por Luis Narváez
La víspera de Navidad de 1978, el “Doctor” estaba furioso. Las cuadrillas que mandó al sector Chenco no dieron con una de las cerca de 20 fosas que utilizaron para inhumar a personas que fueron asesinadas entre septiembre de 1973 y abril de 1974.
Varios días trabajaron día y noche sin dar con el lugar.
La frustración se apoderó del “Doctor”, apodo con que los militares conocían a Paul Schaefer, fundador de la Sociedad Benefactora Dignidad. El ex cabo nazi no informó de esto a los mandos castrenses que pedían cuenta sobre el avance de la operación “Retiro de televisores” en la Colonia Dignidad.
Buscó por más de tres semanas. Hizo cavar decenas de hoyos con la misma retroexcavadora con la que los habían hecho años atrás. Finalmente se rindió.
Las mismas tácticas para ocultar los puntos exactos, que incluían clausura de caminos, construir otros y tala de árboles, le jugaron en contra.
Sin embargo, el principal error fue que no reparó en el conductor de la máquina pesada.
Willy Malessa (68) cavó la mayoría de las fosas usadas tras los fusilamientos contra hombres y mujeres, militantes de izquierda, campesinos, pero cuando en diciembre de 1978 llegó la orden de exhumar y hacer desaparecer los cuerpos, trabajó en las labores de exhumación ilegal. Luego, se reportaría enfermo, cuando aún faltaba por barrer uno de los sectores.
Malessa guardó este secreto hasta este viernes. Ayer, bajo una torrencial lluvia, encaminó al ministro en visita Mario Carroza, a policías y dos antropólogos, al lugar.
A unos 12 kilómetros desde el portón de acceso del Centro de Detención, Tortura y Exterminio Colonia Dignidad (convertido hoy en el centro turístico Villa Baviera), se llega a Chenco, un sector de cerros y pendientes. Entre el bosque nativo, arbustos y zarzamora, Malessa señaló un punto. Con su brazo en círculo, señaló un círculo con un diámetro de unos 50 metros.
Dos fuentes, presentes en el lugar, relataron a El Dínamo que Malessa “le señaló al magistrado que en 1978, ellos, los alemanes, y él en particular, no lograron dar con una fosa donde habría un cuerpo”.
“Señaló que él y Schaefer fueron varias veces al lugar, pero que sólo sacaron tierra y piedras, pero de la persona que ahí estaba, no apareció.”
Luego enfermaría y no volvería casi por 40 años al lugar.
Malessa, en 2005, aportó datos para ubicar, en otro punto de Chenco, la fosa donde fueron encontrados restos de un auto que perteneció a un detenido desaparecido. El juez de ese entonces, Jorge Zepeda, no lo procesó y libró de todas las causas que seguía ese magistrado. Pero la información sobre un cuerpo en el lugar, nunca la había revelado.
Destino Final
Se trata de la diligencia más importante llevada acabo por el juez Carroza, desde que en 2012 acogiera a tramitación una denuncia por torturas a un prisionero en la Colonia Dignidad.
Las primeras diligencias provocaron roces con el juez Jorge Zepeda, que sólo fueron zanjadas por el presidente de la Corte Suprema de la época, Sergio Muñoz. Sería el inicio del fin de Zepeda, magistrado fuertemente cuestionado por abogados de derechos humanos y familiares de detenidos desaparecidos.
Zepeda terminaría las causas que había comenzado en 2000 y Carroza seguiría con otras causas nuevas, con relación a crímenes de lesa humanidad cometidos en el enclave alemán, durante la dictadura.
En 2015, el programa de Derechos Humanos interpuso una querella por inhumación ilegal, ya que se estima que el fundo de 14 mil hectáreas que aún poseen los colonos que quedan fue utilizado como destino final de personas que fueron asesinadas y luego hechas desaparecer.
El viernes, en una maratónica jornada, Carroza se dirigió desde Santiago hasta el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Cauquenes. Allí interrogó a los ex jerarcas, Kurt Schnellenkamp (90), Gerd Mücke (87) y Gunter Schafrik (62). Todos ellos cumplen condena por delitos sexuales contra niños, además de una sentencia por asociación ilícita.
Desde 2006 que los alemanes no eran interrogados por delitos de lesa humanidad. Cada uno de ellos fue requerido por el magistrado, sobre el punto donde habría una fosa sin excavar.
Posteriormente, cerca de las 13 horas, llegó hasta la Colonia Dignidad. Allí junto a la Brigada Investigadora de Delitos Contra los Derechos humanos y los antropólogos Iván Cáceres y Keneth Jensen se dirigieron al sector. El lugar fue asegurado mediante un GPS, quedando fijadas las coordenadas. El recorrido fue detallado.
Todo fue observado atentamente por la abogada del Programa de Derechos Humanos, que hoy depende del Ministerio de Justicia, Loreto Meza. La profesional fue quien presentó la querella por inhumación ilegal, debe informar sobre la viabilidad de los peritajes que implicaría la búsqueda de esta fosa desconocida.
Los antropólogos Cáceres y Jensen, presentaron en marzo, una propuesta de trabajo que pasa por la aprobación de la subsecretaria de Derechos Humanos, Lorena Fríes.
Fuentes de esa entidad indicaron que la jefa del servicio habría realizado varias consultas, sin embargo hasta el cierre de esta edición, no se han aprobado oficialmente los recursos para financiar el trabajo de los científicos.
La esperanza de los familiares
Myrna Troncoso, dirigenta de los familiares de detenidos desaparecidos de la Región del Maule, dijo a El Dínamo que hay que tener cautela y no generar expectativas en los familiares:
“Llevamos más de 40 años con este dolor. Los colonos han mantenido un silencio criminal que ha aumentado nuestra tristeza. Pero si este señor dice la verdad y el juez Carroza hace las diligencias necesarias, nos traerá algo más de tranquilidad, cualquiera sea el resultado.”
Agregó que “siempre hemos dicho que los colonos aún tienen información y que en varias oportunidades los actuales jóvenes jerarcas han intentado silenciar a los que han querido hablar. Esto es una buena señal y esperamos que otros se atrevan y alivien sus conciencias y nuestro dolor”.
La dirigenta anunció que en los próximos días se harán parte en el proceso que sigue el ministro Mario Carroza, mediante una querella.
Por su parte, Hernán Fernández, abogado querellante en causas contra la Colonia Dignidad, sostuvo:
«La diligencia realizada el viernes es muy relevante porque los antiguos y los nuevos jerarcas no han colaborado de manera suficiente con la justicia. No han tenido la debida consideración y respeto con las víctimas. Que los nuevos jerarcas vinculados con los antiguos han mantenido una actitud de poder y que no permiten avanzar hacia la verdad total y hacia la reparación de las víctimas. Se ha transformado el sistema, pero no se ha reparado el inmenso daño causado”.
Sobre Willi Malessa, el jurista sostuvo:
“Es un ex colono que vive como un privilegiado, con un estatus superior a las víctimas. Es su deber colaborar.”
Fuente: El Dínamo