domingo, abril 27, 2025
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Elecciones en Venezuela: Ganadores y Perdedores

En momentos donde la alegría chavista es el sentimiento predominante, y con justicia podrá cerrar las navidades del año 2013 con sabor a legítima victoria, es preciso no perder de vista para el año 2014, la necesidad de un análisis en profundidad de las correlaciones de fuerzas y sus dinámicas de flujo o reflujo revolucionario de cara a los próximos desafíos electorales para la renovación del parlamento venezolano.

Recientes informaciones señalan que el número de alcaldías conquistadas por las fuerzas sociales y políticas que conforman el Gran Polo Patriótico, cuyo principal eje electoral es el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) asciende al menos a 210.

De este número de Alcaldías, al menos 13 corresponden a capitales de los 24 estados a lo largo del país. Con 97,52% de la transmisión, el chavismo obtuvo 5.111.336 votos, lo que significa el 49,24%, mientras que las organizaciones de derecha sumaron 4.435.097 votos, lo que representa el 42,72%, con una brecha relativa a favor de la revolución de 6,52%, porcentaje suficiente para salir de una zona de riesgo político (i).

Otras organizaciones políticas obtuvieron 833.731 votos, lo que se traduce en 8,03% de la población electoral, hecho importante a tomar en consideración para comprender los límites de los agrupamientos que alientan la polarización política, pues estos votos podrían ser claves para inclinar las balanzas en una u otra dirección. LO cierto es que en las actuales circunstancias, la estrategia opositora de pescar en rio revuelto ha sido derrotada momentáneamente (ii).

Por ahora, conviene administrar la victoria con alegría, pero con criterios de mesura y escasez, pues apenas estamos en la senda de la recuperación de las ventajas del voto bolivariano obtenidas por Chávez el 7 de octubre de 2012 en la geografía electoral del país.

En ese momento, el Presidente Chávez coronó su última victoria personal, consagrándose definitivamente como un competidor electoral invicto en materia de elecciones presidenciales (iii). Sin embargo, persisten zonas geográficas de inestabilidad y desventaja que no pueden perderse de vista en el contexto de una legítima alegría por el triunfo obtenido.

El principal significado de la clara recuperación del voto bolivariano en las pasadas elecciones del 8-D, contra todas las voces agoreras de los “profetas del desastre”, fue la derrota contundente de la tesis opositora del plebiscito para “sacar a Maduro de Miraflores”. Así mismo, la orquestación política y mediática de la derecha continental y mundial se quedó con los crespos hechos imaginándose que el chavismo estaba a punto de sufrir su más estrepitosa derrota (iv).

El principal descalabro fue para quienes avalaron la tesis del plebiscito contra Maduro, y el saldo de este fracaso no dejara de sentir sus movimientos telúricos en el seno del campo opositor y para su dirigencia, que pierde prestigio y reconocimiento de su liderazgo, ante la imposibilidad de sincronizar y calibrar su avance en algunas de las principales capitales de los estados del país sin lograr superar en votos al campo bolivariano y chavista.

La unidad bolivariana logró recuperar así la dirección de la victoria, aunque falta mucho por hacer para consolidar una superación realmente fructífera de las debilidades, diferencias, tensiones y contradicciones no antagónicas que recorren internamente a las fuerzas sociales y políticas que conforman una gran alianza popular revolucionaria (v).

Ciertamente, la principal barrera de contención de los planes desestabilizadores de la derecha, fue la unidad de la multitud chavista, bolivariana, plebeya y revolucionaria alrededor de su liderazgo. El pueblo bolivariano organizado, le puso límites a quienes lo siguen minimizando y desvalorizando como sujeto del cambio en Venezuela.

Si la cadena de equivalencias entre el protagonismo popular, el prestigio del liderazgo político de la Revolución Bolivariana y el legado revolucionario de Chávez logra consolidarse, la correlación de fuerzas seguirá siendo favorable para la conducción del Presidente Maduro, que sigue siendo subestimado por una oposición y por algunos sectores bolivarianos vacilantes que no comprenden ni descifran sus cualidades de liderazgo.

La gran frustración del “Estado Mayor Político” de la oposición fue no poder lograr sacar más votos que el proceso bolivariano a nivel nacional, ni lograr conquistar la victoria en la Alcaldía Libertador, a pesar de haber conquistado la victoria en el resto de los municipios del área metropolitana de Caracas, hecho que no permitió la tan necesaria victoria del candidato bolivariano Ernesto Villegas para la Alcaldía Mayor, aunque su desventaja sea por estrecha diferencia de votos.

Una victoria de Ernesto Villegas podría haber significado un auténtico salto cualitativo para el avance de las fuerzas bolivarianas en la principal capital del país, y su figura sigue destacando para apalancar la unidad de las fuerzas bolivarianas en todo el complejo campo minado de la gobernabilidad de la gran capital.

De manera que los planes opositores de descalabro definitivo del Gobierno se vieron contenidos por la multitud chavista plebeya en toda la geografía electoral del país, aunque cabe destacar que en el día de la lealtad a Chávez no se logró conquistar la alcaldía de la ciudad capital del estado Barinas, su estado natal.

Situaciones como esta, así como en las capitales de los estados Táchira, Mérida y Monagas deben ser leídas con cabeza fría y con humildad intelectual, para evitar que la recuperación obtenida por las fuerzas bolivarianas de lugar a actitudes arrogantes del triunfalismo.

El claro viraje de la política del Gobierno de Maduro hacia medidas de corte populares en el terreno económico y social a partir del mes de Octubre, cuando solicitó formalmente los poderes habilitantes, ha sido una clara demostración de re-sintonización del gobierno con el legado revolucionario de Chávez.

De manera que cabe complementar este viraje hacia la izquierda, renovando y reactualizando a fondo las “líneas de acción política para la coyuntura política” elaboradas por el partido victorioso en la actual contienda: el PSUV; reforzándolas con los criterios político-ideológicos, la participación y compromiso de las fuerzas aliadas al PSUV, quienes también contribuyeron a consolidar una clara senda de recuperación para la victoria bolivariana.

Si el GPP como alianza popular revolucionaria (vi) logra sortear sus tensiones y diferencias internas, podría definitivamente demostrar que hay una estructura de oportunidad para la viabilidad del Plan de la Patria, así como su más alta fidelidad a la meridiana claridad expresada por Chávez cuando habló de unidad, batalla, lucha y victoria aquel 8 de diciembre de 2012.

No hay que minimizar que la oposición gana espacios de poder en varios estados del país. Ciudades importantes como Valencia (Carabobo) y Barquisimeto (Lara) pasan a manos opositoras. Dados los cómputos obtenidos hasta ahora, en lo que respecta a las capitales de las entidades federales, el oficialismo triunfó en por lo menos 13 y la oposición en por lo menos 8.

De esa forma, la MUD recuperó Barquisimeto, Valencia, Maturín y Barinas y perdió Ciudad Bolívar y San Carlos. Los resultados de Puerto Ayacucho (Amazonas), San Juan de los Morros (Guárico) y Coro (Falcón) muestran una competencia cerrada. En Zulia, la MUD consiguió mantener Maracaibo, por estrecho margen, un municipio vital para el despliegue de las fuerzas bolivarianas. En Táchira, la oposición muestra signos importantes de recuperación, lo cual nos lleva de nuevo a comprender las regiones pivotes de potencial desestabilización o zanas geográficas de riesgo político.

Tampoco se ha llegado a valorar suficientemente el papel de la abstención en los recientes comicios. La participación en el proceso de elecciones municipales (58,9 %) superó la registrada en las regionales del 16 de diciembre de 2012 (53,8 %), pero dado los objetivos políticos y el contexto de lo que estaba en juego sigue siendo elevada.

Algunos analistas ya habían tenido la previsión de señalar que el PSUV ganaría en porcentaje de alcaldías, pero no se atrevían a despejar sus pronósticos en el total de votos nacionales, dados los parejos resultados del 14 de abril de 2013. Pero si se tratara de marcar tendencias, fue el Chavismo el que recuperó su ventaja frente a la oposición.

Ciertamente, en las próximas horas nos moveremos en el contexto de mensajes de maximización de triunfos y minimización de derrotas de lado y lado. Al pueblo bolivariano, que desea recuperar las brechas alcanzadas en vida por el Presidente Chávez, le tocará analizar en profundidad las correlaciones de fuerzas electorales en los últimos 6 años, analizar las situaciones y acontecimientos que permitirían sacar a la revolución de una zona de riesgo político.

El objetivo de superar una potencial crisis política que transcurría en el encadenamiento de la crisis electoral del 14 de abril de 2013 y la crisis económica que se mueve en el trasfondo de la “guerra económica”, ha sido alcanzado parcialmente de cara al año 2014.

El proceso bolivariano ha alcanzado dos objetivos estratégicos fundamentales en política: ha obtenido un tiempo político crucial sin perder grandes espacios de poder; y por otra parte, ha logrado contener la estrategia de derribo a corto plazo ejecutada por parte de la oposición, saliendo francamente de una zona de riesgo político. De manera, que la unidad de la alianza bolivariana revolucionaria, debe sentirse alegre, pero sobretodo debe profundizar en el análisis y mantener la cabeza fría para enfrentar las delicadas coyunturas económico-sociales del año 2014.

(*) Articulista de Opinión. Promotor del Pensamiento Crítico Socialista. Profesor de Estudios Latinoamericanos-Sociología UCV. Magister en Planificación del Desarrollo. Integrante de la Plataforma Patria Socialista.

Fuente: Aporrea

Notas

i  http://www.rebelion.org/docs/155457.pdf
ii http://www.rebelion.org/docs/150733.pdf
iii http://www.rebelion.org/docs/161399.pdf
iv http://www.aporrea.org/internacionales/n241452.html
v http://www.aporrea.org/ideologia/a174248.html
vi http://www.aporrea.org/ideologia/a167481.html

Comunistas venezolanos celebran triunfo en elecciones municipales

El Partido Comunista de Venezuela (PCV) calificó hoy de trascendental la victoria popular de las fuerzas aliadas revolucionarias en las elecciones municipales del domingo. Tras una reunión del Buró Político del PCV para examinar los resultados, el secretario general, Oscar Figuera, significó que todas las organizaciones revolucionarias salieron fortalecidas y hubo un apoyo inequívoco al presidente Nicolás Maduro.

“Constituyó una derrota al plan de conspiración que el núcleo de la derecha fascista, con instrucciones de Estados Unidos, intentó darle al proceso un carácter de plebiscito”, expresó.

Destacó que este es el cuarto fracaso de quien pretende erigirse líder de la derecha con posiciones entreguistas y fascistas, en alusión, sin mencionar nombre, al gobernador del estado de Miranda, Henrique Capriles.

En igual sentido alertó que si bien el plan conspirador no logró desplegarse, la amenaza se mantiene.

Acotó que el Partido Comunista se suma al llamado de Maduro para fortalecer la unidad en medio de la diversidad de todas las fuerzas revolucionarias y junto a toda la ciudadanía reforzar el poder popular.

En otra parte de sus declaraciones a la prensa Figuera definió al Plan de la Patria, programa de gobierno en Venezuela para el período 2013-2019 devenido Ley, como directriz esencial del trabajo de la organización, junto al programa del PCV y el necesario seguimiento a las experiencias particulares de la organización en los territorios.

Precisó que en las alcaldías en los que haya sido elegido un militante comunista, éste estará comprometido con el proyecto de unidad, con la construcción el poder popular, de gestión social y con el proceso revolucionario bolivariano.

Y vienen a demostrar la fortaleza del proceso político y social venezolano”, agregó.

Reafirmando que la participación popular fue un elemento central del triunfo, junto al papel cumplido por el Consejo Nacional Electoral, Las Fuerzas Armadas Nacional Bolivariana, el conjunto de ciudadanos y ciudadanas que formaron parte de las mesas electorales y todas las instituciones del Estado que salieron fortalecidas.

Para los comunistas es importante resaltar la derrota sufrida por el plan de la conspiración en Venezuela. “La derrota que ha sufrido el núcleo fascista de la derecha política, que ha estado cumpliendo instrucciones del imperialismo norteamericano y que se plantearon para estas elecciones como un plebiscito que les sirviera para crear una situación de crisis política, institucional y de violencia generalizada”, enfatizó Figuera.

Alertó que aunque fue derrotado dicho plan en esta oportunidad, queda latente nuevas conspiraciones que el imperialismo intentará contra el proceso revolucionario.
Para el PCV, la derrota transitoria sufrida por el imperialismo y la derecha neofascista, debe dejar una lección que es permanente

“Que la participación popular es, al final de cuentas, lo que garantiza que avancen los procesos sociales y lo que garantiza que las conquistas alcanzadas se puedan defender”, señaló el diputado comunista.

La tolda del Gallo Rojo afirmó que la fase que vive el proceso revolucionario en Venezuela es “Consolidar las conquistas y avanzar en su profundización”.

EL Partido llamó a seguir profundizan el proceso de articulación del Gran Polo Patriótico Simón Bolívar ya que “Hoy más nunca adquiere una pertinencia”.

Finalmente dio a conocer los nombres de los nueve alcaldes elegidos por propuesta del Partido, dos de ellos en lista alternativa.

El PCV logró nueve alcaldías (1,6 por ciento), dos de ellas con candidaturas propias y el resto en coalición con otras fuerzas.

Por ahora el PCV tiene ya 8 alcaldes comunistas, creemos que serán 9, siete dentro de la alianza con el GPP:

1.- Carabobo, Muncicipio Miranda, José Achuelo.
2.- Cojedes, Municipio Girardot, José Ríos.
3.- Guárico, Municipio Ortíz, Rolando Nieves.
4.- Monagas, Municipio Ezequiel Zamora, Raul Brazón «Chequelo».
5.- Táchira, Municipio Uribante, Magaly Rosales.
6.- Zulia, Municipio Simón Bolívar, Adriano Pereira (camarada amigo del PCV, no militante).
7.- Amazonas, sin definir aun CNE, Municipio Manapiare, Alberto Cayupiare (del Movimiento Indígena, no militante del PCV).
y dos más fuera de la alianza del GPP en Portuguesa donde el PCV es la primera fuerza:
8.- Ospino, Carlos Molina.
9.- San Genaro de Boconoito, Armando Rivas.
10.- Concejal al Cabildo Metropolitano de Caracas: Vladimira Moreno.

Borón: Victoria chavista en Venezuela es un revés para el imperialismo

La amplia victoria que obtuvo este domingo la Revolución Bolivariana en los comicios municipales constituye un revés para el imperialismo y sus lacayos locales; además, significa un alivio para los pueblos de América Latina y el Caribe, analizó el periodista y economista argentino Atilio Borón.

El pueblo venezolano “votó al chavismo”, aseguró Borón quien además consideró que la victoria, en casos como la Alcaldía Bolivariana Libertador, es un acto de lealtad con el Comandante Supremo, Hugo Chávez.

A través de su cuenta en Twitter @atilioboron, el periodista resaltó la fortaleza chavista en Venezuela que sumó otra victoria electoral a la Revolución pese a la guerra mediática y económica que adelanta la derecha criolla.

Al respecto, señaló: “Pese al terrorismo mediático, al desabastecimiento programado, al acoso del imperialismo, a los sabotajes, el pueblo votó al chavismo”.

De acuerdo con el análisis de Borón, la diferencia entre el chavismo y la derecha se acrecentó a un 9%, registrando un caudal de votos en aumento de unos 800.000.

Borón recordó que la diferencia durante las presidenciales fue de apenas 1,5%; sin embargo, tras la gestión del Presidente Nicolás Maduro la brecha entre la alianza patriótica y la llamada Mesa de la Unidad es hasta del 10%.

“Diferencia entre Polo Patriótico y Derecha: 54 % versus 45 %. Notable performance de Maduro y el gobierno bolivariano, pese a todos los ataques”, recalcó Borón.

El chavismo gana las elecciones municipales: Un pueblo Maduro

Rafael Rico Ríos

En las elecciones municipales celebradas en Venezuela el 8 de diciembre de 2013, con el 97,52 % escrutado y una participación del 58,92, elChavismo obtiene un resultado total de 49,24% de votos frente a un 42,72% de la oposición. Otras candidaturas independientes obtuvieron un 8,03% de los votos.

El Chavismo gana en 15 de las 24 capitales y en el 76% de las alcaldías del país. Pero vuelve a perder en las tres principales ciudades: La Alcaldía Mayor de Caracas, Maracaibo y Valencia.

Teniendo en cuenta que se trata de elecciones municipales, una alta participación demuestra que en Venezuela la democracia está más viva que nunca y que continúa el enfrentamiento entre dos modelos políticos.

Para estas elecciones municipales, nadie se atrevía a hacer pronósticos de los resultados, eran una gran incógnita sin Chávez, el ajustado triunfo de Maduro el pasado 14 de abril y los problemas económicos que han azotado el país en los últimos meses.

Estas elecciones municipales se han tratado de presentar como un plebiscito a la gestión de Maduro y sus resultados pretendían vislumbrar la era post-Chávez, medir la temperatura de la masa crítica del proceso y ver el comportamiento del núcleo duro de ambos bloques.

La alta participación, podría reforzar la idea de que efectivamente ha sido un plebiscito. Sin embargo, no hay que olvidar que se tratan de elecciones municipales, donde hay factores locales que influyen en el voto. Además, los graves problemas económicos podrían deberse a fenómenos coyunturales o a una crisis del sistema que requiera cambios estructurales. Por tanto, es difícil cualquier análisis y conclusión que trate de generalizar los resultados de estas elecciones para interpretar la marcha del proceso.

¿Guerra económica?

Con estos resultados, parece que las últimas medidas decretadas por el gobierno de Maduro contra el desabastecimiento y la especulación podrían haber movilizado el voto socialista y haber entrado en juego la conciencia de clase.

En el año 2003, para evitar la fuga de capitales, se instauró el control de cambio a través del sistema de control y asignación de divisas de la Comisión de Administración de Divisas, CADIVI. La adquisición de dólares por el sistema no-oficial, ha generado un mercado paralelo de adquisición de dólares que ha llevado actualmente a multiplicar por 10 su precio oficial.

Las grandes empresas han conseguido “burlar” el control de cambio, adquiriendo divisas a precio oficial, generando monopolios de importación y acceso a bienes por el precio oficial, vendiendo, por un lado, los productos a precio de dólar paralelo, y, por otro, vendiendo en el mercado paralelo las divisas adquiridas a precio oficial. Han creado un suculento y mil millonario negocio con la venta de divisas, relegando a un segundo plano la importación de mercancías, materias primas y maquinaria o la actividad productiva.

Esta crisis ha tenido graves consecuencias para la población venezolana, disparando la inflación a máximos de los últimos 16 años y generando escasez de productos básicos, convirtiendo el problema económico el desabastecimiento de alimentos y alto costo de la vida en los problemas que más preocupan a los venezolanos, junto con la inseguridad.
Los precios han subido un 54% interanual en lo que va de año 2013. Una gran parte de los productos importados se venden a un precio de más de un 1200% del precio en dólar oficial, a pesar de que, teóricamente, se han adquirido a precio oficial.

Las últimas medidas del gobierno contra la especulación de los empresarios, han despertado la conciencia de clase en la población venezolana que, al menos, ha visto una reacción del gobierno. Sin duda se trata de una guerra económica donde los grandes empresarios están tratando de hundir al gobierno bolivariano pero muchos ciudadanos, aunque reconocen que pudiera existir tal guerra, consideran que la guerra también hay que saberla ganar. Existen serias dudas de si las recientes medidas adoptadas por el gobierno bolivariano contra la especulación y desabastecimiento, van en el camino correcto y si es el propio sistema llamado “cadivismo” el que debe de modificarse, lo que implicaría una reestructuración profunda del modelo económico.

Ante una crisis económica, cualquier gobierno neoliberal dispone de un ejército de asesores entrenados y formados en cientos de universidades creadas para el sistema neoliberal con conocimientos acumulados durante décadas. Pero el llamado socialismo del siglo XXI no dispone de muchas referencias que le orienten para afrontar la grave crisis de divisas de la guerra económica y pareciera que improvisara.

Con la aprobación de las leyes habilitantes, donde la Asamblea Nacional le otorga al presidente Maduro poderes legislativos durante un año, se pretende tener la agilidad suficiente para afrontar la batalla contra la especulación, la inflación, la fuga de divisas y el “cadivismo”.

En el año 2016, si la oposición consigue las firmas suficientes, podría convocar un referéndum revocatorio del mandato del Presidente Maduro. Si el gobierno no acierta con las medidas económicas, estaríamos ante un escenario de posible derrota electoral del Chavismo y la convocatoria de nuevas elecciones presidenciales, con las incógnitas de cuál sería el nuevo candidato chavista y si la oposición, ante la posibilidad de tomar el poder, es capaz de mantener unida su resquebrajada Mesa de la Unidad.

A pesar de esta crisis financiera, el gobierno ha continuado con su proceso de lucha contra la desigualdad y, este año 2013, Venezuela ha sido el país de la región que más ha bajado la pobreza, según cifras de la CEPAL, el desempleo se mantiene en un 7%, la economía sigue creciendo a un ritmo estable y el FMI corrige al alza y prevee que continúe el crecimiento el año 2014. Por otro lado, Bank of America señaló que PDVSA, con la producción actual tiene, suficiente para cumplir con los compromisos de deuda pendientes.

Pero, además, no olvidemos la garantía de que Venezuela es el país con la mayor reserva de petróleo del mundo. Aún con las fuertes presiones económicas y mediáticas para apoderarse de esta gigantesca reserva petrolera, el gobierno de Maduro no ha pactado con los grandes empresarios y ha profundizado el desarrollo del poder popular con el censo de más de 1.100 comunas y 31 mil consejos comunales , demostrando lealtad y coherencia con los principios de Chávez.

Sin espacio para la crítica e institucionalización del proceso

El bipartidismo, en las democracias de sistemas neoliberales, permite que los grandes partidos se alternen en el poder aunque defiendan el mismo sistema económico. En caso de desgaste del partido gobernante, el partido opositor recoge los votos de la población decepcionada y se mantiene el mismo sistema económico.

En Venezuela no hay alternativa: o eliges el camino del llamado socialismo del siglo XXI o vuelves al capitalismo neoliberal. El Chavismo no tiene oportunidad de ofrecer una alternativa ante el desgaste del poder o el descontento por los fallos de gestión.

Esta no-opción hace que se ahogue cualquier espacio para la crítica. Los medios de comunicación comerciales, por intereses económicos, tienen un ataque continuo y feroz contra el gobierno, y los medios de comunicación públicos, en manos del gobierno, para hacer contrapeso a la ofensiva mediática, no dan espacio a la crítica y se convierten en un especie de aparato de propaganda.

Esta trampa es difícil de superar y se traslada a todos los espacios de la sociedad: sindicalistas, que evitan ser críticos con el gobierno para no hacerle el juego a la oposición, los partidos políticos como el PSUV, que no se diferencia entre partido y gobierno, funcionarios públicos e, incluso, los movimientos sociales, cooptados por el apoyo del gobierno a través de instancias como los consejos comunales y los recursos que reciben para el desarrollo del poder popular.

La institucionalización de la revolución se ha tragado al partido dentro del gobierno, los sindicatos, los medios de comunicación e incluso a los movimientos sociales que no consiguen hacer contrapeso crítico a los grandes errores del gobierno.

Esta falta de válvulas de escape para la autocrítica influye inevitablemente en el votante descontento, que, al no tener alternativa dentro del socialismo bolivariano, se le empuja a las abstención o, incluso a la oposición.

La oposición, muy hábilmente, ha dirigido en los últimos años su discurso, no a sus incondicionales de la derecha, sino a este sector descontento. Una estrategia comunicacional que ha calado profundamente con el “Chávez es un gran líder pero los que le rodean son unos mediocres” que ha conseguido que un importante sector del electorado piense que “esos inútiles son los que nos gobiernan ahora”.

Es un gran reto superar este dilema con mecanismos democráticos, dando espacio a la crítica dentro del proceso, reforzando el papel de los sindicatos, tratando que el PSUV sea crítico con el gobierno, reforzando el protagonismo de las bases y que el poder popular tenga voz crítica en los medios públicos.

A un año de la despedida de Chávez

Estas elecciones han coincidido con el aniversario de la última alocución pública de Hugo Chávez. Aquella plácida noche decembrina, nos sorprendió con su desgarradora despedida. Fueron los 35 minutos más angustiosos de los últimos años en Venezuela y contuvimos la respiración hasta sus frases finales:

Hoy tenemos patria, que nadie se equivoque; hoy tenemos pueblo, que nadie se equivoque; hoy tenemos la patria más viva que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado.

Solo me resta decirles, con las buenas noches a las 10:10 minutos de esta noche del sábado, ¡Hasta la victoria siempre! ¡Independencia y patria socialista!

¡Viviremos y venceremos! ¡Viva Venezuela!

Un año después, nadie pudiera imaginar que, a diferencia de otros pueblos sumisamente castigados por el capitalismo, el pueblo venezolano, huérfano de su líder histórico, haya asimilado con tanta madurez y claridad lo que significa una lucha de clases y el enfrentamiento de dos modelos económicos. Ha sabido leer la complejidad de distinguir entre una defensa de los intereses de clase y un gobierno con una gestión ineficiente.

No es un cheque en blanco para Maduro, este pueblo lo ha demostrado. Es un pueblo que continuamente cuestiona el orden establecido y es irreverente, que tiene claro que el gran legado de Chávez es la conciencia de clase y la unidad de la izquierda, algo que parece imposible en otras latitudes.

Después de 15 años de gobierno, a pesar de los millones de dólares en propaganda contra el proceso, de la guerra económica, de las maniobras de desestabilización, de los graves errores de gestión, ineficiencia, falta de planificación, improvisación, corrupción, inseguridad y sin Chávez, cuando muchos apostaban por una debacle electoral y esperaban el principio del fin del Chavismo, el socialismo ha vuelto a derrotar al capitalismo en Venezuela.

No ha sido una victoria del gobierno, ha sido una victoria ideológica. Los medios de comunicación comerciales y las grandes corporaciones económicas internacionales, no terminan de comprender que es muy difícil engañar a este pueblo rebelde y luchador que ha despertado su conciencia.

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