por Francisco Herreros.
¿Es concebible que un personaje, cuyo patrimonio alcanza, según la revista Forbes, a US$ 2.800 millones, y que además ostenta el cargo de Presidente de la República, ahorre el choclate del loro mediante la evasión del impuesto territorial -o contribuciones- de un terreno comprado a precio de huevo, hace ya más de treinta años?.
Sí, lo es; y el lector sabe que se trata de una conducta a la cual, lamentablemente, el primer ciudadano de la República, don Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique, nos tiene acostumbrados.
Sin embargo, tanto va el cántaro al agua, que se las está llevado cada vez menos peladas.
Un grupo de treinta parlamentarios de oposición envió una carta al Presidente Sebastián Piñera, haciéndole presente que tiene el deber de pagar la deuda en las contribuciones de, que acumula ya por más de treinta años, por su reducto de vacaciones favorito, en Lago Caburgua.
Previamente, la tesorera general de República, Ximena Hernández, informó que la ley “dispone de un límite para la retroactividad de tres años, por lo que no podrían cobrarse retroactivamente impuestos correspondientes a un plazo superior, desde el momento en que se practique por el Servicio de Impuestos Internos el avalúo que sirva de base para la determinación del impuesto territorial”.
A su turno, el SII había emitido un nuevo cálculo sobre la deuda por concepto de contribuciones del Presidente, dejándola en un total de $19.121.646 que debe cancelar a más tardar el 30 de junio de este año.
Evasión de contribuciones durante treinta años
El terreno de 20 hectáreas el el lago Caburga fue adquirido por el actual Presidente en 1988, y desde ese instante hasta 1994 construyó tres viviendas, según consta en los respectivos permisos de edificación.
El 19 de abril de 2011, presentó una solicitud de concesión marítima en el sector Renahue, con el objetivo de «dar apoyo náutico a una propiedad mediante la regularización y uso de mejoras fiscales consistentes en dos rampas, un hangar, una cancha de tenis, un muro, acceso a la playa, vereda, terraza, una losa (con quincho) y muros, con una vigencia de 10 años».
El espacio entregado a Piñera comprendió 879,61 m/2 de playa, e incluye las instalaciones señaladas.
O sea, a título gratuito, obtuvo una concesión de beneficio fiscal, destinado a otros fines.
En la oportunidad, Patricio Herman, presidente de las fundación Defendamos Ciudad, criticó:
“Aquí alguien le otorgó al Presidente una concesión para que use a sus anchas un bien nacional de uso público. Eso es un abuso de poder, nada más que eso. Las concesiones son para explotaciones comerciales, no para usos privados. Además, por muchos años estuvo ocupando de forma ilegal este espacio y para salir de eso lo regulariza a través de una concesión. Pero estas no son para disfrutar del lago con traje de baño. El Estado concesiona autopistas, hospitales, cárceles… actividades mercantiles, no para pasarla bien en la orilla de los lagos”,
El punto es que no realizó el trámite de recepción final ante la Municipalidad de Pucón, que corresponde hacer al dueño.
Por esa razón, las construcciones no pudieron ser tasadas y el Servicio de Impuestos Internos se vio impedido de cobrar el monto real de contribuciones. Así, durante más de treinta años, Piñera pagó contribuciones -más que subvaluadas- irrisorias, equivalentes a $531, a paridad de hoy.
En la carta, los/as diputados/as plantean:
«La primera autoridad debe dar el ejemplo frente al país, cumplir un estándar ético mayor al señalado por la Tesorería y comprometerse a restituir la totalidad de los recursos por los cuales el Estado y el bien público fueron lesionados».
Agregan, que con ejemplos como ese, «se acentúa aún más la sensación de injusticia y privilegios».
La diputada Karol Cariola (PC) criticó duramente al Presidente Sebastián Piñera, a través de su cuenta de twitter:
Tener una casa de veraneo en Caburgua, declarada por un avalúo de 12 millones pagando 500 pesos en contribuciones por ella, cuando en realidad está avaluada en 400 millones y por tanto se han evadido las contribuciones por años, es una sinvergüenzura. pic.twitter.com/ccXQz2ME9k
— Karol Cariola Oliva (@KarolCariola) 11 de mayo de 2019
“El Presidente de la República debe dar el ejemplo. Sebastián Piñera debe devolver al Estado cada peso que dejó de pagar en 30 años por las contribuciones de su casa en Caburgua. Pagar 3 de 30 años es inmoral y una vergüenza ante la ciudadanía“, escribió la legisladora.
Evasión zorrona
En este acto de piratería, Piñera no está sólo.
Según consigna el diario La Segunda, en la crónica Diputados piden que Piñera pague la totalidad de la deuda por contribuciones, otros integrantes del exclusivo club del 0,01% de los más ricos del país, tales como la familia Matte y la familia Chadwick Piñera, han hecho lo mismo.
La familia Matte cuenta con un terreno de 42 hectáreas en la comuna de La Dehesa, mientras que los hermanos Chadwick Piñera -incluyendo al ministro del Interior, Andrés Chadwick- cuenta con uno de dos hectáreas en Camino La Viña, en el sector de San Damián.
Ambos fueron adquiridos cuando eran zonas agrícolas pero, con el crecimiento de la ciudad, fueron declarados urbanos. Sin embargo, Eliodoro Matte concurrió el SIl para solicitar mantener la calidad de agrícola «con dos vacas y tres caballos», según explicó Patricio Herman, presidente de Defendamos la Ciudad, en una columna en Ciper.
Y durante diez años pagó contribuciones agrícola $2,3 millones anuales, logrando un ahorro de $7.082 millones en una década. .
En 2012, los tres hijos de Eliodoro Matte lo vendieron en US$96 millones a la constructora Moller & Pérez Cotapos.
Al hacerlo como personas naturales, la ley de la renta los eximió del pago de impuestos, ya que no estaban dedicados al giro inmobiliario.
El mismo camino siguieron los Chadwick Piñera con una parcela adquirida por su padre en la década de 50 en la calle La Viña, donde vive su primo Presidente.
En 2012 tenía un avalúo fiscal de $20,5 millones y pagaba contribuciones trimestrales por $32.411, pese a que su valor comercial alcanzaba los US$15 millones.
La situación generó un nuevo tuitazo de la diputada Cariola:
¿Cómo es la cosa señor Presidente @sebastianpinera y Ministro @andreschadwickp? ¡Los únicos que en Chile pagan las contribuciones como corresponde son los ciudadanos comunes y corrientes! ¡Esto es una vergüenza y una indecencia! pic.twitter.com/F5959HFwSO
— Karol Cariola Oliva (@KarolCariola) 30 de mayo de 2019
La marabunta Chadwick Piñera
No carecen de razón quienes plantean que la ubicua familia Chadwick Piñera está presente en todo lo que se mueva en Chile, siempre que huela a utilidades, gabelas, regalías, subsidios, sinecuras y beneficios.
El 16 de marzo del 2018, menos de una semana después que Sebastián Piñera asumiera su segundo mandato, el estudio jurídico Chadwick y Reymond presentó una millonaria demanda contra el Estado de Chile, en representación de la constructora Consorcio Constructor Hospital de Talca S.A.
La demanda exige al fisco el pago de $28 mil millones, más impuestos, intereses, reajustes y costas, por concepto de daños y perjuicios ocasionados, según el texto, por 512 modificaciones del contrato original, las que causaron onerosos atrasos.
Entre las firmas de los demandantes, aparecen las de Herman Chadwick Piñera, hermano del ministro del Interior y primo del Presidente, y Herman Chadwick Larraín, sobrino del Presidente y ex Síndico de quiebras del Caso Caval, condenado a tres años de presidio con libertad vigilada.
Desde esa perspectiva, el ministro del Interior, Andrés Chadwick Piñera, carece de autoridad moral para referirse a los que critican a Piñera, en los siguientes términos:
«El Presidente cumplirá con todos sus deberes legales al igual que cualquier ciudadano. Basta ya de una obsesión, de una obstrucción permanente, de poner siempre obstáculos a toda acción que se esté desarrollando.
El Presidente fue elegido para gobernar el país; basta ya de la política pequeña, basta ya de la política menor. El Presidente va a cumplir como lo ha hecho siempre con lo que dice la Ley, porque él es el primero en respetarla”.
¡Plop!
Ambos casos fueron denunciados por El Mostrador, luego de lo cual el SII optó por hacer una retasación de los terrenos agrícolas en zonas urbanas en todo Chile, elevando sustancialmente sus valores.
Contra-reforma tributaria de Piñera
En el contexto de este escándalo impresentable, cabe consignar que Piñera despachó un proyecto de ley de contra-reforma tributaria, que pretende revertir los escasos avances en equidad y redistribución, logrados con la reforma tributaria de la presidenta Michelle Bachelet.
En términos generales, la contra-reforma tributaria de Piñera refuerza el sesgo regresivo del sistema tributario chileno, básicamente por dos razones:
(1) aumenta el pago de IVA hacia el consumo digital y,
(2) reintegra el sistema en favor de las rentas personales.
El objetivo último de la contra-reforma tributaria de Piñera, es el escenario ideal en el cual los ricos no pagan impuestos, porque, en último término los descuentan de sus gastos; una burla sangrienta al noventitanto por ciento de los chilenos, que pagan un 19% de impuestos, cada vez que compran un kilo de pan.
Como resultado neto, repone la tasa de ganancias de los más privilegiados.
La idea de legislar fue aprobada en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados el pasado 9 de abril, con los votos de los demócrata-cristianos José Miguel Ortiz y Pablo Lorenzini.
La votación en sala es inminente; de hecho, estaba programada inicialmente para mayo.
La aprobación de la idea de legislar requiere 178 votos.
La derecha, que en términos de neoliberalismo estratégico, siempre vota en bloque, tiene 171 votos.
La DC tiene 14 votos, y al menos tres diputados han anunciado su rechazo.
Si el resto imita el voto de Ortiz y Lorenzinia, la contra-reforma de Piñera estaría cocinada.
Al menos, hay que mandarles el recado de que esta, así como otras traiciones en favor del neoliberalismo estratégico, no quedarán impunes.
Así vamos, en estos tiempos infames.