sábado, abril 27, 2024
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Crisis de los Refugiados: Dramas y Relatos, Hombres y Números

Como los tambores del drama de los refugiados ya están atronando a las puertas de las metrópolis del primer mundo, nadie en Europa finge ignorar el problema. Pero como no es información lo que abunda, cunden las explicaciones más disparatadas y las paranoias más extremas. A continuación, un intento de sintetizar dramas y datos; números y hombres; sociedades y desastrosas políticas públicas.

 

Hay más de 4 millones de refugiados de Siria (el 95 por ciento) en sólo cinco países: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto:

• Líbano acoge a unos 1,2 millones de refugiados de Siria, lo que equivale a alrededor de una de cada cinco personas de la población del país.

• Jordania acoge a unos 650.000 refugiados de Siria, lo que equivale aproximadamente al 10 por ciento de la población.

• Turquía acoge a 1,9 millones de refugiados de Siria, más que ningún otro país del mundo.

• Irak, donde 3 millones de personas han sufrido desplazamientos internos en los últimos 18 meses, acoge a 249.463 refugiados de Siria.

• Egipto acoge a 132.375 refugiados de Siria.

El llamamiento humanitario de la ONU para los refugiados sirios sólo ha recibido un 40 por ciento de financiación.

Esta falta de financiación significa que los refugiados sirios más vulnerables de Líbano reciben sólo 13,50 dólares estadounidenses al mes, es decir, menos de medio dólar al día para ayuda de alimentos.

Más del 80 por ciento de los refugiados sirios de Jordania viven por debajo del umbral de la pobreza del país.

El conflicto de Siria

Alrededor de 220.000 personas han muerto y 12,8 millones necesitan asistencia humanitaria urgente dentro de Siria.

Más del 50 por ciento de la población siria está en situación de desplazamiento.

Reasentamiento internacional

Desde el comienzo de la crisis de Siria se han ofrecido en todo el mundo 104.410 plazas de reasentamiento en total, lo que equivale a sólo el 2,6 por ciento de la población total de refugiados sirios de Líbano, Jordania, Irak, Egipto y Turquía.

400.000 personas refugiadas en los cinco principales países de acogida –el 10 por ciento– necesitan ser reasentadas, según el ACNUR.

Amnistía Internacional pide que al final de 2016 hayan sido reasentados al menos el 10 por ciento de los refugiados más vulnerables de Siria de los principales países de acogida.

Datos clave:

• Los países del Golfo –Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Kuwait y Bahréin– no han ofrecido ninguna plaza de reasentamiento para refugiados sirios.

• Otros países de altos ingresos, como Rusia, Japón, Singapur y Corea del Sur, tampoco han ofrecido ninguna plaza de reasentamiento.

• Alemania ha prometido 35.000 plazas para refugiados sirios a través de su programa de admisión humanitaria y del patrocinio individual, aproximadamente el 75 por ciento del total de la UE.

• Alemania y Suecia han recibido entre las dos el 47 por ciento de las solicitudes de asilo sirias en la UE entre abril de 2011 y julio de 2015.

• Excluidas Alemania y Suecia, los 26 países restantes de la UE han prometido unas 8.700 plazas de reasentamiento, lo que equivale al 0,2 por ciento de los refugiados sirios de los principales países de acogida.

Fuente: Amnistía Internacional

Mapas para entender la crisis

Si una imagen vale más que mil palabras los ocho mapas que ha seleccionado y publicado la revista Vilaweb valen probablemente más que ocho mil palabras para comprender el drama de los refugiados.

 

Quién Causa el Exodo Masivo de Sirios, Afganos, Palestinos y Libios?

Carlos Martínez

Nunca la solución de los problemas es el ‘buenismo’. Las ONG solidarias en su práctica totalidad, excepto muy contados casos, no cuestionan el sistema y no van a las causas de los problemas, sino como mucho y es de agradecer a buscar soluciones de forma solidaria.

Pero la ola de refugiados que buscan asilo en una Unión Europea empobrecida y con millones de personas paradas -creyéndola un paraíso-, que ciertamente para ellos que vienen de estados en guerra, lo es; tiene otras causas. Aunque la Unión Europea sea el paraíso tan solo de los ricos, los banqueros y los grandes patronos industriales y de servicios.

Está tragedia humanitaria la provoca en estos momentos no el hambre, sino la guerra.

Arabia Saudita, Qatar y otros emiratos reaccionarios; del estado de Israel, los EE.UU y la OTAN en su conjunto SON LOS CULPABLES directos de lo que está ocurriendo.

Yo les acuso.

Bombardearon e invadieron Afganistán, Irak y Libia; permitieron los genocidios de Gaza, la guerra civil Siria armando a facciones y financiando islamistas.

Desde los años sesenta del siglo pasado están apoyando a grupos integristas.

Toleran y adulan a una Arabia Saudita corrupta, medieval y rigorista, que fomenta un islam radical y han sido el caldo de cultivo necesario del Estado Islámico.

Ahora todas y todos en el Mediterráneo, pagamos las consecuencias de la extraña alianza judeo-cristiana-islámica rigorista y monárquica. Pero sobre todo la pagan las mujeres, las niñas, los pueblos afgano, sirio, palestino, iraquí…

Pero las riadas de refugiados no van hacia Qatar, Arabia Saudita o hacia los EE.UU de América del Norte. Llegan a la depauperada Grecia y encima algunas ONG critican a los griegos en lugar de hacerlo a sauditas, estadounidenses e incluso franceses y británicos.

Este problema no hubiera tenido lugar jamás, si no hubiera habido injerencias cruzadas occidentales o la islamización reaccionaria de los reyezuelos del golfo.

En lugar de culpar a un estado europeo en crisis y con millones de personas paradas haciéndole de paso un favor a los neonazis, lo que hay que hacer es denunciar el problema. Apoyar, si, exigir ayuda para los refugiados, si

¿Pero porqué nadie pide financiación a los guardianes sauditas de la Meca o a los poderes financieros de los EE.UU y Europa que paguen este tremendo sufrimiento humano, que ellos han provocado?

Reproduzco este artículo y ruego leerlo para concer las causas de lo que ocurre. Y exijo menos cobardía y más solidaridad verdadera a los y las «buenas».

Basta de mentiras y confusión.

Europa Ante su Niño Muerto

Rafael Poch

«Una imagen que ha dado la vuelta al mundo y despierta las conciencias», explica Bernard Henry Levy, sobre la foto del cadáver del niño sirio varado en una playa turca. El “popular diario” Bild animando una campaña de acogida de refugiados con ayuda de igualmente populares futbolistas. La Canciller Merkel apelando a la humanidad y a los valores, y reafirmando su “gran liderazgo europeo” en esta cuestión, nos explican editorialistas de renombre. Tres momentos que confirman que en Europa ya no hay ni lugar para la vergüenza. Es la hora de la gran tomadura de pelo.

La estrella mediática parisina, agitador de todas las intervenciones militares del humanitarismo euroatlántico, no relaciona sus prédicas belicistas con el niño muerto huido de Siria. Tampoco lo hizo con las oleadas balcánicas, afganas, libias o iraquíes.

Los Estados cuya destrucción y disolución ayudó a justificar en nombre del interés supremo de la geopolítica y economía occidentales, producen éxodos -y terrorismos- claramente identificables. Cuanta más guerra y desolación se siembra en la regiones en crisis, mayor será el flujo hacia Europa. Es una consideración bien banal pero, ¿quién nos la va a recordar estos días? ¿El “popular diario”, quizás?

Bild es el primer diario xenófobo del continente y el de mayor tirada. Su campaña es genuina: la gran operación de imagen del país del “Nein” y del “Grexit”, cuyo nacionalismo post reunificación -inscrito en los tratados europeos, en las reglas del Banco Central Europeo y hasta en la misma moneda única- ha mandado al traste medio siglo de integración europea y de redención por el desastre nazi. El establishment alemán necesitaba, ciertamente, una campaña de imagen y la crisis de los refugiados se la ha dado.

Alemania recibirá este año 800.000 refugiados, según las infladas cifras del gobierno federal, de momento poco más de 200.000 solicitaron asilo en los primeros siete meses del año. Alemania es el “primer receptor europeo” de refugiados, el ejemplo para una Francia acomplejada bajo la sombra de su Frente Nacional. “La hipocresía francesa y el ejemplo alemán”, titula el portal Mediapart.

¿Quién recordará que en territorio alemán se han cometido algunos de los mayores crímenes xenófobos de la posguerra europea-occidental, incluida la mayor trama terrorista de los últimos veinte años (NSU) con manifiestas complicidades en el aparato de seguridad, que es allí donde las residencias para emigrantes arden con mayor frecuencia y donde los pasillos del metro son más peligrosos para los morenos? Un “ejemplo” que pasa por encima del hecho de que la inmensa mayoría de los “emigrantes” en Alemania son europeos de tradición cristiana.

Un paseo comparativo por las calles de Berlín y París ofrece una evidencia visual abrumadora a este respecto. Una ciudad con los colores étnicos de Marsella es completamente impensable en Alemania, donde el número de matrimonios mixtos entre alemanes y turcos (la excepción) es insignificante.

La frase atribuida a un ayudante de Nicolas Sarkozy de que en la crisis actual, “los alemanes administran un flujo, mientras que nosotros tenemos que administrar un stock, por lo mucho que hemos acogido en las últimas décadas”, responde a una realidad que los propios franceses ignoran, por más que el racismo y la xenofobia sean problemas verdaderamente paneuropeos.

Ciertamente, todo esto no nos lo recordará la Federación de la Industria Alemana (BDI), con sus fantasmagóricas quejas por la falta de mano de obra. Estos sirios educados y de clase media que gritan “¡Germany, Germany!” en la estación de Budapest y que huyen de una guerra que Europa, y Francia en particular, han fomentado, son la solución: el recurso ideal de una estrategia para mantener la política de salarios bajos que arruinó a los pocos socios europeos aún capaces de producir como Francia.

Varios millones de ellos ayudarán a mantener las cotizaciones del geriátrico federal cuyos fondos de pensiones se fundieron en el casino bancario, de la misma forma en que ocurrió en España con los cinco millones de extranjeros que entraron en nuestro “mercado laboral” entre 1998 y 2008 para alimentar la caldera de la burbuja.

800.000 extranjeros son de todas formas muchos. Sobre todo vistos en un titular de prensa. Pero los extranjeros no solo entran en Alemania sino que también se van. Cada año a razón de medio millón. En los últimos diez años 5,4 millones de extranjeros han abandonado Alemania, según la estadística federal.

La simple realidad es que las cifras del actual flujo que se están haciendo pasar por críticas, son anecdóticas tanto para Alemania como para un conjunto de 500 millones de habitantes como es la Unión Europea.

Vivimos en un mundo integrado y es justo que quienes fomentan guerra y miseria con imperialismo y un comercio abusivo y desigual, reciban las consecuencias demográficas de sus acciones.
Lo mismo ocurrirá, con creces, con los futuros emigrantes del calentamiento global, ese desastre en progresión de factura esencialmente occidental.

Las estimaciones que la ONU baraja para el futuro en materia de éxodos ambientales convertirán en un chiste lo de ahora, incluido el trágico balance de muertos en el Mediterráneo.

Fuente: La Vanguardia

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