El presidente del PPD, senador Jaime Quintana, califica la resolución del TC sobre la gratuidad como «mezquina y miserable», y asegura que el órgano constituye «un resabio de la dictadura». También manifiesta que en el oficialismo «hay gente» que defiende los negocios de los privados antes que la gratuidad en educación.
El senador, también presidente de la comisión de Educación del Senado, rechaza tajantemente el fallo del Tribunal Constitucional (TC) que, el jueves, impugnó algunos de los criterios establecidos por el Gobierno para aplicar la gratuidad universitaria en 2016. No solo critica la resolución. El mismo órgano, asegura, está en entredicho y su existencia debe ser revisada:
«Este fue un fallo eminentemente político y que, lejos de hacerle daño a la Presidenta, hace un tremendo daño y genera incertidumbre en miles de jóvenes que hace una semana dieron la PSU. Ellos y sus familias estaban proyectándose bajo un escenario que el país debatió en las instancias democráticas como fue el Congreso. Y la derecha aquí está usando todo su poder de reserva y recurre a este órgano porque sabe que tiene mayoría y que lo que hace es impedir el desarrollo de una política pública con amplio apoyo ciudadano y que responde a una profunda necesidad social».
-En el programa de gobierno se establecía la necesidad de reformular el TC en una nueva Constitución. Según su análisis tras esta resolución, ¿hasta dónde cree que debería llegar esta reformulación?
-Francamente, creo que el resultado del TC es muy mezquino. Lo único que hace es validar la idea de que en la nueva Constitución órganos de esta generación no pueden continuar.
-¿Es partidario de eliminar el TC?
-Puede haber un órgano que observe las normas constitucionales, pero no puede ser un órgano de Constitución política bajo el esquema del binominal. Este es un órgano que perdió toda legitimidad, porque el país avanza en dirección distinta y este es un órgano que responde a la lógica del binominal, y eso ya es pasado. Se abusó de esa prerrogativa y el fallo político en nada prestigia a esa institución.
-Entonces, ¿hay que revisar la existencia del TC?
-El país no resiste un órgano como este, que ejerce un poder de veto, que no fue generado democráticamente. Finalmente, terminaría imponiendo un esquema que tiene bases muy dudosas. ¿Cómo va a haber legitimación de la institución cuando hoy están todos los jóvenes discriminados? Claramente, a la luz de la nueva Constitución, este TC no se justifica, no tiene razón de existir. No puede haber nada que altere las bases mismas de la democracia, y esto va en contra de la democracia. Y es tremendamente peligroso, porque además daña la credibilidad global de sus instituciones, que está muy depreciada por estos tiempos.
-Sin embargo, hay otros países como Alemania o España que tienen órganos similares.
-El problema es principalmente la generación de este órgano. Es que la UDI lo ve hoy, como lo vio hace una década, cuando invocó al TC ante la distribución de la píldora del día después. Es el mismo órgano. Esta no es la lógica que el país necesita en el futuro.
-Usted habló de remover los cimientos del sistema para lo que usó la figura de la retroexcavadora. ¿Es el TC parte de estos cimientos a los que se refería usted?
-Esto es un resabio de la dictadura sin lugar a dudas, y lo que hizo ayer fue defender el modelo. Cuando la Presidenta Michelle Bachelet plantea esta reforma educacional, que será lo más estructural de este período, siempre supimos, y lo supo ella, que esto no sería fácil y que habría intentos por frenar cada una de las iniciativas. Finalmente, la derecha en esto se va a pisar la cola, porque el país entiende que están impidiendo hoy la gratuidad, más allá de que usen este argumento de los estudiantes pobres porque ya eso nadie lo cree. No lo creen porque todos sabemos que bajo el argumento de la derecha de los estudiantes pobres se esconde el deseo de apoyar los intereses de planteles privados que vulneran la ley y lucran.
-¿Es el momento de usar la retroexcavadora para eliminar el TC?
-Más que usarla, lo que aquí hay que hacer es que impere la democracia. Cuando planteamos que se requería una máquina pesada para remover los cimientos del modelo neoliberal en educación, no estábamos equivocados, porque lo que hay es una derecha que iba a resistir con todo para mantener intacto el modelo de Pinochet en educación. Y eso es lo que estamos haciendo, aunque no será fácil.
-En la DC afirman que se advirtió sobre el problema de inconstitucionalidad que podía tener esta alternativa. ¿Cree que La Moneda insistió demasiado en esta alternativa a sabiendas de que podría enfrentarse al problema que tiene hoy?
-La mayoría de las políticas públicas tendientes a buscar beneficios para los estudiantes ha sido a través de glosas. Lo que está cuestionado es que se hayan puesto requisitos para este proceso, y eso lo leo de una sola manera: el TC acoge lo pedido por los diputados de la derecha para que estos recursos vayan a todas las universidades sin distinción. Eso no es posible, porque eso significaría poner fin a la gratuidad. Aquí ha resuelto que no haya gratuidad. Los que nunca han querido gratuidad, que están en la derecha y también entre algunos de los nuestros. Lo dejó demasiado expuesto esta resolución mezquina y miserable del TC.
-¿Se refiere al senador Ignacio Walker?
-Cada uno sabe. En la Nueva Mayoría hay algunos que somos muy partidarios de la gratuidad y hay otros que no.
-¿Qué alternativas ve para garantizar la gratuidad en 2016?
-Yo me remitiría a lo que la Presidenta planteó el 21 de mayo, que la gratuidad sería para el CRUCh (Consejo de Rectores). Así ha sido siempre, dado que este es un primer paso. Esto debió haber quedado con esas reglas. Así lo quería hacer la Presidenta, pero por escuchar a todos los sectores de la Nueva Mayoría, que colocaron una serie de elementos en este árbol de Pascua, bueno, el resultado es el que vemos ahora. Les dimos espacio para que finalmente el TC impugnara.
-Ahora se iniciará el debate para definir la nueva fórmula que se adoptará en la glosa, si becas o financiamiento al CRUCh. ¿Cómo ve esta discusión dentro del oficialismo?
-Dado que el TC tomó este camino y dijo que el mercado tiene que seguir imperando en la educación superior, no hay muchas alternativas, y el Estado tiene que preocuparse hoy de lo que le es propio, de lo que le corresponde que ha tenido bastante olvidado, que son las universidades estatales. Esto puede arreglarse por vía de una ley corta y tampoco descartaría un veto aditivo.
-La alternativa de dirigir los recursos solo al CRUCh puede generar fisuras en el oficialismo, porque el principal punto de la DC es que haya gratuidad también para estudiantes de los centros de formación técnica (CFT) e institutos profesionales (IP).
-Este es un piloto, un primer paso. Todos saben que no es posible hacer todo en un año, y ellos mismos son los que hablan de la gradualidad.
-¿Dentro de la Nueva Mayoría también hay quienes quieren cuidarles los negocios a los privados antes que la gratuidad como usted dice?
-No quisiera personalizar estos temas, pero es claro que es una mirada transversal y no solo de la derecha porque si no, no hubiese costado tanto. En la Nueva Mayoría también hay gente que defiende las universidades privadas, y no en un solo partido.
-¿Que le parece que en la DC se plantee un sistema de becas como la alternativa para la gratuidad?
-Es que becas no es gratuidad, es lo que ha habido siempre. Es una ayuda estudiantil, pero una ayuda acotada que no se hace cargo de los aranceles reales ni de la matrícula. No llegamos al Gobierno con la promesa de una reforma educacional para seguir implementando becas. Ignacio Walker ha defendido sus puntos de vista que yo no comparto, pero valoro que él ha ido de frente con su mirada, que por supuesto en materia educacional se parece más a la mirada de la Alianza que a la de la Nueva Mayoría.
-El martes se cumplen dos años desde que fue elegido el Gobierno. ¿Se ha logrado pasar la retroexcavadora en algunos aspectos?
-Este gobierno va a ser recordado por cambios profundos, de eso no tengo duda, y probablemente desde la perspectiva del tiempo eso va a quedar mucho más claro. No hay ninguna duda de que entre todos los gobiernos, desde la vuelta de la democracia hasta ahora, el que va a haber hecho los cambios más profundos, removido algunos pilares de un modelo de otra época que trajo consecuencias nefastas a los chilenos, va a ser este.
-¿Tiene ya candidato presidencial?
-No es el momento de hablar de candidatos presidenciales, no es el momento de subir ni bajar a nadie, es el momento de apoyar al Gobierno, de cumplir los objetivos legislativos que nos hemos puesto de aquí al 31 de enero. Luego de eso empezaremos a pensar y proyectar las elecciones municipales, para que a la Nueva Mayoría le vaya muy bien, y en torno a ese plazo, después del segundo semestre, podemos empezar a conversar de candidatos presidenciales.
-¿Qué le parece una candidatura de Ricardo Lagos?
-Lagos ya fue Presidente, obviamente él no está buscando ser candidato. Pero obviamente su nombre sale con bastante naturalidad y de manera muy espontánea, porque es un referente y un liderazgo para muchos chilenos, pero hoy no es el momento de hablar de candidaturas.
-Usted es senador por La Araucanía Norte. ¿Qué le pareció la propuesta del intendente, Andrés Jouannet, en cuanto a establecer un fondo de desarrollo local, a partir de donaciones de las empresas de la zona?
-Perdón. Esa propuesta es mía. La planteé en el comité político, hace 15 días , lo reconoció Jouannet en la mañana (de ayer). Se la entregué a los ministros Rodrigo Valdés (Hacienda) y al ministro Jorge Burgos (Interior). Ha tenido muy bueno acogida en ambos. Dije ‘aquí las empresas están viendo maneras de compensar a los usuarios y los consumidores’. Y, bueno, sucede que las comunas donde se genera la riqueza es donde está el mayor impacto negativo, con las mayores externalidades negativas. Entonces empecemos por compensar a las regiones donde se ha generado la riqueza, que es donde se ha hecho más daño.
-¿Concuerda con Alberto Espina en que falta decisión del Gobierno para una propuesta de paz social en la región?
-No. Todos queremos la paz, no es que se requiera una propuesta de un color, de un sector político. Aquí lo que se requiere es que los organismos encargados de la persecución penal hagan su trabajo. Desde ese punto de vista, la sesión especial del Senado fue bastante útil, especialmente el rol que asumió el fiscal Jorge Abbott, y los fiscales regionales. Estos últimos marcaron un punto muy interesante que da tranquilidad en cómo se encauzará la persecución penal hacia adelante. Pero no hay que abusar. Al Gobierno le corresponde en el orden público una función muy acotada. Algunos senadores de la UDI, irresponsablemente, preguntaban ‘¿Y dónde está el ministro del Interior?’. Los ministros del Interior, en democracia, no persiguen gente, no la detienen. En un Estado de Derecho, eso lo hacen otros órganos.
Fuente: El Mercurio
http://diario.elmercurio.com/2015/12/12/nacional/nacional/noticias/43D22792-DC80-4595-B50C-2C49BDC01D80.htm?id={43D22792-DC80-4595-B50C-2C49BDC01D80}