El periódico Al Arab al Jadeed ha llevado a cabo una investigación sobre el petróleo producido en campos controlados por el grupo Estado Islámico (EI). La extracción, el transporte y la venta del oro negro proporciona al grupo armado un colchón financiero esencial. Pero, ¿quién lo compra?, ¿quién financia su brutalidad asesina con la que se ha apoderado de amplias extensiones de Iraq y Siria?, ¿cómo llega desde el subsuelo hasta el depósito de gasolina, y quién obtiene beneficios por el camino?
El EI utiliza millones de dólares procedentes de ingresos petroleros para ampliar y gestionar las vastas zonas que controla y donde habitan alrededor de cinco millones de civiles. El EI vende petróleo iraquí y sirio por un precio muy bajo a redes y mafias de contrabando kurdas y turcas que lo etiquetan y lo venden como si fueran barriles procedentes del Gobierno Regional de Kurdistán.
Luego se transporta por lo general desde Turquía hasta Israel a través de intermediarios (conociendo de su procedencia o no). El Estado Islámico afirma que no vende petróleo a Israel intencionadamente y señala a los intermediarios por los que pasa el crudo en su ruta a los mercados internacionales.
Campos de petróleo
Alrededor de todos los campos petroleros controlados por el EI en el norte de Iraq y en el este de Siria hay carteles de la organización que alertan:
“Está estrictamente prohibido sacar fotografías, los infractores ponen en riesgo su seguridad”.
Estos campos de petróleo producen entre siete y nueve horas diarias desde el atardecer hasta el amanecer, bajo supervisión de trabajadores e ingenieros iraquíes que ya desempeñaban con anterioridad estas tareas y a los que el EI ha mantenido en sus puestos una vez que capturó el territorio.
El EI depende fuertemente de los ingresos petroleros. Sus otras fuentes de financiación como las donaciones y los rescates por secuestros están disminuyendo progresivamente. El trabajo en los campos petroleros bajo control del EI es tan determinante para la superveniencia financiera del grupo que tanto los trabajadores como sus familias reciben una atención privilegiada.
La capacidad de extracción del EI se ha desarrollado sobretodo desde que en 2015 se hiciera con los campos petroleros de Allas y Ajeel, cerca de la ciudad iraquí de Tikrit, y tuviera acceso a maquinaria hidráulica y bombas eléctricas. Asimismo, esta organización se apoderó de los equipos de una pequeña empresa petrolera asiática que estaba desarrollando un yacimiento de petróleo cerca de la ciudad iraquí de Mosul antes de que invadiera la zona en junio pasado.
La producción de petróleo bajo control del EI en Siria se concentra en los yacimientos de Conoco y al Taim, al oeste y noroeste de Deir Ezzor, mientras que en Iraq el grupo se sirve de los campos de al Najma y al Qayara, cerca de Mosul. Tanto en Iraq como en Siria el grupo se sirve de otros yacimientos más pequeños para satisfacer las necesidades energéticas locales.
Según cálculos basados en el número de tanques petroleros que salen de Iraq y en las fuentes consultadas por Al Araby en la ciudad turca de Sirnak, en la frontera con Iraq por la que transita el contrabando de petróleo, el EI produce unos 30 mil barriles diarios en los campos petroleros iraquíes y sirios bajo su control.
La travesía de la exportación
Al Araby ha obtenido la información que acredita cómo el EI hace contrabando de petróleo de un coronel de los servicios de inteligencia iraquíes cuyo anonimato se preserva por razones de seguridad. La información ha sido verificada asimismo por responsables de la seguridad kurda, por trabajadores del paso fronterizo de Ibrahim Jalil (entre Turquía y el Kurdistán iraquí) y por un responsable de una de las tres compañías petroleras que hacen contrabando con el petróleo del EI.
El coronel iraquí, que trabaja junto a investigadores estadounidenses para detener los flujos de financiación del terrorismo, describe a Al-Araby las etapas que atraviesa el petróleo de contrabando desde los puntos de su extracción en los campos petroleros iraquíes hasta sus destinos, entre los que destaca el puerto de Ashdod, en Israel.
“Una vez extraído y cargado el petróleo, los tanques salen de la provincia de Nínive hacia el norte, a la ciudad de Zajo, a 88 Km al norte de Mosul”. Zajo es una ciudad ubicada en el Kurdistán iraquí, justo en la frontera con Turquía. “Cuando los camiones llegan a Zajo con el petróleo –normalmente entre 70 y 100 a la vez– se encuentran con las mafias del contrabando de petróleo integradas por kurdos sirios e iraquíes y algunos turcos e iraníes. La persona a cargo de la expedición petrolera vende el crudo al mejor postor”. La competencia entre bandas organizadas ha llegado a tal punto que el asesinato de los líderes de las mafias se ha convertido en habitual. El mejor postor paga entre el 10% y el 25% del valor del petróleo en efectivo –en dólares estadounidenses– y el resto se paga después, según el coronel.
Los conductores entregan los vehículos a otros conductores que portan permisos y papeles para cruzar la frontera de Turquía con la carga, según el oficial de inteligencia iraquí. Los conductores que vienen de los campos se llevan los camiones vacíos de vuelta a las zonas controladas por el EI. Según el coronel, estas transacciones se llevan a cabo por lo general en diferentes enclaves a las afueras de Zajo tras haberse acordado el lugar por teléfono.
Antes de cruzar la frontera, las mafias transfieren el crudo a refinerías caseras de propiedad privada donde se calienta el petróleo y se vuelve a cargar en camiones para transportarlo a través del paso fronterizo de Ibrahim Jalil, en Turquía. El refinado casero, según el coronel, se lleva a cabo porque las autoridades turcas no permiten que cruce petróleo sin refinar si no está autorizado por el gobierno iraquí. Con ese refinado inicial se obtienen los documentos que hacen pasar al petróleo crudo por productos derivados del petróleo, cuyo paso por la frontera sí está autorizado. Según el oficial de inteligencia, los funcionarios de fronteras reciben grandes sobornos de las bandas de contrabando iraquíes locales y de las refinerías privadas.
Una vez en Turquía, los camiones continúan hasta la ciudad de Silopi, donde se entrega el petróleo a una persona que se hace llamar Dr. Farid, Hajji Farid o tío Farid.
El tío Farid es un individuo con doble nacionalidad israelí y griega, de unos cincuenta años, al que suelen acompañan dos guardaespaldas en un Jeep Cherokee negro. Debido al riesgo que implica fotografiar al tío Farid, Al Araby publica un dibujo de su rostro.
Una vez introducido en Turquía, el petróleo del EI es indistinguible del que vende el Gobierno Regional de Kurdistán porque ambos se venden como “ilegal”, “fuente desconocida” o “sin licencia». De manera que, de acuerdo con el coronel, las empresas que compran petróleo al Gobierno Regional del Kurdistán también compran petróleo de contrabando del EI.
La ruta a Israel
Después de pagar a conductores, intermediarios y sobornos, el beneficio del EI alcanza entre 15 y 18 dólares por barril. Actualmente el grupo obtiene un promedio de 19 millones de dólares al mes, de acuerdo con el oficial de inteligencia.
El tío Farid tiene una empresa de importación y exportación con licencia que utiliza para negociar acuerdos entre las mafias del contrabando que compran el petróleo al EI y las tres compañías petroleras que exportan petróleo a Israel. Al Araby ha obtenido los nombres de estas compañías y los detalles de sus operaciones ilegales.
Una de estas empresas tiene entre sus socios a un responsable occidental de muy alto perfil. Las empresas compiten para comprar el petróleo de contrabando y transportarlo después a Israel a través de los puertos turcos de Mersin, Dortyol y Ceyhan, según informa el coronel.
Al Araby ha descubierto que hay varios agentes más que trabajan en el mismo negocio que el tío Farid aunque él sigue siendo el más influyente y eficaz cuando se trata de comercializar el petróleo de contrabando.
Un artículo escrito por los ingenieros marinos George Kioukstsolou y Dr Alec D Coutroubis, de la Universidad de Greenwich, describe el recorrido del comercio de petróleo a través del puerto de Ceyhan y establece una correlación entre los éxitos militares de EI y los picos en las salidas de petróleo del puerto.
En agosto, Financial Times informaba de que Israel obtenía hasta el 75% de sus suministros de petróleo desde el Kurdistán iraquí. Más de un tercio de esas exportaciones pasan por el puerto de Ceyhan. El profesor Kioukstsolou señala que esto sugiere que la corrupción prolifera entre los intermediarios y en los escalafones inferiores de la jerarquía del comercio más que en el abuso institucionalizado por parte de las empresas multinacionales o de los gobiernos.
Según un responsable oficial europeo ante una compañía petrolera internacional, en conversación directa con Al Araby en una capital del Golfo, Israel refina el petróleo solo “una o dos veces” porque no dispone de refinerías avanzadas, y exporta el petróleo a países mediterráneos –donde el crudo “obtiene la categoría de semi-legítimo”– a un precio de entre 30 y 35 dólares por barril.
“El petróleo se vende en un día o dos a una serie de empresas privadas, aunque la mayor parte va a una refinería italiana propiedad de uno de los mayores accionistas en un club de fútbol italiano, donde se refina el petróleo para consumo local”, añade el responsable de petróleo europeo.
“Israel se ha convertido de una manera u otra en el revendedor principal del petróleo que controla el EI. Sin los israelíes, la mayor parte del petróleo producido por esta organización se movería solo por Iraq, Siria y Turquía. Ni siquiera las tres empresas aludidas anteriormente recibirían petróleo si no tuvieran un comprador en Israel”, sostiene el responsables de industria.
Según él, la mayoría de los países evitan negociar con este tipo de petróleo de contrabando a pesar de que es más barato debido a las implicaciones legales que acarrea y a la guerra contra el grupo del Estado Islámico.
Entrega y pago
Al Araby ha descubierto que EI utiliza diferentes canales para recibir los pagos por el petróleo de contrabando, al igual que hacen otras redes criminales internacionales.
Primero, el EI recibe un pago en efectivo de entre el 10% y 25% del valor del crudo vendido a las bandas criminales que operan en torno a la frontera turca.
Después, los pagos de las empresas que comercializan el petróleo se depositan en una cuenta de un banco privado turco a nombre de un individuo anónimo iraquí, a través de alguien como el tío Farid, y luego el dinero se transfiere a Mosul y Raqa ya lavado a través de una serie de empresas de cambio de divisas.
Por último, algunos pagos del petróleo se utilizan para comprar coches que se exportan a Iraq donde matones de EI los venden en Bagdad y en las ciudades del sur. Todos esos fondos se transfieren internamente al tesoro del EI.
EI responde
Horas antes de que concluyera esta investigación, Al Araby pudo hablar por Skype con alguien próximo al EI en la auto-declarada capital del “califato”, Raqqa, en Siria.
“La verdad es que la organización [EI] vende petróleo desde los territorios del califato aunque no pretende venderlo a Israel ni a cualquier otro país. Lo produce y lo vende a intermediarios; luego son las compañías las que deciden a dónde va ese petróleo”.
Fuente: La Haine
http://www.lahaine.org/el-petroleo-del-estado-islamico