Aunque aún queda tiempo para que se construyan las primeras viviendas en Marte, los científicos ya se han puesto manos a la obra en busca de los materiales de construcción más apropiados para el suelo rico en óxido de hierro del Planeta Rojo.
Según la investigación de un equipo de expertos de San Diego publicada en la revista Scientific Reports, las nanopartículas de óxido de hierro actuarían como un pegamento ante la presión ejercida por materiales sólidos como el hormigón armado, sin necesidad de suministro de calor.
Esto es importante, señala el equipo liderado por Yu Qiao, de la Universidad de California, pues la construcción de edificios e infraestructura en Marte deberá acometerse con los recursos del planeta que más energía ahorren.
Para su investigación, los expertos utilizaron una superficie marciana simulada, cuya composición química es idéntica a la del Planeta Rojo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se propone dar prioridad a las misiones de la NASA en Marte, que hasta ahora estaban previstas para después de 2030.
Según dijo hace unos días en conversación telefónica con una astronauta de la Estación Espacial Internacional (EEI), le gustaría que el hombre pisara el suelo del Planeta Rojo antes de que finalice este mandato.
A su turmno, el pionero empresario Elon Musk, fundador entre otros de la compañía espacial SpaceX, tiene planes ambiciosos: unas gigantescas naves espaciales que puedan repostar en el espacio y transportar a al menos 100 personas y enormes cantidades de material a Marte.
SpaceX planea lanzar ya en 2018 su primer transbordador no tripulado a Marte y enviar allí a personas a partir de 2025.
No obstante, muchos expertos han manifestado sus dudas de que se puedan llevar a cabo misiones tripuladas al Planeta Rojo en un plazo de tiempo tan breve.
La NASA enviará su próxima misión a Marte en 2018
La Agencia de Aeronáutica y el Espacio de EE.UU. (NASA) anunció que para mayo de 2018 realizará el lanzamiento de su próxima misión a Marte, la InSight, inicialmente prevista para marzo de 2015 y destinada al estudio geológico y sísmico del planeta.
La NASA tuvo que suspender el lanzamiento, de una de las dos que tiene previsto enviar a Marte en los próximos años, tras haber hallado pequeñas fugas en la esfera de vacío que contiene el instrumento sísmico del equipo ultra avanzado de la misión.
La misión InSight enviará al planeta rojo un vehículo robótico que tiene por objetivo mandar a la Tierra datos de las muestras geológicas que obtenga, así como mediciones sísmicas.
Cuando anunció la suspensión de la misión, en diciembre de 2015, la NASA anticipó que el lanzamiento no podría ser reprogramado por lo menos hasta dos años después de lo previsto, es decir, la primavera de 2018, a causa de las órbitas relativas del planeta rojo y la Tierra.
Dado que Marte se encuentra a mayor distancia del Sol que la Tierra, su movimiento orbital es más largo, por lo que los planetas azul y rojo tardan 26 meses en volver a alinearse.
El Directorio Científico de Misiones aprobó esta semana que el lanzamiento de la nave a Marte se lleve a cabo el 5 de mayo de 2018, con lo que está previsto que llegue al planeta rojo el 26 de noviembre de ese mismo año, informó la NASA en un comunicado.
«Nuestros exploradores científicos robóticos, como InSight, están abriendo camino a un ambicioso viaje para mandar a humanos al planeta rojo», afirmó Geoff Yoder, administrador asociado en funciones del Directorio Científico de Misiones de la NASA.
«Es gratificante ver que estamos avanzando en esta importante misión para ayudarnos a entender mejor los orígenes de Marte y todo los planetas rocosos, incluida la Tierra», agregó.
El instrumento sísmico del robot que se mandará en la misión, capaz de medir movimientos del tamaño del radio de un átomo de hidrógeno, requiere un hermetismo total en torno a sus tres sensores principales para soportar las duras condiciones de Marte.
El presupuesto de la NASA para la misión InSight es de 675 millones de dólares, y el rediseño del instrumental debido a la avería detectada y el retraso en dos años en su lanzamiento han costado otros USD 153 millones, según la agencia aeroespacial.
El objetivo de la misión InSight es medir los movimientos sísmicos de Marte para ayudar a los astrónomos a entender los temblores y el interior del planeta rojo, ya que la mayor parte de la información que de él se dispone hoy en día corresponde a la superficie.
En 2011 la NASA envió a Marte el Curiosity, el vehículo más pesado (899 kilos) que ha llegado a ese planeta y que aportó las primeras evidencias de moléculas orgánicas en la superficie del planeta y que aún está operativo.