La insustentabilidad del actual modelo de desarrollo basado en la exportación de recursos naturales quedó crudamente al desnudo con el informe preliminar de resultado de Codelco durante 2015: a pesar de un aumento de la producción y la productividad, la caída en un 20% promedio del precio del cobre, generó una caída bruta del 64,5% de los excedentes que entrega al erario nacional.
Como el papel aguanta todo, y hablar es gratis, el informe de Codelco colocó el énfasis en la «histórica» alza en la producción:
«Una histórica producción de 1 millón 732 mil toneladas de cobre propio en 2015, informó el presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro. La cifra es 3,6% superior a la de 2014 y una de las más altas de su historia, todo un récord considerando los eventos climáticos ocurridos en el norte del país, las mermas provocadas por el conflicto con los trabajadores contratistas y, especialmente, la caída en las leyes del mineral tratado (un 19% menos en comparación a 2004, año en que se obtuvo una producción equivalente)».
En ese contexto, la baja en el precio del cobre es un dato que pasa casi de refilón:
«Pizarro agregó que, a pesar del complejo panorama a nivel mundial, tanto del cobre como del molibdeno, cuyos precios experimentaron bruscas caídas de 20% y 41%, respectivamente, Codelco generó excedentes antes del ajuste contable extraordinario por US$ 1.075 millones para el Estado de Chile».
El informe agrega con pompa:
«Este resultado es especialmente significativo, pues fue posible debido al potente plan de productividad y reducción de costos y que permitió ahorrar US$1.203 millones, equivalentes al 120% de cumplimiento de la meta comprometida».
Dichas así, al voleo y sin patrón de comparación estas cifras podrían sugerir una administración exitosa en medio de la tormenta, que es precisamente el mensaje que el informe de Codelco pretende pasar de contrabando.
Pero la perspectiva es muy distinta si se la compara con las cifras del ejercicio anterior, cuando los excedentes de Codelco entregaron US$ 3.033 millones al Estado.
Lo que Pizarro no dice, y el informe de Codelco tampoco, es que aún con mayor producción y productividad, «esfuerzo» que dicho al pasar, recae en el despido de miles de trabajadores, los excedentes de Codelco cayeron en US$ 1.958 millones respecto del ejercicio anterior, equivalentes al 64,5%, en circunstancias de que el precio del cobre cayó «sólo» en 20% promedio, tendencia a la baja que ciertamente se puede acentuar.
Peor aún, el resultado neto del ejercicio 2015 es negativo, toda vez que después del ajuste contable denominado impairment, las cifras arrojan una pérdida contable de US$1.492 millones, por más que Pizarro destaque que «este ajuste sólo tiene un efecto contable» e insista en que «no afecta los aportes de Codelco al Estado ni su plan de inversiones».
Ni Pizarro ni ningún economista neoliberal puede refugiarse, a esta altura, en el pretexto de la «caída del precio del cobre», pues la alta volatilidad y la fluctuación de los ciclos de precios de las materias primas, es un hecho de la causa en modelos basados en la exportación de recursos naturales, conocido hasta por alumnos de secundaria; más aún cuando el anterior ciclo de precios bajos ocurrió hace pocos años; más precisamente entre 2002 y 2009, impulsado por la sobreproducción mundial origtinada en Chile.
Un problema asociado a la caída en el precio de los recursos naturales, es la dependencia de ellos en los modelos basados en la exportación de aquellos.
En el caso de Chile, aproximadamente una tercera parte del gasto público es financiada con las exportaciones de cobre, sea que provengan de los excedentes de Codelco o de impuestos de la minería privada.
Dado el hecho de que el modelo neoliberal en Chile eliminó la tributación progresiva, y que la tributación indirecta, básicamente el IVA, limita con la capacidad de consumo de la mayoría de la población, el financiamiento de la brecha sólo puede hacerse con endeudamiento externo, o con ajuste interno, y su secuela de desempleo, empobrecimiento y sufrimiento social.
Nelson Pizarro y el coro neoliberal parecen no darse cuenta que el informe preliminar del ejercicio de Codelco 2015 señala con claridad el agotamiento del modelo de desarrollo hacia afuera, sobre la base de la exportación de recursos naturales. Jactarse de una mayor producción y productividad, en medio de un retroceso del 64,5% respecto del ejercicio anterior, es la mejor postal de que el modelo no sirve, y hay que cambiarlo.
Durante 40 años los neoliberales han machacado que fuera del mercado, no hay nada; lo cual es, manifiestamente, un argumento ideológico que no resiste la prueba de la realidad, como muestra el informe proliminar de las cifras de Codelco durante 2015. Es más, la solución es técnicamente sencilla, pero políticamente compleja, y consiste en:
– Recuperar el monopolio público de toda la gran minería del cobre
– Regular la producción para evitar, o atenuar, las fluctuaciones en el precio del cobre
– Generar valor agregado industrial antes de acudir al mercado mundial con productos de cobre.
Nada nuevo bajo el sol, y nada que no estuviera en el Programa del Gobierno de Salvador Allende, quién concebía al cobre como el sueldo de Chile.
Llegó la hora de recuperarlo, pero para eso primero hay que despertar.
