Un beneficiioso acuerdo para sus respectivos pueblos suscribieroolos los presidentes Nicolás Maduro y Dilma Rousseff en el palacio de Planalto, Brasilia, en una reunión bilateral informa el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la InIformación de Venezuela.
Uno de los temas tratados fue la dinamización del trabajo conjunto de ambos países en los sectores económico, comercial, agrícola y energético mediante la aplicación de fórmulas innovadoras de cooperación mutua.
Los mandatarios de Venezuela y Brasil también han destacado la importancia de consolidar la integración de América Latina y el Caribe.
La reunión entre los dos presidentes se produce después de la toma de posesión de Dilma Rousseff, quien volvió a asumir el mando de su nación.
La economista Dilma Rousseff asumó su segundo mandato de cuatro años como jefa del Estado de Brasil tras ser reelegida en octubre pasado, en un acto celebrado en el pleno de la Cámara de Diputados, en Brasilia.
Ajuste Fiscal
«Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución; observar las leyes; promover el bien general del pueblo brasileño, sustentar la unidad, la integridad y la independencia de Brasil, así lo prometo», juro la gobernante en una sesión solemne encabezada por el presidente del Senado, Renan Calheiros, que también es presidente del Congreso.
En su discurso, Rousseff anunció que promoverá un profundo ajuste fiscal para enderezar la desacelerada economía de Brasil, pero con pocos sacrificios para los más necesitados. «Más que nadie sé que Brasil necesita volver a crecer y los primeros pasos para ello pasan por un ajuste fiscal y un aumento del ahorro público, pero haremos eso con el menor sacrificio posible para la población, en especial para los más necesitados», aseguró la gobernante en el discurso que pronunció hoy ante el Congreso tras jurar el cargo para iniciar un segundo mandato de cuatro años.
16 Años en Poder
El nuevo mandato de la primera mujer en llegar a la Presidencia brasileña elevará a 16 años el período del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder en Brasil, tras los ocho años de gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010), el padrino político de Rousseff.
Dilma Rousseff llegó a la sede del Congreso Nacional a bordo de un vehículo descubierto para saludar al público congregado en Brasilia. La jefe de Estado, vestida con un traje de falda y chaqueta clara y acompañada por su única hija, hizo, de pie en el vehículo y saludando al público, un recorrido de cerca de un kilómetro entre la Catedral de Brasilia y la sede del Legislativo.
La caravana de la mandataria fue encabezada por motociclistas y escoltada por la caballería del Batallón de la Guardia Presidencial, que marchó al ritmo del Rolls Royce «Silver Wraith» descapotable de la Presidencia brasileña, donado a Brasil por Isabel II de Inglaterra en 1953 y que es utilizado exclusivamente para la ceremonia.
En la sede del Congreso, al que entraron tras caminar por la alfombra roja extendida en una rampa, Rousseff y su vicepresidente, Michel Temer, fueron recibidos por el presidente del Senado, Renan Calheiros, y por el presidente de la Cámara de Diputados, Enrique Eduardo Alves.
A la ceremonia de investidura asistieron los presidentes de, Chile, Bolivia, Costa Rica, Paraguay, Uruguay y Venezuela, así como los vicepresidentes de China, Estados Unidos y Argentina -en esa orden los mayores socios comerciales de Brasil- junto a delegaciones de otros 70 países.
Desafíos
En medio de los desafíos que le esperan en los próximos cuatro años, como el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras y un prometido y duro ajuste fiscal para enderezar la desacelerada economía, la investidura no tuvo el clima de fiesta popular prometido por el PT, que había planeado contratar autobuses para llevar a 30.000 personas hasta la Explanada de los Ministerios.