El gran pretexto de la «industria» salmonera para depredar, desde el punto de vista ambiental, el borde costero de las regiones décima y undécima, es que dan trabajo. Pero cuando laxos procesos productivos generan inevitables crisis ambientales, son los trabajadores los que pagan. Desde que se declaró la crisis por floración de algas, cuatro mil trabajadores han sido despedidos, y serán más.
La crisis en la industria del salmón, con 20 millones de ejemplares muertos y 5.000 contenedores botados a la basura, mantiene en la incertidumbre a 73 mil familias que dependen directamente de esta producción en la Región de Los Lagos.
El 5 por ciento de las exportaciones de nuestro país corresponden al salmón y en el sur de Chile esa cifra llega al 75 por ciento, un tema que no es menor cuando casi el 20 por ciento de la producción anual se ha perdido.
La «industria» ha reaccionado de la única manra que conoce el capitalismo salvaje: ajustar por el lado del trabajo. Hasta el momento, 4.000 ya han sido desvinculados, pero el gremio advirtió que la cifra puede llegar a 5.000.
El gerente general de la asociación gremial SalmonChile, Felipe Manterola, sostuvo:
«La reducción de producción para este año va a ser en torno a un 17 por ciento. Por lo tanto, la industria y las empresas han tenido que ajustar sus dotaciones, particularmente en las plantas de proceso, y este ajuste es de aproximadamente el 13 por ciento de los trabajadores, es decir, es torno a 4.000 trabajadores».
«Las desvinculaciones que ya van quedando deberían ser en el siguiente par de meses, abril y mayo, donde la producción llega a su nivel más bajo», agregó.
Lo que no dice este caballero, es que aún con la crisis, los grandes productores se frotan las manos.
En efecto, con el pretexto de la crisis, se han dedicado a retener sus «stocks» con el fin de provocar un alza en el precio. Y en eso si que el mercado es eficiente. De siete dólares promedio que se cotizaba el salmóm «premium» de exportación, ya ha escalado hasta los once dólares.
En suma, despiden trabajadores y venden caro; o sea, condiciones paradisíacas. En otras palabras, estos «sacrificados» capitalistas también ganan con las crisis que ellos mismos generan.
El Gobierno y la sociedad chilena deben convencerse que el neoliberalismo no es el único modelo económico disponible. Mientras eso no suceda, el 1% seguirá acaparando el 80% del PIB, y más encima, espera que les den las gracias porque «dan trabajo».
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Golpe a las familias
Desde la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) aseguraron que es un golpe a las familias, acusando que las decisiones se han adoptado dentro de cuatro paredes y que no hay ninguna claridad respecto al futuro laboral.
José Pacheco, presidente de la CUT en Llanquihue, declaró que «ha existido un abuso de parte de las empresas y también una incapacidad del gobierno regional en proteger la salida de los trabajadores de la industria».
«No se conocen cifras oficiales porque todo esto está ocurriendo entre cuatro paredes y los trabajadores de la noche a la mañana pierden el empleo y muchos se enteran por los medios de comunicación de los comunicados que hacen las empresas donde informan de la desvinculación de sus trabajadores», criticó.
El tema es asumido con preocupación por parte del Gobierno, pues advierte que habrá impacto en las cifras de crecimiento y en el empleo.
La seremi de Economía de la Región de Los Lagos, Carmen Gloria Muñoz, reconoció que «el impacto igual va a ser significativo en la región, tanto en la economía como en el empleo. No es primera vez que la industria tiene estos procesos de crisis, la vez pasada en 2008 fue con el tema de los virus y fue importante, tuvo repercusiones bastaste grandes».
«Estamos tratando, por una parte, de trabajar más a mediano y largo plazo en diversificar la matriz productiva en la región, pero también, al mismo tiempo, hacernos cargo de esta contingencia de que se va a ver intensificada ya en el segundo semestre de este año», agregó.
Los salmones muertos ya fueron retirados de la costa, pero la baja de la producción mantiene en la incertidumbre a los trabajadores.