La UDI, partido corrupto por naturalez, y en rápida descomposición, está sumido en un marasmo de perplejidad que incluso lo hace desvariar con una refundación e incluso un cambio de nombre, como si la polítrica consistiera en el cambio de «chapas». En ese estado de cosas, sus dirigentes, gente que no conoce la palabra ridículo, echan mano a lo único que saben y les permiten sus escasas neuronas: el discurso antocomunista furibundo.
El primero en romper los fuegos fue el pentadiputado, Ernesto Silva:
«Un puñado de comunistas está dirigiendo la agenda de un Gobierno de una Presidenta cada día más izquierdizada, y la política está entrampada en discusiones judiciales y de Ministerio Público, cuando se tiene que hablar de los temas del país y del futuro.
Vemos que el Partido Comunista señala que quiere terminar con el Estado subsidiario y nacionalizar muchos recursos públicos, hay que reaccionar con fuerza para hacer una propuesta de futuro, y creo que la UDI debe acelerar el cambio de ciclo para lograr tener éxito en la elección municipal».
Sandez que luego fue prolongada por el presidente del partido, senador Hernán Larraín:
“Nos preocupa que en un momento de dificultades del país, de dificultades económicas, el PC insista en imponer la agenda, un partido que es pequeño, que no tiene mucha representación, pero que pareciera ser que quiere llevar la voz cantante del gobierno. ¿Quién manda en este gobierno, manda el PC?, sería bueno saberlo.
Lo que Chile no quiere es un programa ideológico donde grupos como el PC impongan a los chilenos su visión fracasada en los países donde son gobierno como Corea del Norte y Cuba y que esperamos no tengan acogida en Chile”.
Perdiendo una vez más una estiupenda oportunidad para un discreto silencio, el descerebrado diputado Ignacio Urrutia arrambló contra el MIR, partido en formación al que deseó «lo peor del mundo» al tiempo que expresó su expectativa de que «les vaya pésimo».
Teillier Salió al paso de la UDI
El Presidente del Partido Comunista, diputado Guillermo Teillier, emitió un comunicado en el que señala:
“La derecha y sobre todo la UDI, pretende a toda costa meter cuñas en la Nueva Mayoría”.
Teillier agregó:
«Con esas declaraciones la derecha y la UDI de nuevo apelan al anticomunismo que los llevó incluso al golpe de Estado en 1973, iniciándose un sangriento período represivo que dejó a miles de comunistas desaparecidos, ejecutados y exiliados».
Teillier manifestó luego:
«La invención sobre la superlativa injerencia e influencia que tendría el Partido Comunista en los asuntos de Gobierno les ha servido como caballo de batalla para sorprender a incautos y en especial para poner un velo mediático a su bochornosa responsabilidad en delitos de cohecho y tributarios que mantienen a sus principales figuras en manos de la justicia”.
En relación a explicaciones de la UDI ante delitos de sus dirigentes y parlamentarios y la idea que tendrían de cambiar el nombre a ese partido, el presidente del PC expresó:
“Su pretendido cambio de cara o de careta no es otra cosa que apelar a táctica de viejo cuño, que incluye formas de desestabilización del proceso de reformas”.
