En dependencias del Poder Judicial en calle Merced y mientras se desarrollaban protestas de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos, el ex comandante en jefe del Ejército, Juan Emilio Cheyre, fue careado con dos ex presos políticos que lo acusan de responsabilidad en las torturas de las que fueron víctimas al interior del regimiento Arica de La Serena en 1973.
El encuentro entre el retirado uniformado y los ex prisioneros, Cecilia Marchant y Óscar Olivares, se desarrolló en el marco de la investigación que la jueza de la Corte de Apelaciones de Santiago, Patricia González, sustancia en el llamado caso «Caravana de la Muerte».
En abril el ex uniformado participó de una diligencia similar que se realizó en un recinto militar. Entonces la ministra González debió contrastar el testimonio del otrora comandante en jefe con el del matrimonio de Armando Gatica Barahona y Adriana Nora Cardemil Estay, quienes acusan que Cheyre los torturó mientras estuvieron detenidos.
En el pasado la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago negó procesar al general (r) por la desaparición de 15 detenidos en el marco del emblemático caso.
Ahora, Cheyre se enfrenta a Óscar Olivares y Cecilia Marchant, quienes lo acusan de haber torturado a presos políticos en el Regimiento Arica de la ciudad de La Serena en los inicios de la dictadura, en 1973.
La diligencia se realiza en el despacho de la ministra de la Corte de Apelaciones Patricia González, en calle Merced, y es seguida por colectivos de ex presos políticos y ex torturados de La Serena.
El primer careo fue con Olivares, quien en 1973 era dirigente sindical y también mirista.
Al comentar el reecontrarse con Cheyre, sostuvo que «después de más de 40 años es una sensación difícil, muy desagradable enfrentar a un hombre que niega todo, un caradura impresionante».
Recordó que en un interrogatorio que con un mayor de Carabineros, «un hombre muy responsable y de un trato muy digno, entra el teniente Cheyre por detrás nuestro, por encima del mayor y me golpea en la cabeza muy violentamente, me saca la madre y me amenaza de muerte. Esa es la primera vez que conocí a Cheyre».
Según su testimonio, Cheyre también participó del consejo de guerra que lo condenó a cadena perpetua, en circunstancias que la defensa del ex uniformado asegura que en esa época él solo cumplía tareas administrativas en la Intendencia de La Serena.
«Esperamos que haya un espacio para él en Punta Peuco»
Este no es el primer careo que enfrenta el ex comandante en jefe del Ejército, ya que hubo uno en abril pasado en que un matrimonio afirmó también que lo vio en el mencionado regimiento.
Según el abogado querellante Cristián Cruz, estos testimonios podrían llevar incluso a Cheyre a la reclusión en Punta Peuco.
«En estos momentos hay una decena de testimonios de personas sobrevivientes que vieron a Juan Emilio Cheyre al interior del regimiento, decidiendo sobre el destino de los detenidos, que han sido víctimas de torturas y esto también es reafirmado por varios ex agentes que recalcan que Cheyre era el superior del área de inteligencia», indicó.
Cruz añadió que «hoy, al igual que Labbé, el señor Cheyre tiene el riesgo de también ser procesado por asociación ilícita y esperamos que en su momento haya un espacio para él en el penal de Punta Peuco».
Cheyre llegó alrededor de las 09:00 horas hasta esas dependencias, sin emitir declaraciones. El careo se intentó realizar la pasada semana, pero el ex uniformado no asistió.
Además, el general en retiro fue recibido con una funa por parte de ex presos políticos en las afueras del recinto, donde pedían «justicia, verdad y no a la impunidad».