En principio nadie podía saber cuál de los 20 jóvenes pilotos seleccionados para la preparación del primer vuelo cósmico abriría para la humanidad el camino a las estrellas. A medida que se perfilaban los detalles de este vuelo, se formó un grupo de seis personas que empezaron el entrenamiento con un programa diferente. Uno de los compañeros de entrenamiento de Gagarin fue Guerman Titov, el segundo cosmonauta. Todo el grupo se preparaba para los futuros vuelos espaciales, pero había que elegir a un único piloto para el primer vuelo de la historia.
Titov destacó como uno de los mejores tanto en las clases teóricas como en las pruebas. Tenía una gran experiencía, pues acumulaba 240 horas de vuelo, y había prestado servicio en la división de defensa aérea del Distrito Militar de Leningrado. Además, su salud, una altura y un peso ideales, contando además con una resistencia envidiable. Entonces, ¿por qué eligieron a Gargarin para el primer vuelo? Existen varias teorías y leyendas al respecto.
Según una de las versiones, nueve meses antes del legendario vuelo los seis mejores pilotos soviéticos se reunieron con Serguéi Koroliov, el responsable del programa espacial del país, que les mostró la primera nave espacial. Koroliov preguntó: «¿Quién quiere conocer la cabina?». «¿Me permite?», se adelantó Yuri Gagarin, que se quitó los zapatos y subió la escotilla. Koroliov dio un suave codazo a su asistente y le dijo: «Este, creo, volará el primero».
Según otra versión, el factor decisivo fue la honestidad de Gagarin. Koroliov estaba muy preocupado por el problema de la elección, por lo que decidió hablar en privado con cada uno de los candidatos.
Entre otras preguntas rutinarias sobre la salud y la moral, Koroliov les preguntó a los pilotos cómo se sentían durante las pruebas en la centrifugadora, a lo que todos respondieron que bien.
Todos menos Gagarin, que contestó así al jefe del programa espacial: «Serguéi Pávlovich, esta es la prueba más difícil para mí, ¡maldita sea esta pieza de hierro!». El cosmonauta añadió que después de la prueba en la centrifugadora «apenas podía mantenerse en pie».
Parecería que una respuesta así debería acabar con la carrera del cosmonauta, pero sucedió al revés: Koroliov no solo no se mostró decepcionado, sino que se decidió y, en este momento, eligió a Gagarin.
«¿Que si estoy feliz de partir al espacio? Claro que estoy feliz: en todos los tiempos y épocas la máxima felicidad de la gente fue participar en nuevos descubrimientos. Toda mi vida me parece un momento maravilloso», admitió Gagarin poco antes del despegue.
El 12 de abril de 1961, a las 9.07, se dio la orden y empezó el lanzamiento del cohete espacial Vostok-1. En el aire se escuchó la voz de Yuri Gagarin: «¡Poyéjali!» (‘¡Vámonos!’). Pasados tres minutos, el primer cosmonauta de la historia dijo: «Veo la Tierra… ¡Qué belleza!».
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Fuente: RT