Desbordes lo Hizo de Nuevo: Masivos Despidos en Salud Municipal de Santiago

Tal vez, el alcalde, Mario Desbordes crea que la salud municipal de Santiago tiene nivel de excelencia, o al revés, que resulta excesivamente cara.

Como sea, a los masivos despidos en la municipalidad de Santiago, ahora pasó la guadaña por el sector salud municipal,

Como si sobrara personal, sobre todo en atención primaria, dispuso la desvinculación de más de una veintena de profesionales del área.

Como oscuro polizonte, derechista a la vela y protervo por vocación, escogió el 31 de diciembre para notificar los despidos de 28 funcionarios de la salud municipal, incluyendo médicos, enfermeras/os, sicólogos/as y kinesiólogos/as, indispensables para la atención de salud de vecinos y vecinas de la comuna.

Estos funcionarios estaban bien evaluados en sus labores, en lista 1 de la escala de calificaciones. El factor común es haber sido contratados durante la administración de Irací Hassler, lo que transforma las desvinculaciones en persecución política, expresamente prohibida en el estatuto administrativo, que rige a los funcionarios públicos del país.

Hasta este instante, a pesar de su importancia en los sistemas de salud municipal de la capital, la noticia ha sido ignorada por los grandes medios.

Si bien la medida carece de lógica y base legal, la hostilidad del alcalde hacia la gestión de salud se manifestó el mismo 9 de diciembre, cuando se refirió en Canal 13, a la directora de salud, Marina Garrido, de forma despectiva, sin haberla conocido. Adelantó que estaba analizando el mecanismo para poner a otra persona en su cargo.

En otras palabras, la despidió por la prensa.

Al día siguiente, la directora se reunió con el administrador municipal, Claudio Pontillo, y el director jurídico, José Pinochet, quienes le señalaron que el alcalde no quería trabajar con ella, dado que considera que “no tiene las competencias”, sin evaluación previa.

Asimismo, le señalaron que la estaban “invitando a renunciar”, y que, de no hacerlo, se buscarían las medidas administrativas para removerla de su cargo, lo cual constituye una amenaza no precisamente velada.

Este nivel de maltrato y acoso, originó la primera demanda por ley Karin, contra Mario Desbordes.

Marina Garrido, actual directora de salud, accedió al cargo por concurso público, de manera indefinida, puesto que acreditó vasta experiencia en atención y gestión de salud, como consta en su currículo.

De esta manera, se llega al absurdo escenario, de un sistema de salud asediado por la escasez de personal, con falta de horas médicas, y largas filas tempranas en los CESFAM de la comuna; donde, sin embargo, el alcalde decide despedir al diez por ciento de los 258 contratos a renovar, entre el personal clínico.

El necesario deterioro de la calidad de salud de Santiago, tiene un responsable, el alcalde Mario Desbordes, y un ejecutor, el sub director administrativo, Jaime Silva Acevedo.

De modo que los/as vecinas/os de Santiago que queden sin atención, ya saben a quiénes imputar.

Con esta nueva atrabiliaria decisión de política pública, Desbordes está contrayendo -y construyendo- una crisis que fatalmente lo desbordará, aparte de que vuelve a demostrar, hasta el cansancio, aunque todavía la mayoría de los chilenos no lo entienda, que la derecha chilena está condenada a ofrecer, con suerte, más de lo mismo.

Lo que ganará, con certeza, es un conflicto judicial que puede salir más caro que el «ahorro» generado por los despidos masivos.

Premio Paquita la del Barrio

Desbordes lo Hizo de Nuevo: Masivos Despidos en Salud Municipal de Santiago
El «chivato» Jaime Silva Acevedo, en un acto de campaña de Irací Hassler, junto a calificadas compañeras de trabajo, a las que traicionó.

En circunstancias de crisis, aflora lo mejor y lo peor de la especie humana.

Por tanto, es común, a lo largo de la historia, la eclosión de seres miserables y rastreros, que, por platos de lentejas, denarios de plata o prebendas varias, venden su condición humana.

Sin embargo, no por común, es un hecho menos importante de visibilizar.

Es el caso de Jaime Silva Acevedo, sub director administrativo, que reemplaza a la directora, en uso de licencia médica, contratado también durante la administración de Irací Hassler, por quien incluso realizó campaña electoral.

Agudo de olfato, como todos estos veletas, ligero de lealtades y oportunista por elección, no dudó en transformarse en el verdugo de sus compañeros de trabajo, incluso contra quién le otorgó la confianza para asumir el cargo.

Vaya para Silva Acevedo el trofeo Paquita la del Barrio.

Que le aproveche, que disfrute su módico ascenso y con su pan que se lo coma.

No tardará en aprender, cuando con él hagan lo propio, que nadie confía en el traidor, por la sencilla razón de que, aquel que traicionó una vez, es casi seguro que lo volverá a hacer.

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