Aunque el petróleo está mas barato y el crecimiento de la economía de EE.UU. permite augurar más compras en América Latina, estos factores no alcanzan para mejorar las proyecciones económicas que el Fondo Monetario Internacional ha hecho para la región. Por el contrario, los últimos estudios prevén un crecimiento no mayor al 1,3% para el presente año, casi un punto por debajo de lo que había proyectado hace un trimestre. El FMI señala que en 2016 podría haber una recuperación que hiciera remontar dicho crecimiento en un punto, pero aún así la previsión está por debajo de lo que se proyectaba el año pasado.
La expansión de los países latinoamericanos en 2015 será solo una décima más alta que el pasado ejercicio y se quedará a medio camino de la que registrarán las economías avanzadas, aunque el año que viene se pondrá a su nivel si las condiciones no se tuercen. Irá aún más rezagada frente al rendimiento de la economía global, que crecerá un 3,5% y un 3,7% respectivamente.
Explicando las razones del frenazo económico regional, se esgrime como razón principal la brusca caída de Brasil -primera economía de la región – a quien se le augura un crecimiento de 03% este año y no mas de 1,5% para 2016. En segundo lugar se le asigna responsabilidad a México, país que ve afectada su economía de manera importante por la baja del precio del petróleo. Para la nación azteca se le rebajan las proyecciones en tres décimas cada año; asi se prevé un crecimiento de 3,2% este año y 3,5% para 2016.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, dijo que “hay factores aún muy poderosos” que siguen poniendo freno al crecimiento económico global, pese a que el abaratamiento del petróleo puede dar un impulso mayor del esperado. En el lado negativo de la balanza, pesan las dificultades por las que atraviesan la zona euro y Japón, la baja inversión, la volatilidad de los mercados y los riesgos geopolíticos.
El petróleo, de hecho, es el ejemplo que sus economías ponen para poner en énfasis la fragmentación que se vive en un mundo interconectado. En palabras de Lagarde, un mismo evento provoca ahora multiplicidad de situaciones y el efecto es diferente entre países y regiones. Pero lo que subyace, en el fondo, es que el crecimiento global “es aún demasiado bajo, demasiado vulnerable y demasiado asimétrico”.
