Se aseveró en Reporte.cl hace una semana. No todo estaba dicho en relación a la presencia de Sebastián Piñera y Michelle Bachelet en Cuba, para asistir a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. En nota se dijo que La Moneda había hecho llegar la petición de visas para una nutrida delegación, con la idea de poder salir hacia La Habana el 28 de enero, un día después del fallo de La Haya, dependiendo de cómo resultaban las cosas.
En ese despacho periodístico se afirmaba que “hay un factor interno que está en consideración. Para Sebastián Piñera la cumbre de CELAC era un estupendo escenario de despedida. Además, varios Mandatarios lo despedirían con alabanzas y se preparaban gestos, algo que ha ocurrido con otros Mandatarios que concurren a esos encuentros ya sabiendo que no siguen.
La concurrencia del Presidente a CELAC es una oportunidad mediática muy buena”.
Ahora surgió otro factor. Que el Presidente de Perú, Ollanta Humala irá a la CELAC con un discurso positivo, de logro, después de la resolución de la Corte Internacional de Justicia. Y en La Moneda se consideró que eso, al menos, había que contrarrestarlo y llegar con un discurso también potenciado donde la prioridad será mostrar que Chile se quedó con la zona marítima más rica en recursos naturales y que respetará el fallo.
En realidad era un error diplomático y político ausentarse de La Habana. Pensar que la presencia en Chile de Piñera pudiera ser dramáticamente necesaria, cuando el tema regional y bilateral sería discutido en Cuba, entre los Mandatarios de todo el continente, era un error. Sólo explicable por presiones de los sectores más conservadores que, quizá, critiquen la gira (además se va el Canciller), argumentando que el Mandatario debe estar en el país para seguir dando explicaciones y encarando posibles problemas.
Seguramente comunicacionalmente se producirá una lucha de vocerías entre Humala y Piñera. Pero también todos esperarán el abrazo, la reunión bilateral, y los discursos sobre la resolución de La Haya, tanto en el encuentro privado de los Mandatarios de la CELAC, como en el espacio público.
Paradójicamente, La Habana se convierte para Sebastián Piñera en uno de los momentos cruciales de su despedida y salida de la Presidencia de la República, una tribuna que le permitirá, si lo aprovecha, instalarse con un discurso de Estado y rodeado de Mandatarios de toda la región.
En esa dirección ya están trabajando los equipos comunicacionales de La Moneda y de la Cancillería, aparte de estar atentos al seguimiento que se le hará, con marcación directa, a Humala y su Canciller.
También habrá una preocupación respecto a lo que diga Evo Morales, Presidente de Bolivia. No cabe duda de que volverá a reivindicar la salida al mar a su país y recordará que tiene hecha una demanda contra Chile precisamente en La Haya. Ya el jefe de Estado boliviano indicó que la resolución sobre la frontera marítima entre Chile y Perú, no afecta a las pretensiones de Bolivia.
Claro que Piñera no llega solo. Junto a él viaja Michelle Bachelet en su calidad de Presidenta electa. Ella, de alguna manera, hará sombra. Primero, porque se reencontrará con antiguas y antiguos colegas, con los cuales tiene mucho mejores relaciones que las que tuvo Piñera: Dilma Rousseff de Brasil, Cristina Fernández de Argentina, Raúl Castro de Cuba, Rafael Correa de Ecuador, e incluso Evo Morales, a pesar de que Bachelet cuestionó que el gobierno boliviano presentara una demanda ante La Haya.
Por lo demás, a Ollanta Humala le interesará más conversar con la futura jefa de Estado porque ella tendrá que asumir todo lo relacionado con la implementación del fallo de la CIJ y con ella tendrá que desarrollar las relaciones peruano-chilenas en este nuevo ciclo.
Junto a todo eso, seguramente Raúl Castro hará gestos a Bachelet y aunque se cuide el protocolo, ella tendrá información del transcurrir de la CELAC.
Hay versiones de que, como además la Presidenta electa va con su futuro Canciller, Heraldo Muñoz, se tratará de confirmar la asistencia de varias y varios jefes de Estado a la toma de posesión del 11 de marzo donde Piñera tendrá que devolverle la banda presidencial que él recibió de manos de Bachelet hace cuatro años.
Así que con la decisión de ir a Cuba, parece que las cosas retomaron el cauce normal, cuando existía el peligro de ausencias notables que no dejarían bien parada la diplomacia chilena.-
Piñera y Bachelet en Cumbre de Celac
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, y la mandataria electa, Michelle Bachelet, viajarán a Cuba mañana para tomar parte en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
La noticia fue confirmada hoy en el Palacio de la Moneda (sede del Gobierno), donde se reunieron esta tarde Piñera y Bachelet a propósito del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El asunto, relacionado con el veredicto de la Corte de La Haya, Holanda, sobre un diferendo fronterizo marítimo entre Chile y Perú, concentró toda la atención política aquí.
Sin embargo y en función de la relevancia de la cita cimera de la Celac en La Habana, el jefe de Estado junto con la presidenta electa han decidido participar en la conferencia, adelantó el canciller chileno, Alfredo Moreno.
Despejadas las incógnitas respecto al tema de La Haya y en razón también de que el gobernante peruano, Ollanta Humala, nos ha indicado que estará en Cuba, el presidente Piñera y la presidenta electa Bachelet asistirán a la Cumbre de Celac, indicó.
Moreno señaló que la delegación chilena viajará a La Habana al anochecer de mañana y que seguramente sostendrá un contacto directo con Humala.
El diplomático manifestó que si bien la conclusión del tribunal de La Haya le restará territorio a Chile, se reconocen las fronteras marítimas y el Tratado de 1954 con lo cual existen condiciones para mejorar la cooperación con Perú.
Fuente: Prensa Latina