La totalidad de los cubanos que cumplían sentencia encarcelados y que Estados Unidos consideraba presos políticos, quedaron liberados esta semana. La acción formó parte del acuerdo entre La Habana y Washington para reanudar las relaciones que estuvieron interrumpidas por más de 50 años.
Un funcionario del gobierno de EE.UU. señaló que este hecho es un gesto positivo que hace augurar el éxito de las conversaciones entre ambos estados, que comenzarán la próxima semana
Estados Unidos, que confeccionó una lista con el nombre de 53 detenidos cuya liberación reclamaba, no ha querido identificar a los liberados pues teme que ello entorpezca los pasos que se están dando y que, hasta el momento no han encontrado tropiezos
Con esta acción, los cubanos vociferantes contra la política de Obama hacia Cuba, han quedado sin banderas. El senador republicano por Florida, Marco Rubio, cuya plataforma política ha sido la lucha contra el gobierno cubano y que pedía que no hubiera conversaciones entre EE.UU y Cuba mientras hubiera presos políticos, ha tenido que cambiar su discurso. Ahora argumenta que el cambio de la política de Obama podría proporcionar legitimidad y dinero a La Habana, mientras sigue violando los derechos humanos.
Rubio aseguró que él y otros dentro de la oposición buscarán bloquear todo lo que se mueva en dirección de la normalización de las relaciones con la isla caribeña. Si el Congreso norteamericano acuerda finalmente levantar el bloqueo con el que durante décadas trató de asfixiar a Cuba, Rubio y todos aquellos que han hecho profesión de los ataques a Cuba, deberán cambiar sus objetivos y estrategias y buscar nuevos blancos para sus diatribas si pretenden seguir en la arena política