Los robots constituyen cada vez una parte más importante de la economía. No sabemos hasta dónde llegarán pero sí sabemos hasta dónde han llegado ya.
A veces pensamos que la llegada de los robots amenaza seriamente a la economía, pero no desde el punto de vista global, sino individual.
Es decir, tendemos a pensar que los robots nos van a quitar el trabajo, que los ricos serán más ricos, los pobres más pobres y la desigualdad será cada vez mayor.
Evidentemente, para llegar a conclusiones de este tipo tendrá que pasar mucho más tiempo. Sin embargo, algunos casos como el de Holanda desmienten esta hipótesis.
Al contrario, el caso de Uber en Estados Unidos nos advierte de los riesgos que conlleva automatizar los procesos.
Éxitos de los robots en la economía: Holanda
Hoy podemos encontrar múltiples experiencias que demuestran el éxito de los robots, sin haber dado lugar a los catastróficos vaticinios de sus detractores.
Uno de los ejemplos más claros es quizás el caso de la agricultura holandesa, que ya hemos comentado en una publicación anterior.
Gracias esta aplicación intensiva de robots y a una hábil combinación de la nueva fuerza de trabajo con el conocimiento humano, uno de los más pequeños países europeos ha conseguido convertirse en uno de los mayores exportadores de productos agrícolas a nivel mundial.
La clave estaría en un crecimiento exponencial de la productividad, lo que permitiría maximizar la producción en superficies cultivables minúsculas y así bajar los precios de venta al consumidor, llegando al punto de desplazar en el mercado a países que basan su competitividad en la contratación masiva de mano de obra con sueldos de miseria.
El éxito de los holandeses no se debe naturalmente en exclusiva a los robots, pero estos han constituido sin duda uno de los pilares de su estrategia de crecimiento. En líneas generales podemos afirmar que la experiencia en los Países Bajos ha dado muestras de aprovechar todas las ventajas asociadas a los robots (aplicabilidad, autonomía, flexibilidad, competitividad) a la vez que han sabido disipar todos los miedos en torno a su implantación, ya que el resultado no ha sido la destrucción del empleo agrícola y la caída de salarios en el sector sino, más bien al contrario, una actividad más productiva y más capaz de atraer trabajo cualificado (y por tanto también mejor remunerado).
Fracasos de los robots en la economía: Uber
Del lado de los fracasos podemos encontrar los fallidos experimentos de Uber en Estados Unidos que iban dirigidos a la creación de vehículos autotripulados.
En este caso, los repetidos intentos de contar con un robot que pudiese realizar las mismas tareas que un conductor humano acabaron en la muerte de un peatón en el estado de Arizona, lo que despertó serias preocupaciones sobre la seguridad de estos vehículos.
Si bien la empresa no ha renunciado al proyecto, los experimentos que lleva a cabo actualmente tiene lugar a baja velocidad y con pilotos humanos, lo que reduce sensiblemente las ventajas potenciales de automatizar esta actividad.
Fuente: Economipedia