viernes, noviembre 22, 2024
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Vietnam: Devastado por la Guerra, Salvado por la Renovación

Duong Minh  es un hombre con la edad exacta para hablar de la guerra, con la emoción de quien la vivió, y de la Renovación, con el entusiasmo de quien es parte de ella. Hace dos años, cuando llegamos a Vietnam para filmar un documental basado en los diarios de Iván Nápoles, cámara principal del Noticiero ICAIC Latinoamericano durante la guerra contra la agresión norteamericana,  fue él quien nos recibió por la secretaría de Relaciones Internacionales del Partido. Sus palabras de entonces fueron una suerte de prólogo para entender la realidad que sorprendería a nuestro protagonista y a nosotros mismos, en aquella inolvidable aventura que terminamos nombrando “Viaje al país que ya no existe”.

 

Ahora es el Embajador de Vietnam en Cuba y otra circunstancia lo pone frente a nuestras preguntas: se cumplen 40 años del fin de la guerra que convirtió a su pueblo en el más admirado de todo el siglo XX y su país, entonces devastado, exhibe hoy una de las más dinámicas economías del mundo, sin abandonar el socialismo.

Duong nos recibe en una salita de la embajada, en Quinta y 18. Viste guayabera azul claro, a tono con el calor de este abril habanero y no lleva ni un solo papel en la mano, aunque el cuestionario que adelantamos pide algunas cifras. Aclara que su estilo es informal y se dispone a contestar.

Empezamos por la guerra ¿qué país les dejó en  1975? ¿Cuáles fueron, en cifras, las consecuencias?

“Vietnam pasó por muchas guerras: primero contra el colonialismo francés, durante casi 100 años, luego, con  la Segunda Guerra Mundial entró también el fascismo japonés y, después de vencer al colonialismo francés, pasamos enseguida a la guerra contra la invasión de las tropas norteamericanas. Esa última duró 21 años. Si sumamos oficialmente, desde que se creó el Partido Comunista de Vietnam en 1930, nuestro pueblo sufrió casi 50 años de guerra.

“El país quedó destruido, arrasado. En el norte no quedó ni un solo puente. En un territorio de muchos ríos, mucha llanura y largo de norte a sur, el  hecho de que no quedara un solo puente, expresa cuán  encarnizada fue la guerra.

“Casi todos los edificios del norte del país, los hospitales, los barrios, las viviendas, fueron bombardeados. Pero la mayor consecuencia de esa destrucción, la mayor pérdida fue de vidas humanas.

“Es muy difícil decir cifras exactas de cuántos vietnamitas murieron durante la guerra, algunos dicen que fueron hasta dos millones, a lo mejor menos, a lo peor más, pero fueron muchas vidas las que se perdieron, la mayoría jóvenes. Las Fuerzas Armadas las integran siempre jóvenes y eso es la más terrible consecuencia de esa guerra.

“Pero hay más. Los norteamericanos fumigaron el territorio vietnamita con alrededor de 8 millones de litros de químicos, entre ellos el famoso agente naranja. Todavía hoy, cientos de miles, quizás millones de personas, sufren las secuelas, son muchas las parejas que no pueden tener hijos y también las que tienen hijos con algún tipo de anomalía por esa causa. En la tierra rociada con esos químicos, no creció ni la hierba durante 20 años, porque el agente naranja tenía el propósito de defoliar los bosques, desnudar la tierra de todo tipo de plantas para descubrir dónde se escondían los combatientes.

“Eso fue en una zona grandísima de Vietnam, más o menos el 10 por ciento de la extensión del país fue fumigado con esos químicos. Fundamentalmente en el sur, porque en el norte  lo peor fue el bombardeo contra los objetivos económicos, bases, almacenes, pero también escuelas, hospitales…

En los documentales de Santiago Álvarez se ve a los vietnamitas celebrar mucho en abril de 1975, ¿Cómo podían celebrar en un país destruido?

“En aquel momento celebrar la victoria era la voluntad del partido, del pueblo, del ejército. Naturalmente, después de esa alegría, de esa felicidad que da la victoria, por la posibilidad real de liberar y reunificar el país, nos enfrentamos a muchas dificultades. Primero era preciso reconstruir y después desarrollar el país. Porque tan solo para rehacer la vida cotidiana, normal, se necesitaba primero reconstruir todo: hospitales, escuelas, obras de infraestructura, los puentes, todo¡¡¡¡

“Fue una tarea muy difícil, sobre todo para un país que no tenía recursos. Gracias al apoyo de la comunidad internacional, entre ellos Cuba, que nos apoyó de una forma desinteresada y también gracias al esfuerzo de todo el pueblo, pudimos reconstruir prácticamente todo lo que fue destruido por la guerra.

“Naturalmente la tarea de desarrollar el país era mucho más difícil todavía. Un país recién salido de una guerra tan fuerte, tan cruel… Hay fuentes que aseguran que contra Vietnam se lanzaron más bombas y municiones que todas las que se utilizaron durante la Segunda Guerra Mundial. Piense que somos solamente tres veces más grande que Cuba.

“Para poner un ejemplo, en la provincia de Quan Tri, en la zona central del país, se dice que cada metro de tierra recibió como promedio 300 kilogramos de bombas.

“Sin embargo, nuestro pueblo, nuestra Fuerzas Armadas, estuvieron firmes hasta la última batalla.

¿Cuáles son las fuerzas que le permiten al país sobrevivir al colapso del sistema socialista mundial?

“Hasta el año 1986, que es cuando comienza lo que llamamos la Renovación, nosotros practicamos  una economía de planificación centralizada, que fue el modelo de desarrollo de casi todos los países socialistas en esos momentos.

“Con ese modelo, realmente no pudimos desarrollar el país con la eficiencia, con el ritmo que queríamos, más bien con ese modelo encontramos muchas dificultades. La economía prácticamente no crecía, incluso de vez en cuando retrocedía. Hubo años en que la inflación llegó a más del 700 por ciento, quiere decir que el valor de la moneda cayó siete veces en un mismo año y el salario se mantenía o si mejoraba, mejoraba muy poco.

“Hubo una gran escasez de productos en Vietnam. También tuvimos sistema de libreta, con subsidios del gobierno para productos que prácticamente eran un regalo del estado para el pueblo, no era un aporte, pero ese sistema no pudo resolver lo que el pueblo necesitaba, por lo tanto comenzó a emerger otro tipo de economía en esos años.

“En la provincia de Vinh Phuc se empezó a experimentar con algunos mecanismos de trabajo distinto: se entregó la tierra a los campesinos que la trabajaban, para que entregaran  una cuota  determinada para la provincia y se quedaran con el resto.  Eso permitió, no solo resolver la necesidad de arroz de la provincia, sino disponer de un excedente para vender en el mercado.

“No fue una decisión del estado sino de una provincia. Empezamos a ver qué funcionaba y comenzó a extenderse la experiencia. En la industria pasó algo similar: en una fábrica que producía  gomas para bicicletas, camiones, etc, casi no podían vender sus productos en el país por diferentes razones, cambiaron de producción por contratos con otras zonas y dio resultado con mayor eficiencia. Otros modelos de gestión en la agricultura y en otras actividades que daban resultados se extendían a todo el país.

“En ese mismo período vimos cómo comenzaba a empeorar la situación en otros países socialistas, incluyendo la propia Unión Soviética, que era el país que suministraba casi todo lo que importaba Vietnam en esos momentos. Ellos, con sus dificultades ya no podían ayudarnos como antes. Nuestra situación se hacía  más difícil y ante la situación de bajos rendimientos de la producción, decidimos empezar lo que nosotros llamamos la Renovación.

¿En qué consiste, qué se propone, qué consigue? ¿Cuál es el papel del Partido en esa estrategia?

“La Renovación es una obra del Partido,  iniciada y desarrollada por el Partido. Fue el VI Congreso en 1986, el que trazó el camino. En ese momento no le llamábamos así. Hasta entonces, nuestro modelo era de planificación centralizada y el Congreso orienta cambiar a economía mercantil, lo que significa que se trata de producir para responder a la demanda del mercado y no por el plan.

“Así comenzó la Renovación. En el VII Congreso, cinco años después,  ya empezamos a hablar de una economía de múltiples componentes – no solo estatal y colectivo como antes- que funciona con mecanismos de mercado, bajo el control del estado.

“Y en el VIII y el IX congresos ya se habla de “economía de mercado con orientación socialista”. Aceptamos todas las formas de producción que existen, tanto estatal como privada, como capitalista y mixta.

¿Incluso empresas de capital privado nacional?

“Sí hay empresas privadas de capital nacional hoy, que pueden poseer cientos de millones de dólares en capital.

Y, ¿cómo congenia eso con el control del Partido?

“Nosotros decimos que una economía de mercado con orientación socialista como la de Vietnam se compone de dos factores: el económico, en el que reconocemos que todos los sectores son iguales ante la ley, es decir que el estatal no tiene privilegio por encima de los otros, pero está el factor social, que es el que controla el estado, a través de impuestos y de los aportes de las empresas de todo tipo. Toda esa riqueza es para el pueblo y lo regula el gobierno, de manera que el pueblo trabajador también pueda disfrutar de los beneficios.

“Por ejemplo, antes de los años 90, el índice de pobreza en Vietnam era del 56 por ciento, aunque algunos afirman que era superior. En el 2003 ese índice bajó a 9 y en el 2014 al  8 por ciento.

“El sistema de salud y el sistema educativo siguen siendo gratis. Últimamente para que la gente sienta más responsabilidad  con ambos, empezó a demandarse un aporte monetario. Por ejemplo, en la Universidad, los estudiantes pagan 10 dólares mensuales por el derecho al estudio, un precio simbólico. En la secundaria y el preuniversitario ese pago es más simbólico aun, equivale a sólo cinco centavos de dólar mensualmente. Pero en las zonas más alejadas y en la montaña, los estudiantes no pagan, al contrario, reciben dinero para estudiar. En los lugares donde las personas tienen más dificultades, el estado les financia becas para que puedan seguir sus estudios.

“Esta política busca estimular el estudio en las zonas de menos recursos.

“En lo económico, en 1986, cuando comenzó la Renovación, el salario de un ingeniero o un licenciado recién graduado, equivalían más o menos a 20 dólares. En este momento, los recién graduados pueden recibir distintos pagos, en dependencia de lo que aporten individualmente, pero sus salarios equivalen desde 300, 400, hasta mil dólares.

“En los años iniciales de la Renovación, el ingreso promedio de un año entero no llegaba a 200 dólares. En el 2014, ya ese ingreso per cápita llega a 2 000 dólares. Creció de 15 a 16 veces.

¿Cuál es la actitud de la gente común  frente a la Renovación?

“Se puede preguntar a cualquier persona en Vietnam. No puedo decir cifras, pero el 99,9 por ciento apoya la Renovación. Es iniciada y conducida por el Partido, pero quien la hace, quien lleva a cabo la obra de Renovación es el pueblo.

“El resultado es  bueno al día de hoy, gracias al apoyo y la participación activa de toda la población. Y la gente trabaja entusiasmada porque ganan por lo que hacen.

“En una misma fábrica, un obrero puede ganar 600, 700, 800 dólares, pero también hay quienes ganan allí mismo solo 300 dólares, porque, en dependencia de lo que se aporta, del esfuerzo de cada uno de ellos, se puede ganar más o menos.

¿Cómo se inserta Vietnam en el competitivo mundo contemporáneo? ¿Cómo hacerlo sin renunciar al socialismo?

“El promedio de crecimiento es un poco más del 7 por ciento. En los años de más crecimiento se llegó al 9 por ciento y en el  de menos crecimiento –el más reciente, el  2012- fue de 4,93 por ciento. Eso depende de muchas condiciones, tanto externas como internas. Los primeros tres meses de este año se creció por encima del 6 por ciento, lo que significa que aumenta de nuevo.

“Nuestra política, desde el principio hasta ahora, es estable, aunque en este momento depende también de la situación internacional. La economía vietnamita  se basa en la exportación de productos y cuando cae la economía internacional y hay menos demanda, se afecta el crecimiento. Cuando los países con más capital, enfrentan dificultades, reducen sus inversiones en Vietnam y eso tiene sus efectos. Entonces las dificultades nuestras vienen básicamente de afuera. Somos un país muy fuertemente insertado en la economía mundial.

¿Y cuándo logra insertarse, cómo logra insertarse, cuándo acabó el bloqueo?

“Vietnam normalizó sus relaciones con Estados Unidos en 1995 y ese año fue que empezó a levantarse el bloqueo, 20 años después del fin de la guerra y nueve después de iniciarse la Renovación.

“Fueron prácticamente dos procesos simultáneos.

“Todo se debe primero a la política exterior de Vietnam. En los congresos VI, VII, VIII, decidimos una línea exterior independiente, soberana, de diversificación y multilateralización de las relaciones, bajo la directiva de que Vietnam quiere ser amigo de todos los países de la comunidad internacional, por la paz, la  independencia nacional, el desarrollo y el progreso social. Así, Vietnam anuncia la disposición de ser amigo de todos los países sin distinción de régimen político. Después de trazar esa línea, muchos países aliados de Estados Unidos y que en la guerra estuvieron en contra nuestra, comenzaron a normalizar relaciones con Vietnam, aunque algunos no las rompieron nunca, como es el caso de Francia, que mantuvo su embajada en los años de la guerra y hasta fue bombardeada por su aliado.

Sorprende leer que Vietnam participa en varios tratados de Libre Comercio, ¿no les preocupa el  riesgo?

“Los tratados de libre comercio tienen dos caras, una negativa y otra positiva. Nuestra economía es abierta, necesita mucho mercado. Producimos mucho y necesitamos mercado.

“Si somos miembros de algún tratado de libre comercio, podemos llevar nuestros productos a ellos. Esa es la parte positiva.

“Pero nuestra economía no tiene mucha tecnología, no es alta nuestra competitividad. Si no manejamos bien nuestros productos, no podemos vender nuestros productos, ni en su mercado ni en el nuestro, porque entran los de ellos. Esa competitividad nos obliga a mejorar constantemente  la calidad, la eficiencia del trabajo, si no, perdemos en este juego.

“Vietnam es una de las economías más dinámicas del mundo.

“La Renovación, según mi opinión, consiste en tres puntos: cambiar el modelo de planificación centralizada y subvencionada a una economía de mercado con orientación socialista. El segundo es modificar la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción (antes, las relaciones de producción eran mucho más avanzadas que las fuerzas productivas y se generó un igualitarismo que no estimulaba la producción). El tercero es la apertura de nuestra economía. Porque si solo producimos para nuestro mercado, es muy poco y quizás no podemos ni satisfacer nuestro propio mercado.

“Por otra parte, todas las políticas de la Renovación son iniciadas, determinadas, aprobadas y llevadas a cabo por el Partido. Todas se desarrollaron después de cada congreso y cada congreso revisa lo que se ha hecho en los cinco años precedentes para mejorarlo adecuándolo al nivel de desarrollo del país.

Y al desarrollar capitales privados, ¿no hay riesgos para el partido?

“Siempre los hay. Nosotros identificamos 4 peligros: 1) Atraso económico (Si no podemos desarrollar la economía, nos autoeliminamos)  2) la injerencia o intervención extranjera para promover “rebeliones pacíficas”, 3) la corrupción y 4) el desvío del camino socialista. Al desarrollar el sector económico capitalista siempre hay riesgo de desvío del camino socialista. Pero son riesgos que  vemos muy claramente y luchamos  sin descanso ellos a través de las políticas del Partido. Es algo que tenemos que enfrentar. Si no nos desarrollamos económicamente, también podemos perder el régimen. Un régimen que no puede satisfacer las demandas de la población, no puede sostenerse mucho tiempo.

Hablo del poder económico de los capitalistas…

“Estamos muy conscientes de eso y para evitar que ese poder económico capitalista interfiera en el sistema, tenemos como  línea directiva desarrollar el sector estatal, hacer que sea capaz de controlar el desarrollo de la economía de Vietnam. Tenemos que hacer más fuerte a ese sector, no numéricamente ni por peso de su  capital, sino por  la misión de orientar el camino de la economía del país.

Y hoy, ¿es así?

“Realmente las empresas estatales en general no son tan eficientes como las privadas, aunque algunas sí… Ese es un reto para nosotros: mejorar la eficiencia del sector estatal. Actualmente hay muchas medidas para lograrlo. Una de ellas es accionalizar (no sé si esa palabra existe en español) esas empresas con sus trabajadores -y todos quienes quieran participar invirtiendo-  pero siempre la mayor acción será del estado, es decir mantiene su derecho de control sobre las políticas de las empresas. Eso también tiene el objetivo de que los trabajadores la sientan suya y ganen por el aporte de su dinero en esa empresa. Es una de las formas.

¿En qué momento de su historia se encuentra Vietnam hoy con respecto al mundo?

“El socialismo es el objetivo de la lucha de los pueblos, es lo que queremos y la Humanidad, seguro, avanza hacia el socialismo, pero en Vietnam decimos que aun no estamos en el socialismo, estamos en transición, por tanto tenemos que aplicar las políticas de acuerdo a eso, es el momento de lucha entre lo nuevo y lo viejo. Lo nuevo no acaba de aparecer completamente y lo viejo todavía está presente. Lo nuevo es el socialismo y lo viejo es el capitalismo o más bien el feudalismo, porque en Vietnam estábamos en el feudalismo.

“Este es un momento de lucha entre lo viejo y lo nuevo. Estamos en transición, en los primeros pasos. Es muy importante para nosotros saber dónde estamos porque las relaciones de producción deben adecuarse al desarrollo de las fuerzas productivas. Hay muchos pasos, apenas estamos en los primeros.

¿Para ustedes, qué ha sido lo más difícil de este largo proceso?

 “Lo más difícil ha sido cambiar la mentalidad. A todos los niveles. Sobre todo en los primeros años, hubo mucha duda, si hacíamos mal, si hacíamos bien, si estábamos en el camino o nos desviábamos. Cuando se toma una nueva política, siempre hay gente que dice que estamos en el camino y otras que nos estamos desviando.

Finalmente, ¿cómo se ve a Cuba en Vietnam?

“Cuba fue,  es y será para siempre nuestra familia –nuestros amigos, compañeros, hermanos- . Cuando la guerra, Fidel dijo que Cuba estaba dispuesta a dar hasta su propia sangre por Vietnam. Cuba siempre estuvo a nuestro lado en los momentos difíciles. Siempre estuvo en la primera fila dándonos el mejor apoyo, la mejor solidaridad, contra el imperio más potente sobre la tierra.

“Estamos eternamente agradecidos por ese apoyo y por esa solidaridad, que nos dieron teniendo muchas dificultades también. En 1973, en plena guerra, el Presidente Fidel Castro fue el único jefe de estado que cruzó la línea de división entre el norte y el sur y fue a Quan Tri, la provincia que más sufría en ese momento, él fue hasta el campo de batalla, a estimular a nuestros combatientes en un momento tan duro. Gracias a ese apoyo, a esa ayuda, a esa solidaridad, pudimos ganar esa guerra cruel, encarnizada que duró tantos años.

“Cuba es mucho para Vietnam, Cuba es Vietnam, es nuestra patria también, para el pueblo y para los dirigentes de  nuestro país, estamos con Cuba en su lucha, en su combate y ahora en este proceso de actualización del modelo socio económico. Y estamos dispuestos a hacer todo por Cuba también: compartir nuestra experiencia, para que juntos avancemos en este camino que escogimos los dos pueblos, las dos naciones, que es el socialismo.”

Fuente: Cubadebate

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