresponde juzgar a otros. Bajo ningún punto de vista esto es aceptable en una democracia”.

Ante otro episodio en que una entidad militar adopta una actitud política deliberativa, Boric apuntó a que el gobierno haga “valer subordinación del Ejército al poder civil”.

La presidenciable del Partido Socialista (PS), Paula Narváez, expresó:

“El comunicado del Ejército excede absolutamente las funciones de una institución del Estado que debe estar supeditada al poder civil. Entra en un terreno deliberante, que no corresponde en un estado democrático”.

Agregó:

“Además utiliza un lenguaje que nos recuerda los peores momentos de nuestra historia como país; un lenguaje que denosta a otros chilenos y chilenas y que no contribuye a la necesaria estabilidad democrática y creación de un ambiente que promueva la paz y no violencia”.

La bancada parlamentaria del Partido Comunista emitió una declaración que señaló:

“El lenguaje empleado por el Ejército al referirse a quienes serían los responsables de este daño estético fue de ‘antichilenos y cobardes’, situación que rechazamos, pues es una muestra más de la actitud deliberante que esta institución ha manifestado reiteradamente, en especial, desde el inicio de la revuelta social”.

Agregó:

“Es inaceptable que una institución como el Ejército de Chile sea partícipe de una maniobra para instalar la teoría del enemigo interno, en una abierta provocación a las multitudinarias marchas y manifestaciones pacíficas de las que hemos sido testigos hace más de un año”.

Las diputadas y diputados del PC exigieron al presidente que pida la renuncia inmediata del Comandante en Jefe del Ejército:

«Lamentamos el blindaje que realiza el gobierno a esta institución por parte del Ministro Vocero quien insistió en que el Ejército solo se limitó a dar una opinión, en una clara defensa corporativa hacia una rama de las fuerzas armadas que cada vez gana mayor rechazo entre la opinión pública”.

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