Existe un amplio reconocimiento de que actualmente a nivel de la economía mundial hay varias crisis simultáneas: económica, energética, alimentaria, del medio ambiente, e incluso, en una perspectiva más general, se habla de crisis sistémica. Sin embargo, cada una de las crisis tiene su especificidad. La crisis económica actual debe ser un objeto de estudio en sí misma. Un análisis concreto de la realidad concreta La interpretación económica más difundida, y, en realidad, casi la única interpretación, es que la actual crisis de la economía mundial es una crisis financiera.
El Fondo Monetario Internacional, y otras instituciones internacionales han caracterizado así las últimas crisis. La gran mayoría de los análisis críticos de carácter académico y en la
esfera política recogen también esta caracterización de la crisis actual como crisis financiera.
Los análisis críticos se apoyan en difundidos trabajos teóricos que señalan el predominio del capital financiero sobre el capital productivo. Desde inicios de esta década, planteamos una posición completamente opuesta pero que ha tenido poca resonancia. En el capitalismo es muy importante el desarrollo del crédito y de las instituciones financieras.
La crisis actual se manifiesta como crisis financiera. Pero nada se puede explicar por la manifestación del fenómeno.
Es necesario estudiar las causas que lo provocan.
Con la globalización de la economía mundial, y apoyado en la amplia libertad de circulación de mercancías y de capitales, se ha profundizado una estructura de producción y de circulación de mercancías por sobre las economías nacionales, y, comandadas por las grandes empresas trasnacionales productoras de bienes y servicios.
Como parte de este proceso, se han producido muchas y profundas transformaciones de la economía mundial a principios de este siglo.
Una de las transformaciones más significativas ha sido el cambio de la preeminencia del capital financiero en la década de los ochenta a la preeminencia del capital productivo en la economía mundial a partir de los noventa.
El incremento de las ganancias y de la tasa de ganancia de las empresas productoras de bienes y servicios son tan elevadas, que se han transformado en prestatarias netas del sistema financiero y han dejado de ser clientes significativos del sistema financiero.
Ambos enfoques interpretativos y su confrontación constituyen el objeto central de este documento.