Un ridículo de clase mundial, de esos que suele perpetrar sin sonrojarse esta mediatizada sociedad neoliberal, tuvo lugar cuando un desprevenido usuario de redes sociales subió a su cuenta twitter una antigua foto de un tiburón, añadiendo para la broma, que había sido visto en el exclusivo balneario de Cachagua. Eso bastó para que, sin chequeo de ninguna especie, el sistema mediático en pleno, además de instituciones como la Armada y el Senapesca entraran en una paranoia que incluso tuvo como resultado el cierre de tres playas. Era realmente para la risa como las cuatro cadenas televisivas despachaban en vico desde el lugar de los hechos una noticia que nunca existió.
Tiburón en Cachagua: El día en que medios y autoridades generaron alarma basados en una foto en Twitter
Cristián Mezza
Diversos medios de comunicación e incluso el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) informaron de esta particular presencia, divulgando una supuesta imagen del escualo en las playas de Cachagua, generando alarma y cerrando tres playas. Todo por una antigua foto subida a twitter.
La tranquilidad que siempre adorna las señoriales arenas de Cachagua, acostumbrada a recibir políticos y sus familias, se rompió con un estremecedor anuncio: un tiburón de cinco metros de largo andaba suelto en la playa.
Diversos medios como 24 Horas y CNN Chile interrumpieron sus transmisiones para informar sobre el sorprendente hallazgo. Posteriormente vinieron los contactos con el alcalde Nicolás Cox para hacer un llamado a la calma, mientras el Servicio Nacional de Pesca actualizaba la información con las últimas novedades, inundando de comentarios Twitter, como si de repente el universo que una vez Spielberg y John Williams pensaron en los 80 se hiciera realidad.
Todo el revuelo se generó cuando Sernapesca, a través de su cuenta de twitter, informó sobre la presencia del tiburón. El problema es que lo hicieron basados en el tuiteo realizado por Benjamín Gremler, quien subió una foto donde se presenta al espécimen siendo remolcado por buzos.
Ante esto, la Capitanía de Puerto de Quintero inició un operativo en la zona para poder dar con el tiburón. Más tarde Sernapesca incluso lanzó su hipótesis: “Se trata de un tiburón peregrino”. Todos respiran tranquilos, ya que “es un ‘filtrador’ que se alimenta de plancton”… no de personas.
Luego que comenzó a crearse una “bola de nieve” mediática, Sernapesca se contactó con Gremler quien informó que la foto “era antigua”.“La foto me la mandaron unos amigos por Whatsapp, quienes estaban allá y yo la subí para informar”, dijo luego Gremler a Emol.
Como una versión de la “Guerra de los Mundos”, todo el pánico que generó la noticia, que incluso llevó a cerrar tres playas como medida de seguridad, se trató de un gran error. Pero si todo era falso, ¿quién hizo la denuncia a la Armada para poder llevar a cabo el operativo en búsqueda del esquivo tiburón?
“Nadie presentó una denuncia formal alertando por la situación, sino que vimos en ‘la tele’ que supuestamente había un tiburón en la playa y fuimos”, sostuvo una fuente al interior de la Capitanía de Puerto de Quintero a El Dínamo.
¿Y cómo se dieron cuenta que era una falsa alarma? “Después descubrimos que era falso a través de la radio, que dijo que la foto era antigua”, fue la honesta respuesta de la fuente al interior de la Armada. Ni Orson Welles lo hubiera contado mejor.
Debido al hecho, que hizo movilizar a efectivos navales por aire y mar, la institución fue tajante en recalcar que “ahora estamos analizando acciones legales en contra de la persona por generar esta falsa alarma”.
Pero más allá de las intenciones, la persona que generó este procedimiento de emergencia con solo una imagen puede respirar tranquila, ya que según el abogado Francisco Carey, no existe el delito de “generar pánico público” y sólo podría enfrentar a la Justicia si su acción generó un daño patrimonial en la zona.
“Si esta situación provocó algún daño que sea notorio y avaluable, se puede presentar una acción civil por indemnización de perjuicios, pero penalmente no hay delito tipificado”, explicó.
Frente a esta situación, la explicación de Benjamín Gremler es simple: “Impresionante el efecto de las redes sociales. Mal por no confirmar la veracidad de la foto y mal por los medios de inventar noticias con una sola foto”.
Fuente: El Dínamo