viernes, noviembre 22, 2024
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El Gobierno y la Correlación de Fuerzas

Como indica cualquier manual de Ciencia Política, el Gobierno estará sujeto a dar cumplimiento al mínimo que se le exige: dirigir, guiar, “conducir el barco” por medio del timón, entre otras clásicas acepciones. El desafío estará en cómo es capaz de sortear las ‘evidentes’ dificultades que le deparará el medio político, social y económico en el cual debe transitar para sacar adelante, en un marco de flexibilidad, las distintas definiciones que aparecen en el Programa de Gobierno, más las coyunturas propias de cualquier sistema socio –político y socio– económico.

 

Con las reformas ejes que darían el sello a esta segunda administración de la Presidenta Bachelet -educacional, política, tributaria, laboral- se evidencian las naturales dificultades del medio.
Entre las dificultades a sortear, se encuentran las referidas a la oposición política, que en un marco de democracia electoral, deben ser asumidas, más cuando aún tienen un amplio número de parlamentarios en el Congreso, que si bien no alcanzan a ejercer el veto de antes, aún le queda la capacidad de obstrucción para activar al Tribunal Constitucional y la Acusación Constitucional.
Ello sin perjuicio del nivel de fragmentación que evidencian, cuestión que aumenta la complejidad.

Debe agregarse, el accionar que despliegan los actores que se encuentran directamente comprometidos con las reformas estructurales, entre ellos, los empresarios de la producción, la industria, la educación, los servicios, entre otros. Interesa constatar su reclamo:

“Hay un ánimo antiempresario que no permite avanzar en las necesarias reformas”, indican los Sres. Santa Cruz y Von Mühlenbrock, Presidentes de la CPC y SOFOFA, respectivamente.

En esta línea, es bueno recordar una reflexión que realizó Francisco Vidal en un programa de TV:

“¡El clima antiempresarial lo han creado ellos mismos, a punta de los escándalos como la Polar, la colusión de las farmacias, el caso PENTA, entre otros!”

En síntesis, no sean ‘cara de palo’, quiso indicar Vidal. Pues bien, lo pueden ser. Sus intereses y oportunidades de copar la agenda noticiosa es de tal magnitud, que es imposible que quede la otra imagen (la de Vidal), que pareciera ser compartida por muchas y muchos. De todos modos, como indica el viejo refrán “de todo hay en la viña del Señor”. Justos pagan por pecadores, también en la clase empresarial.

Con énfasis distintos se encuentra la posición de la Iglesia, la cual institucionalmente se presenta desde la Conferencia Episcopal, llamando a realizar con mesura el proceso reformista al cual invita el gobierno.

Lo anterior, es esperable. Lo que también puede ser plausible es la resistencia que muestran algunos miembros  de la coalición de Gobierno, en el diseño e implementación de los proyectos de ley que se discutirán en el Congreso, y que posteriormente operarán en clave de política pública. La evidencia es pública y notoria.

A las fricciones esperables desde las diferencias históricas y doctrinarias, se suman las referidas a la de los intereses creados, en función de los emprendimientos instalados en Educación, sobre todo.

Algo similar debiese ocurrir en la reforma laboral, si es que no es lo ‘suficientemente ajustada’ por los diferentes intereses empresariales, los que tienen representación en los partidos políticos, o congresistas, directamente. Y en este sentido, serán estos elementos los que debiesen tensar intensamente las relaciones de la coalición, y que podrían generar más fracturas que las diferencias históricas y doctrinarias.

En esta línea de tensiones de gobierno, quedará ver cómo la reforma política electoral impactará en la configuración de las alianzas para enfrentar los diferentes procesos electorales futuros, esperándose que los mismos estén en la dirección de programas democráticos.

Se debieran proyectar, además, las tensiones referidas a las conflictividades socioambientales, las que vendrán desde los proyectos de inversión público y privado, sean en energía, minería, turismo o industria. También las referidas a la centralización política, las que a la luz de las orientaciones de la Comisión Presidencial  de Descentralización, perfectamente pueden ‘crispar’ a la Nueva Mayoría.

En este marco, este Gobierno tiene un nutrido desafío de tensiones provenientes de la oposición política, grupos de interés económicos y sociales, otros internos de Coalición, producto de la implementación del Programa y de las expresiones ciudadanas, que en más de una oportunidad, el suscrito ha denominado como Geografía de la Multitud.

En este sentido, urgiría gestionar inteligentemente la correlación de fuerzas favorables que se tiene en el Congreso, evitando despilfarrar la oportunidad histórica de avanzar hacia mayores grados de democratización del sistema político.

(*)  Académico Escuela de Ciencia Política y RR. II. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Doctor © en Estudios Americanos Instituto IDEA, USACH.

Fuente: El Quinto Poder

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