Piñera el incorregible; el candidato que dice que no es candidato, no pierde ocasión para mostrar la hilacha. Hoy, cuando el Gobierno anunció la reconstrucción del puente Cau Cau, inaugurado con bombos y platillos por Piñera, no titubeó en echarla la culpa a los dos gobiernos de la Presidenta Bachelet. Miente una vez más, como pasamos a demostrar.
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Luego de que el Gobierno anunciara este martes que hay que construir prácticamente de nuevo el Puente Cau Cau en Valdivia, el ex Presidente Sebastián Piñera admitió que se cometieron errores en el desarrollo de este proyecto.
Sin embargo, el ex Mandatario recalcó que la responsabilidad es de las administraciones de Michelle Bachelet -anterior y actual- en el diseño e implementación del primer puente basculante del país:
«Lo hemos conversado mucho con las personas que estuvieron a cargo y por supuesto que hubo errores, pero yo quiero enfatizar que el error se produce cuando al comienzo, en el año 2009, se hace un mal diseño, se hacen mal los cálculos de ingeniería, se definen mal los métodos de construcción», sostuvo Piñera.
El ex Jefe de Estado reveló que «adicionalmente, cuando hubo voces de alerta, que se las transmitimos al nuevo Gobierno, el Gobierno reaccionó de forma equivocada, aumentando los plazos, entregando más recursos y nombrando como director en el Ministerio de Obras Públicas a una persona que había sido funcionario de la empresa que había cometido los más grandes errores».
Piñera miente en forma alevosa y cobarde.
La única participación del primer Gobierno de la Presidenta Bachelet se limitó a un reestudio del proyecto, en febrero de 2006, y el envío del mismo desde el Ministerio de Obras Públicas al MIDEPLAN, en junio de ese año.
Y pare de contar. De ahí en adelante, todo el desarrollo del proyecto corre por cuenta de la administración de Piñerocho.
En agosto de 2010, se licita la construcción del puente. En noviembre de ese año la partida presupuestaria es incluída en el presipuesto del Ministerio de Obras Públicas. Ese mismo mes se le adjudica la obra a la empresa española Azvi, con un presupuesto de $16 mil millones, unos US$ 31 millones.También se contrató a la empresa asesora Zañartu Consultores por un monto de $1.700 millones con la misión de la inspección técnica de las obras.
En diciembre de ese año, un orondo y lirondo Presidente piñera colocó la primera piedra, dando por inaugurado el inicio de las obras.
Como no podía ser de otra forma, no dejó pasar la oportunidad para despachar un discurso oportunista, plagado de lugares comunes:
«El puente Cau Cau representa una inversión muy importante y significativa de 16 mil millones de pesos y será el primer viaducto basculante o levadizo de nuestro país, con más de 90 metros”.
Acompañado por el ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, agregó:
«El proyecto constituye no solamente una inversión, sino que una gran innovación tecnológica e ingenieril, ya que permite unir una ribera con la otra, pero sin interrumpir el normal tráfico y desenvolvimiento de los barcos, del turismo y todo lo que un río significa para una ciudad y una región”.
Concluyó con una típica piñerada:
«Nno solamente vamos a poner la primera piedra durante nuestro Gobierno, sino que vamos a inaugurar este puente durante nuestro Gobierno. Mientras en muchas partes del mundo se construyen muros que separan, en Chile estamos construyendo puentes que nos unen. Y no son solamente los puentes físicos, sino que también es la fuerte intención y voluntad de nuestro Gobierno construir otros puentes, esos puentes humanos que también nos permitan unirnos como chilenos”.
Como se puede deducir, se adjudica todo el mérito de la maravilla basculante.
Sin, embargo, los problemas empiezan a aflorar en noviembre de 2013, cuando la policía detiene a un falso topógrafo que trabajaba en la obra. En efecto, una denuncia puso al descubierto al supuesto topógrafo Roberto Méndez Carrillo, quien fue acusado de falsificar su título de geomensura y, luego de ser detenido, fue marginado de la obra.
En octubre de 2014, el puente presentaba 95 % de avance y últimas pruebas se realizan en diciembre de 2014.
El 6 de enero de 2014 se dio a conocer que el puente tenía problemas estructurales, lo que fue desmentido por el MOP. Pero luego no le quedó más que reconocer que el puente presentaba problemas en el ensamblaje de los tableros o brazos basculantes, los cuales estaban puestos al revés.
Esto deja el problema a las ciclovías, quedando cruzadas, por uno de los brazos basculantes, la ciclovía quedó por el lado derecho, y por el otro ésta corre por el lado izquierdo.1
Según el alcalde de la ciudad Omar Sabat, los brazos venían mal etiquetados desde España.
El MOP apuntó que el problema había sido de la empresa constructora AZVI.
El Puente Cau-Cau iniciaría su marcha blanca la segunda quincena de enero, pero debido a esto, se retrasó la apertura al público.
El 11 de marzo de 2014, Piñera entregó el Gobierno a Michelle Bachelet.
La cronología expuesta demuestra que la abrumadora responsabilidad del disparate mundial del puente CauCau, que incluso fue incluido en un programa del Discovery Channel titulado Los Horrores de la Ingenierí, recae sobre el Gobierno del mentiroso consuetudinario, que en campaña para repetirse el plato, no trepida en endosárselo a su antecesora y predecesora, cuyos gobiernos tuvieron participación marginal.
Ya durante su segundo mandato, en marzo de 2014, una falla en el sistema de rótulas provocó un nuevo retraso en la obra, en momentos en que se estaba buscando una solución a la errónea instalación de los brazos.
En vez de terminar el contrato con Azvi, el MOP decidió que ésta empresa continuara con su trabajo y les entregó otros $1.800 millones para la reparación de las dichas rótulas. Con lo anterior también se aplazó la marcha blanca. Primero se dijo en junio, luego en la primavera de ese año, pero finalmente quedó para febrero de 2015. Pero nuevas fallas vuelven a atrasar la entrada en operaciones del puente.
En febrero de 2015, el alcalde de Valdivia, Omar Sabat, denunció que las rótulas instaladas en el puente no son originales. La confirmación de esta falla provoca que la empresa constructora Azvi sea suspendida del registro de contratistas del MOP.
En junio del año pasado el MOP rescindió el contrato con Azvi, y llamó a una nueva licitación para la reparación de la fallida estructura. En efecto, un informe técnico independiente del MOP confirmó una falla hidráulica, debido a lo cual el MOP da por terminado el contrato con la constructora del puente.
Un mes después, la fiscalía regional comenzó una investigación para determinar las responsabilidades, ante las cuantiosas pérdidas que los continuos errores significaron al fisco.
El anuncio del Ministerio Público dio paso a una ronda de declaraciones, que decantaron en que el caso fuera trasladado hasta la fiscalía metropolitana Centro-Norte, pues todas las decisiones de importancia en torno al proyecto habían sido tomadas en Santiago.
En abril de 2016, el informe de «ingeniería forense» encargado por el MOP a la empresa Hardesty & Hanover (asociada a VMB), plantean dos opciones:
a) demoler los brazos del puente y construir nuevos con especificaciones para el puente, con un costo entre 10 a 14 millones de dolares,
b) repararlo, o sea desoldar las laminas de acero, pero esta opción no garantiza que surgieren nuevas fallas durante la reparación o a futuro, cualquiera de las dos opciones modificara la fecha de entrega, prevista para 2017.
Finalmente, el gobierno se decantó por una tercera opción, anunciada hoy.
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Gobierno anunció demolición de brazos y reconstrucción de puente Cau Cau
El ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, anunció que se realizarán reparaciones estructurales en el puente Cau Cau tras los diversos fallos detectados en su construcción, las que se iniciarán con la demolición de los brazos de la estructura.
Undurraga indicó que se cambiarán los brazos del puente y el tablero, junto con una reposición de un nuevo sistema de levante.
«La intervención del tablero, instalar acero adicional en ambos lados después de constatarse los gastos de la empresa (…) no solo cambiemos el sistema elevante, sino que también cambiemos los tableros que para efectos ciudadanos es cambiar prácticamente el puente completo», sostuvo el ministro.
«Estos cambios los hacemos no solo con la convicción técnica que nos entrega el estudio independiente y la Dirección General de Vialidad sino que también lo hacemos pensando en la seguridad de un puente que está no solo para cumplir en funcionalidad, sino que para ser seguro para todos los habitantes de Valdivia y para todos quienes visiten esta ciudad», agregó.
Además, esperan que la empresa AZVI, responsable inicial del proyecto, se haga cargo de los costos en una inversión estimada en los 10 mil millones de pesos, debido a la existencia de un denominado «contrato con cargo», visado por Contraloría.
«Le vamos a exigir judicialmente a la empresa que sea la que pague estos mayores costos por cuanto la Contraloría le dio el término ‘con cargo’, que es lo que nos habilita para ello», sostuvo Undurraga.
Finalmente, estas reparaciones causarán que el puente Cau Cau esté habilitado en el segundo semestre de 2018.
Cabe destacar que el puente ha sido incluido en diversos listados internacionales de grandes errores de ingeniería, tomando notoriedad mundial.
Alcalde pide demoler puente Cau Cau
El alcalde de Valdivia, Omar Sabat (ex UDI), pidió en Cooperativa demoler el puente Cau Cau debido a la falta de garantías y de fiscalización en su construcción.
A pocas horas de conocer la decisión del Ministerio de Obras Públicas sobre el futuro del proyecto, Sabat recordó que «el año pasado en febrero hice la denuncia porque estaba todo en silencio, que las rótulas no correspondían, que habían problemas con el émbolo y una serie de antecedentes que me comenzaron a llegar extraoficialmente».
En conversación con radio Cooperativa, el alcalde sostuvo:
«Sabíamos que tenía fallas estructurales, y una de ellas es que el acero es de un lugar desconocido, no tiene acreditación. Entonces el puente Cau Cau no tiene ninguna garantía para la comunidad».
Sabat pidió demoler el puente, ya que «este puente fue creado y diseñado para la carga pesada, que pudiesen pasar los camiones para descongestionar el centro de la ciudad (…) en una de las declaraciones que hicieron desde el Ministerio de Obras Públicas dijeron que podría quedar para carga menor y eso no sirve».
«Esta estructura, para que nos dé todas las garantías como valdivianos después de todos los chascarros que han pasado, tienen que demoler y construir algo nuevo y tiene que hacerse cargo el Estado, porque aquí hay responsabilidades que no se han asumido, hay investigaciones que al parecer no están llegando a ningún punto y aquí nadie se ha hecho responsable», indicó.
«Nosotros no tenemos la culpa de que el Ministerio de Obras Públicas no haya hecho bien la pega, porque en lo personal siento que no hubo fiscalización como corresponde a las empresas que estaban construyendo el puente», recalcó el alcalde.
Empresa descarta responsabilidad
A través de un inserto publicado este martes en El Mercurio, la empresa Zañartu Ingenieros Consultores manifestó que su rol fue de apoyar al «inspector fiscal, que ha reconocido explícita y oficialmente la calidad de la asesoría brindada por nuestro equipo profesional y técnico».
«Fue precisamente nuestra empresa la que advirtió los múltiples errores que se presentaron durante la construcción del proyecto como el erróneo posicionamiento de tableros, la errónea ejecución de los insertos de sustentación de los tableros basculantes, fallas en sistemas de rótulas y levante», indicaron.
«Asimismo, fue gracias a esta labor de asesoría al ente fiscal que se pudo prevenir y subsanar otros múltiples defectos que se presentaron durante la ejecución, los que fueron consignados en los informes periódicamente entregados a las autoridades del Ministerio de Obras Públicas», precisaron.
La empresa sostuvo que «desde la fecha en que se suspendieron las labores de construcción de las obras, la autoridad política del Ministerio de Obras Públicas ha desplegado una incesante ofensiva comunicacional que pretende atribuirnos responsabilidad en las fallas que presenta el puente Cau Cau, pese a contar con múltiples estudios que concluyen lo contrario».
O sea, hasta aquí, la comedia del absurdo del tepuen al vesre, no sólo con falta de autor, sino con la típica chilenada del «yo no fuí».