Expertos estadounidenses creen que Rusia está preparando revelaciones que comprueban la participación del gobierno de Estados Unidos y los servicios de inteligencia en los ataques del 11 de septiembre. Estados Unidos teme publicación de fotos satelitales rusas de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Las pruebas incluyen imágenes de satélite, que pueden demostrar la complicidad del gobierno de Estados Unidos en los ataques del 11-S y la manipulación exitosa de la opinión pública.
El ataque fue planeado por el gobierno de Estados Unidos, pero utilizó su poder para que pareciera un acto de agresión al gobierno y el pueblo estadounidenses por parte de organizaciones terroristas internacionales.
El motivo para el engaño y el asesinato de sus propios ciudadanos tienen que ver con intereses petroleros y empresas estatales de Oriente Medio.
La evidencia será tan convincente que desacreditará completamente la historia oficial del 11-S, apoyada por el gobierno de Estados Unidos.
Putin pretende demostrar que Estados Unidos no es ajeno al terrorismo de falsa bandera contra sus ciudadanos, con el propósito de lograr un pretexto para la intervención militar en un país extranjero. En el caso de “los ataques del 11 de septiembre”, la evidencia concluyente será de imágenes de satélite.
Si tiene éxito, las consecuencias de la táctica de Putin dejarán al descubierto las políticas terroristas secretas del gobierno estadounidense, cuya credibilidad se verá afectada y provocará protestas masivas en las principales ciudades, las cuales podrían conducir a un levantamiento, según temen analistas estadounidenses.
¿Y qué efecto tendrá sobre la posición de Estados Unidos en el escenario político mundial?.
Dichos expertos advierten que el liderazgo de Estados Unidos como líder en la lucha contra el terrorismo internacional se verá totalmente socavado, y concluyen que el desarrollo real de la situación podría ser mucho peor.
Rusia a través de su canal RT, asegura que las operaciones de bandera falsa, diseñadas por los gobiernos con el fin de que parecieran llevadas a cabo por sus enemigos, son una de las herramientas más crueles de lucha política.
Una cuarta parte de las operaciones de bandera falsa corresponden a EEUU, que las ha utilizado para provocar conflictos internos en los países enemigos o bien justificar invasiones.
En este sentido, la CIA admite que en la década de 1950 contrató a unos iraníes para que se hicieran pasar por comunistas y perpetraran una serie de bombardeos en Irán con el fin de poner al país en contra de su primer ministro elegido democráticamente.
En 1963, el Departamento de Defensa de Estados Unidos escribió un artículo proponiendo realizar una serie de ataques a las naciones de la Organización de Estados Americanos, como Trinidad y Tobago o Jamaica, para culpar a Cuba.
En otra ocasión, el Pentágono sugirió pagar secretamente a una persona en el Gobierno cubano para que este atacara a EE.UU.
Por su parte, la NSA reconoce que mintió sobre lo que sucedió realmente en el incidente del Golfo de Tonkin en 1964. La agencia manipuló los datos para que se viera cómo los barcos de Vietnam del Norte dispararon contra una nave estadounidense para justificar la guerra de Vietnam.
Del mismo modo, según reveló en 2012 un documento desclasificado del Pentagono, EEUU llevó a cabo una campaña para vincular a Irak con los ataques del 11 de septiembre y utilizar este hecho como una de las principales justificaciones para el inicio de la guerra contra el país de Oriente Medio.
Incluso después de que la Comisión del 9/11 admitiera que no había ninguna conexión entre Al Qaeda y el régimen de Saddam Hussein, el entonces vicepresidente de EEUU Dick Cheney insistía en que las pruebas eran “abrumadoras” y que él, “probablemente”, tenía información de la cual no disponía la Comisión. Además, lamentaba que los medios de comunicación no estaban haciendo lo que deberían para denunciar esos vínculos.
Fuente: La Revolución Pacífica
