En el marco de la graduación de más de 500 jóvenes de la Academia de Líderes Católicos, el Cardenal Ricardo Ezzati Andrello, reconoció el trabajo de cuatro figuras públicas entregándoles el premio “líderes católicos”. Hasta ahí, ningún problema, salvo que una de ellas fue la senadora de la UDI; Jacqueline van Rysselberghe, connotada defensora de la dictadura de Pinochet.
Recibieron esta distinción la senadora UDI por el Biobío, Jacqueline van Rysselberghe, la ex senadora DC Soledad Alvear, el párroco de la Legua Gerardo Ouisse, y el diputado brasileño Flavio Augusto da Silva.
El premio reconoce el trabajo de estas cuatro figuras públicas en distintos ámbitos de la sociedad, destacando la defensa vida, los derechos humanos y el testimonio de Dios con los más pobres.
Desde la cuenta Twitter de la Academia de Líderes Católicos señalaron que Soledad Alvear recibió su premio “por su trabajo en la defensa de la vida que está por nacer”, mientras que la senadora Jacqueline van Rysselberghe recibió su premio “por su defensa de la familia”.
En diversos ambientes cristianos de la arquidiócesis de Santiago, causó sorpresa la premiación a la senadora de la UDI, tanto por su cuestionada gestión cuando ejerció como alcaldesa de Concepción, como por sus votaciones en la Sala del Senado.
Se le reconoce por sus posturas ultra conservadoras en materia de moral sexual, alejada de los círculos que defienden los derechos de los trabajadores y nula crítica al sistema económico neoliberal que implantó en Chile el régimen militar.
Más bien, la senadora Rysselberghe, su partido político y su familia,fueron destacados defensores de la dictadura militar condenada por la ONU y una mayoría de laicos, religiosas y sacerdotes que no aceptaron la tortura, el crimen y la persecución a la Iglesia en Chile durante ese doloroso período de la historia de Chile que encabezó el general Pinochet.
Fuente: Reflexión y Liberación