Islas Eólicas en Dinamarca: La Revolución de la Energía Limpia

El gobierno ha aprobado un proyecto de construcción de dos islas eólicas en Dinamarca, que cuando estén en producción, aportarán suficiente energía limpia para abastecer el consumo país, y exportarla a Alemania, Bélgica y Holanda.

A pesar de que el gobierno ocultado la situación exacta de ambas islas energéticas, se sabe que la primera isla estará a 80 kilómetros en dirección al Mar del Norte, mientras que la segunda –más pequeña– se situará frente a Bornholm, en el mar Báltico, al este de Dinamarca continental.

En régimen, la primera isla, primera en construirse, con una superficie de 120.000 metros cuadrados, el tamaño de 18 campos de fútbol, suministrará energía verde a tres millones de hogares.

La energía eólica ya genera más del 40% de la electricidad del país.

En un amplio acuerdo alcanzado el miércoles pasado, el gobierno danés (socialdemócrata) acordó con los partidos que lo apoyan y la oposición que el Estado tenga una participación mayoritaria en la isla –el 51%– y el resto quede en manos del sector privado.

Cuando esté construido, este gran centro energético suministrará tanto energía limpia a los hogares como hidrógeno verde para su uso en la navegación, la aviación, la industria y el transporte pesado.

El costo de la construcción de la primera fase del proyecto asciende a 28 mil euros, unos 34 mil millones de dólares

«Será el mayor proyecto de construcción de la historia de Dinamarca y supondrá una gran contribución a la realización del enorme potencial de la energía eólica marina europea», dijo el ministro danés de Medio Ambiente, Dan Jørgensen., en un comunicado:

«Estamos dando un paso hacia la próxima era de la energía eólica marina. En 1991 fuimos el primer país en construir un parque eólico marino, y ahora damos el siguiente paso».

El proyecto se basa en un acuerdo alcanzado entre los partidos en junio pasado sobre política energética, en el que las partes acordaron construir dos centros de energía eólica, uno artificial y otro en la isla báltica de Bornholm. Los dos polos generarán inicialmente 5 GW de energía eólica, triplicando la actual potencia en eólica marina de Dinamarca.

La capacidad se ampliará posteriormente hasta los 12 GW.

El suministro de energía limpia generada por estos dos centros excederá la demanda nacional, y será exportada a terceros países, como Alemania, Bélgica y Holanda.

El Gobierno se ha comprometido a entablar conversaciones con los promotores de parques eólicos y otras empresas e inversores lo antes posible, con el objetivo de desarrollar un marco legal para la licitación del 49% restante del proyecto y así facilitar que la isla se pueda construir cuanto antes.

Es difícil, no obstante, que esté lista para 2030, de manera que no ayudaría a Dinamarca a alcanzar su ambicioso objetivo para ese año de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% respecto a los niveles de 1990. Se espera que la construcción del proyecto se inicie en 2026.

De acuerdo al proyecto, la isla gigante pretende estar lista para 2033.

Las leyes climáticas de Dinamarca: ejemplo verde

Islas Eólicas en Dinamarca:  La Revolución de la Energía Limpia

A diferencia de lo que puede ocurrir en otros países con un gobierno entrante, en Dinamarca, el partido que ha ganado no puede derogar las leyes que se hayan aprobado por mayoría o consenso en el parlamento.

Es decir, que el país no utiliza el sistema de botín, un término por el cual se conoce al asalto de las instituciones por parte del gobierno entrante que ha salido elegido en las urnas.
Así, los políticos del país ven las leyes como un mandato que han de cumplir, aunque hayan sido propuestas por un partido de diferente color.

Así, en 2019, el parlamento danés aprobó la Ley del Clima de Dinamarca, una ambiciosa política verde que pretende reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 70% hasta 2030, respecto a los niveles de 1990. Además, esta norma se propuso convertir a Dinamarca en un país con 0 emisiones para 2050, según explicó el ministro de Energía. Dan Jørgensen.

Para avanzar progresivamente hacia una economía completamente verde, el país ya anunció el cese de las exploraciones de petróleo y gas en el mar del Norte, lugar donde ahora estará situada la isla de energía, junto a la cual hay previsión de construir otra más pequeña.

Además, el gobierno danés decidió eliminar, en diciembre del año pasado, la concesión de licencias para la explotación de hidrocarburos por parte de empresas privadas, poniendo fin a la era de los combustibles fósiles en el país.

Por otro lado, y fruto de los debates democráticos del país, 8 de los 10 partidos políticos que componen el parlamento están de acuerdo con el plan, un hecho histórico para Dinamarca, que se sitúa como líder a nivel mundial en el desarrollo de energías limpias.

A pesar de que el plan ha sido anunciado por el ministro actual de Energía, Dan Jørgensen, de los socialdemócratas, los partidos de la oposición, como el Partido Social Liberal, celebraron las actuaciones del gobierno danés. Es decir, que el país ha primado el interés general por conseguir una Dinamarca libre de emisiones a las diferentes ideas políticas, sin excepción alguna.

Respecto a la segunda isla, el país ya ha firmado diversos acuerdos para suministrar electricidad desde aquí hasta Alemania –país pionero en la utilización de cápsulas de energía solar para personas sin hogar–, Bélgica y Países Bajos.

Los planes de Dinamarca pueden convertirse en un aliciente para otros países europeos que buscan sustituir, progresivamente, el uso de combustibles fósiles para suministrar energía, lo que ayudaría a conseguir los objetivos verdes de la Unión Europea (UE).

En este sentido, la UE anunció en noviembre del año pasado un ambicioso plan para multiplicar por 25 la capacidad eólica marina para el año 2050 y quintuplicarla para 2030. Esta no es una cuestión baladí, ya que la UE suple sus necesidades eléctricas con energía eólica en casi el 33% del total.

Así, en el conjunto de la UE, esta energía suministra un nivel actual de 12 gigavatios, mientras que Dinamarca aporta 1,7 gigavatios.

Con la construcción de esta primera isla, el número de gigavatios iniciales sería de 3, el cual aumentaría a 10 con el paso del tiempo.

Por su parte, la segunda isla sería capaz de aportar 2 gigavatios, una cantidad inferior debido a que su tamaño es mucho más pequeño que el de la gigantesca primera isla.

Dinamarca se posiciona con esta visión pionera como un país líder en el uso de energías eólicas, un hecho que no solo repercutirá en el impacto climático, sino también en la actividad económica del país.

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