Producto de su incontinencia más mental que oral, y su indisimulada ambición de repetirse el plato en La Moneda, Piñera cometió el error táctico de adelantar el contenido de la próxima contienda presidencial. Si en su primera postulación agitó el marketing del cambio, con sus críticas a las reformas de Bachelet, dejó en evidencia que en esta oportunidad enarbolará la bandera del establishment, la estabilidad del sistema neoliberal en lo económico y la democracia restringida en lo político, en definitiva, la defensa del status quo.
En su gira por Madrid, y a título de escopeta, Piñera calificó las reformas promovidas por la Presidenta Michelle Bachelet como «un gran error»
En entrevista al diario español El País, acudió a sus habiltuales galimatías que suman peras con manzanas:
«Hasta 2014 logramos reducir la pobreza del 40% al 8%, pasamos de ser un país de clase muy precaria a uno de clase media, tenemos tratados de libre comercio con Europa, Estados Unidos, China, India, Japón o Corea. Sin embargo, por alguna razón el Gobierno de Michelle Bachelet decidió hacer un cambio de rumbo».
En su particular interpretación de los hechos, parece que no se dió cuenta del movimiento social que exigió reformas con millones en las calles. La parece más cómodo atribuir ess reformas, a que la Presidenta «empezó a implementar un conjunto de reformas tributarias, laborales, educacionales, y ahora la constitucional, basadas en una ideología socialista».
Para justificar esa afirmación, nuevamente recurrió al expediente de la lectura superficial propia del marketing político:
«Me parece un tremendo error y los resultados de dos años están a la vista: la tasa de crecimiento se redujo a menos de la mitad, la capacidad de creación de empleo y de mejorar los salarios se redujo a menos de la mitad, la inversión y la productividad están cayendo, tenemos graves problemas de seguridad ciudadana y en salud. Cuando terminó el Gobierno que yo presidí, cuatro de cada cinco chilenos pensaban que Chile iba por buen camino, hoy cuatro de cada cinco creen que va por mal camino. Estoy absolutamente convencido de que aún estamos a tiempo de corregir errores y recuperar el rumbo».
El portavoz de Gobierno, Marcelo Díaz, se hizo cargo de las declaraciones de Piñera: :
«Son frases bien para la galería. Él habla de 23 años, en esos 23 años quienes gobernamos 20 fuimos, nosotros y por lo tanto somos protagonistas principales de ese ciclo de desarrollo que él mira tan virtuosamente. Además, parece olvidar que durante su gobierno se produjeron las más grandes manifestaciones ciudadanas de los últimos 25 años».
«El país crecía, pero no lo hacía con niveles de cohesión social, con niveles de igualdad que lo hicieran sostenible en el largo plazo. Los países no pueden desarrollarse mientras se aumenta la brecha entre los que más tienen y los que menos tienen, tienen que ser capaces y poner en marcha políticas y cambios profundos que acorten esas brechas de desigualdad e inequidad y eso es lo que ha hecho este gobierno», agregó.
Díaz además indicó que «es cierto que reformas profundas generan incertidumbre, sería raro que así no fuera porque uno toca intereses, pero son desafíos que una sociedad tiene que plantearse si quiere crecer de verdad».
En tanto, al ser consultado sobre si Piñera actúa como candidato presidencial, el vocero de Gobierno aseguró que «hace rato que habla como candidato, y está en todo su derecho, lo que me preocupa es que deja ver que si llega a ser presidente retrotraería las reformas que hemos implementado».
Piñera podrá decir lo que quiera. Total, ya está en campaña con todo el apoyo de la jauría mediática.
Pero lo importante es que por primera vez desde 1990, la ciudadanía tendrá tan clara la encrucijada de votar por la continuidad del sistema neoliberal y la Constitución de Pinochet, o el cambio hacia una sociedad más inclusiva y democrática.
