Tal y como lo hemos sostenido en los distintos comunicados oficiales emitidos por la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC) en el contexto renovación, ampliación y mejoramiento del #AcuerdoMarco (suscrito entre Codelco y esta organización en 2007 y ampliado bi-anualmente en 2009, 2011 y 2013); el conflicto laboral forzado por la cuprífera estatal no tiene fundamentos económicos ni técnicos y por el contrario, es puramente ideológico.
Y es que la Paralización Nacional de los trabajadores contratistas y subcontratistas que laboran para Codelco Chile ha servido para -por un lado- demostrar la fuerza y convicción que tienen los trabajadores tercerizados de Codelco que representan 71 de cada 100 trabajadores de la dotación; y en segundo término, para contradecir las falacias que majaderamente ha expresado Codelco y su presidente Ejecutivo, Nelson Pizarro Contador.
Problemas por “poca productividad de los trabajadores”
El repetido discurso de la productividad con que Codelco y Nelson Pizarro intentan amedrentar a los trabajadores del Cobre y del país entero, señalando que “la tasa de ganancia del capital está en riesgo” pierde todo tipo de sentido según los últimos datos oficiales en la materia.
Según el último “Informe de Competitividad de la Minería chilena”, emitido por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) en julio de 2015:
“En Chile el costo de la mano de obra bajó en un 7% (…) En Chile se requiere una menor cantidad de horas hombres para producir la misma cantidad de cobre fino que en casi todos los países seleccionados. Sólo Rusia muestra mejores cifras y se posiciona en el primer lugar con 12,8 horas hombres (HH) por mil toneladas (kt) en 2014; seguido por Chile (17,7 HH/kt)”.
Lo anterior no resiste mayor análisis, y evidencia la manipulación de los datos con que Codelco persigue, amedrenta y desvaloriza a los trabajadores contratistas y subcontratistas del Cobre en Chile, quienes además de ser altamente productivos -los segundos más productivos del mundo para ser específicos- son los responsables directos de la riqueza y buen desempeño de “la empresa de todos los chilenos”.
Cabe señalar que este enunciado ha sido insistentemente reproducido por Nelson Pizarro y Codelco, pero también y en la misma línea, ha sido falazmente utilizado por los representantes la minería privada, saqueadora y transnacional: el Consejo Minero (CM).
Problemas por “el precio del cobre y el Mercado Internacional”
Cuando Codelco y Nelson Pizarro se refieren -hasta el cansancio- de que “el precio del cobre a la baja presenta problemas para los chilenos” (secundado por el discurso de “la crisis económica actual” articulado desde el Consejo Minero), se oculta a los chilenos que durante los años de gran bonanza del Cobre, del total de la riqueza del sector minero según el Banco Central (2013), el 84,21% representan a utilidades, es decir, se fue a los bolsillos del empresariado. Esto, en relación al 15,62% que se destina a remuneraciones de los trabajadores, y al miserable 0,17% que el sector paga por concepto de impuestos.
Ejemplo:
De cada $1.000 (pesos) el Sector Minero en 2013 pagó:
– $156 a remuneraciones de trabajadores
– $842 a los bolsillos del empresariado
– $2 por concepto de impuesto
En tanto, de cada $1.000 (pesos) que destina un trabajador, por ejemplo para comprar un kilo de pan, el trabajador paga:
– $190 por concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA)
Asimismo, cuando Pizarro insiste en el argumento de que “la baja del precio del cobre podría provocar efectos negativos para la economía del país”, el mandamás de Codelco le oculta a los chilenos que -según Cochilco- el mejor precio del cobre se registró el 2011 y alcanzó un precio de 4.03 dólares por libra, lo que significó un retorno en pesos chilenos de 1.949,14 (por libra).
Hoy, el precio es de 2.86 dólares y retorna a la economía del país 1.785,35 pesos por libra.
Lo anterior da cuenta como la cuprífera estatal manipula las cifras y las presenta en la moneda que más le convenga, desinformando y señalando que la pérdida del precio es de un 28%, toda vez que en términos reales sólo significa un 9.93%.
Este fenómeno, consistente en que a mayor precio del cobre baja el valor del dolar -y viceversa-, se verifica hace décadas en Chile, por lo que más allá de ser una regla económica, sospechamos que resulta conveniente para la minería privada, considerando su calidad de rentistas.