Según un estudio de la Fundación SOL, el año 2005, antes del comienzo del CAE, se registraba una matrícula total de 663.679 alumnos/as, mientras el año 2020 se llegó a 1.221.017 matriculados/as, de los cuales, el 47,9% están con deuda morosa, o sea, unos 614 mil jóvenes en esa condición.
El 72 % de este aumento se concentra en sólo 20 instituciones que pertenecen a los siguientes grupos educacionales: i) Laureate International; ii) Santo Tomás; iii) INACAP y iv) Pontificia Universidad Católica.
Además de Universidades que han sido investigadas por lucro, tales como la Universidad San Sebastián, Autónoma, Central, del Desarrollo, entre otras.
Precisamente es en estas instituciones donde se concentra el 66,1% de las y los estudiantes que acceden al CAE y 65,7% de los recursos que por esta vía ha recibido desde el año 2006 todo el sistema de Educación Superior chileno, lo que equivale a $4,35 billones (millones de millones de pesos).
El total de recursos entregados por los Bancos entre 2006 y 2020, a través del CAE, a las instituciones de educación superior acreditadas donde se matriculan los alumnos beneficiados, es de $6,62 billones (6,62 millones de millones de pesos). Sólo tres bancos se han adjudicado casi el 90 % de los créditos: Scotiabank, Estado, e Itaú-Corpbanca.
Estos son algunos resultados que arrojó el estudio Endeudar para Gobernar y Mercantilizar: El Caso del CAE. de la Fundación SOL.
Resumen Ejecutivo
El Crédito con Aval del Estado (CAE) se crea en el gobierno de Ricardo Lagos con el objetivo de aumentar el acceso al sistema de Educación Superior chileno, bajo el argumento de que el Estado tiene restricciones presupuestarias y por tanto requiere de la Banca para asegurar esta nueva política de financiamiento.
De esta forma, se fortalece aún má, la filosoflía del subsidio a la demanda como política de financiamiento para la Educación Superior.
A su vez, se refuerzan los pilares de la acumulación por desposesión por medio del endeudamiento relacionado con el acceso a un derecho social como lo es la educación.
Para los hogares se refuerza y reproduce el disciplinamiento que genera la deuda. En un periodo caracterizado por la contención de los salarios reales de las familias y el permanente aumento de gasto al que se ven sometidas por cuestiones básicas de reproducción social.
La promesa del aumento del acceso a la Educación Superior, se cumplió ampliamente. El año´2005 (antes de que comience a operar el CAE), se registra una matrícula total de 663.679 alumnos/as, mientras el año 2020 se llega a 1.221.017 matriculados/as.
El 72% de este aumento se concentra en solo 20 instituciones que pertenecen a los siguientes grupos educacionales: i) Laureate International; ii) Santo Tomá; iii) INACAP y iv) Pontificia Universidad Católica.
Adicionalmente, en este listado, se encuentran aquellas Universidades que han sido investigadas por lucro, tales como la Universidad San Sebastián, Autónoma, Central, del Desarrollo, entre otras.
Precisamente es en estas instituciones donde se concentra el 66,1% de las y los estudiantes que acceden al CAE y 65,7% de los recursos que por esta vía ha recibido desde el año2006 todo el sistema de Educación Superior chileno, lo que equivale a $4,35 billones (millones de millones de pesos). soloel Grupo Laureate International, ha recibido más de $1,18 billones a través del CAE.
Estas 20 instituciones registraron utilidades por más de $162 mil millones de pesos, de acuerdo a la última información disponible (año2019), monto que representa un 68% de las utilidades generadas por todo el sistema de Educación Superior chileno.
Por otro lado, la matrícula de los establecimientos estatales solo aumenta en 29.991 estudiantes y su participación en el total no supera el 16,4 %, convirtiéndose en un apéndice del sistema de Educación Superior.
El total de recursos entregados por los Bancos entre 2006 y 2020, a través del CAE, a las instituciones de educación superior acreditadas donde se matriculan los alumnos beneficiados, es de $6,62 billones (6,62 millones de millones de pesos). Solo tres bancos se han adjudicado casi el 90% de los créditos: Scotiabank, Estado, e Itaú-Corpbanca.
Para hacer este negocio aún má atractivo para la Banca, el Estado se comprometió originalmente a subsidiar a los bancos participantes, comprando cada año el 25% de los créditos entregados, con un sobreprecio del 6 %. Sin embargo, entre 2006 y 2020, el Fisco ha recomprado un 56,4% de los créditos con un sobreprecio de 24,7% (4,1 veces má que lo que se requería originalmente), lo que equivale a $4,66 billones, de los cuales $924.136 millones corresponde a sobreprecio.
En relación a los porcentajes de recompra, Itaú-Corpbanca, Internacional, Santander y Scotiabank, presentan más del 50% de los créditos entregados que ya han sido adquiridos por el Fisco y en cuanto al recargo, destaca el BCI, el cual recibió un considerable sobreprecio de 55,6% por los créditos que el Fisco le compró.
De esta forma, mientras en 2006 el CAE representaba el 2,4% del presupuesto de la partida de Educación Superior, hoy, a pesar de coexistir con la política de gratuidad de mercado, representa el 23,7% del presupuesto y el Fisco ha comprometido recursos por $547.236 millones para el 2021.
El argumento de la escasez de recursos para a acudir a la Banca, claramente dejó de ser válido. Si consideramos los distintos tipos de créditos otorgados por la Banca para financiar la educación superior, se puede observar que mientras en marzo de 2010 se registraban en torno a 270 mil jóvenes deudores, en marzo de 2021 se registraban 614 mil jóvenes en esa condición.
El máximo histórico se alcanzó en septiembre de 2018 con má de 727 mil personas endeudadas por estudiar en la Educación Superior. Además, el monto de la deuda total se ha triplicado, superando los 2,98
billones en junio de 2020. El CAE explica má del 90% de la deuda total. En pocas palabras, en Chile, educarse y endeudarse son parte de la misma ecuación.
A diciembre de 2020, se registraban 641.288 personas pagando el CAE, ya sea en su calidad de desertores o egresados. En el caso de aquellos estudiantes que desertaron de sus carreras, el 79,2% se encuentran morosos. En el caso de los egresados que actualmente están pagando el CAE, se registra un 38,8% de morosidad.
La morosidad total del sistema es de 47,9% e involucra a 307.138 deudores. Además, la proporción de estudiantes morosos ha aumentado en casi 8 puntos porcentuales desde 2017, lo cual permite concluir que este crédito resulta ser un gasto más que una inversión para el Fisco.
Al desagregar los datos según tipo de Institución de Educación Superior, se observa que los mayores niveles de morosidad se registran en los Centros de Formación Técnica (55,7 %) y en los Institutos Profesionales (50,9 %) y en el mundo de las Universidades, son las privadas no CRUCH, las que presentan los datos más preocupantes con un 41,7 %, que representa a más de 86 mil personas.
Además, es importante destacar que el 63% de los morosos por CAE estudió en CFT o IP.
Si analizamos los datos de morosidad según holding o grupos educacionales, se puede constatar que el Grupo Santo Tomás, es quien presenta los niveles más altos con un 51,6% de morosidad,
seguido por el Grupo Laureate con un 49,3%.
Al analizar los datos por región, se puede observar que los territorios donde se registra mayores niveles de morosidad son: Arica y Parinacota (57,8 %), Biobío (51,7 %), Coquimbo (51,4 %),
Tarapacá (51,2 %), Magallanes (50,6 %), La Araucanía (50,4 %), ~Nuble (50,3 %) y Los Lagos (50,3 %).
Cuando se analizan las tasas de morosidad a nivel comunal en territorios con elevado número de habitantes, como es el caso del Gran Santiago, se puede observar cierta correlación entre morosidad e ingresos/pobreza.
Las 10 comunas que registran mayor tasa de morosidad en el Gran Santiago, tienen casi el doble de pobreza multidimensional, poco má del doble de pobreza por ingresos y un 48% de los ingresos autónomos del hogar que las 10 comunas que registran menores tasas de morosidad. Vale decir, a mayor morosidad, mayor pobreza y menores ingresos.
Ademá del financiamiento vía CAE, la mayoría de las instituciones captan recursos por pago directo de los hogares al cobrar un arancel superior al arancel de referencia (en base al cual se asigna el CAE). En promedio, se tiene una diferencia de $881.474 en las instituciones seleccionadas.
El grupo con la mayor diferencia promedio entre los aranceles reales y de referencia es el Grupo Laureate, con $943.271, aunque como se puede apreciar, mantiene diferencias en su interior, que van entre los $505.077 en el IP AIEP y los $1,5 millones para la Universidad Andrés Bello.
En resumen, con la creación y la profundización del CAE, en términos de gobernanza, se privatizó y mercantilizó aún má el sistema de Educación Superior chileno, se estableció un lucrativo nicho de negocio para la Banca asistido por el Estado y se implementó un dispositivo de control social y vital sobre el presente y futuro de muchos estudiantes y futuros trabajadores a través de la deuda.