Numerosos han sido los artículos que han aparecido en los medios independientes desde el nacimiento del Estado Islámico, también llamado Daesh o ISIS, para señalar el ambivalente papel que han jugado los países occidentales pero también los actores regionales, en el surgimiento y el potente crecimiento de ese movimiento armado fundamentalista. Si finalmente los EEUU se decidieron a intervenir en agosto de 2014 para detener la avanzada yihadista sobre la capital iraquí de Bagdad, su compromiso se ha limitado hasta ahora a bombardeos aéreos y a la conformación de una coalición internacional destinada a legitimar su iniciativa.
Entre la cuarentena de países que se han comprometido junto a Washington, solo Francia, el Reino Unido, Jordania e Israel han llevado a cabo operativos aéreos y no está previsto enviar tropas al terreno. Los demás países europeos como Alemania, Italia, Polonia y Dinamarca solo se han comprometido a enviar material militar liviano al estado iraquí y a los combatientes kurdos. Los demás países oficialmente comprometidos con esta coalición se han limitado a una declaración humanitaria tal el caso de los países árabes como Kwait, Arabia Saudita y hasta Turquía.
La reticencia de los EEUU y sus aliados a comprometerse en acciones militares concretas contra el Estado Islámico se explica en gran parte por el hecho de que los yihadistas enfrentados hoy en día por la coalición internacional son los mismos que fueron armados, apoyados y financiados cuando se hallaban en territorio sirio con el objetivo de derrocar al gobierno de Bachar Al-Assad.
Aún hoy cuando los EEUU y sus aliados realizan operativos aéreos para detener el avance de los yihhadistas en Irak, la ambivalencia del bloque americano–occidental con relación a ellos se traduce en el terreno en abiertas acciones de apoyo, especialmente en el territorio sirio, pero también en Irak. Esos mismos grupos fundamentalistas que pretende combatir la coalición siguen siendo aliados de los objetivos operativos de la coalición conducida por los EEUU y su proyecto de remodelación geopolítica de la región.
El plan de remodelación de Medio Oriente
La iniciativa de conformar el “gran medio oriente” fue develada por Georges W. Bush en 2003, poco antes de la invasión a Irak. Ese plan concebido inicialmente por los israelíes y conocido como “Una estrategia para Israel en la década de 1980” en ocasión de su primera publicación en 1982 en la revista Organización sionista mundial Kivunim, preveía la remodelación de los estados árabes a partir de un enfoque étnico-religioso que garantizara la seguridad y la permanencia del estado y judío y solucionada el problema planteado por la presencia palestina.
Este plan preveía especialmente la partición de Siria en tres estados, druso, alahuita y sunita, la de Irak en sunita, kurdo y chihita pero también incluía a Jordania, parte de cuyo territorio estaría reservado a los palestinos. Este plan fue retomado por los círculos neoconservadores de los EEUU y dio nacimiento al proyecto del “gran medio oriente” de Georges Bush.
Se trataba de la balcanización de los estados existentes y su ventaja residía en crear estados débiles bajo el protectorado de la híper potencia usamericana y por lo tanto fácilmente controlables según el modelo de Kwait y Qatar. En el 2006 la revista militar usamericana Armed Forces Journal publicó un mapa de esos recortes.
En dicho mapa se destaca que los territorios conquistados por el Estado Islámico en Irak coinciden con el proyecto usamericano de crear un estado sunita en el norte del país. La entrada en la guerra de los EEUU y el comienzo de los bombardeos aéreos coincide igualmente con el avance de los yihadistas sobre Bagdad y responde al riesgo de caída de la capital iraquí y una escisión en el estado islámico al sur del país.
Es fácil comprender entonces que la estrategia usamericana de bombardeos no se dirige en absoluta a destruir el Estado Islámico sino únicamente a contenerlo en las fronteras que le han sido asignadas en la remodelación proyectada por los neoconservadores para el medio oriente.
La lucha oficial contra la “amenaza terrorista” y la barbarie enmascara en realidad la necesidad de controlar y de enmarcar la expansión del territorio iraquí. Del lado sirio, el Estado Islámico sirve a los intereses estratégicos de los EEUU y de sus aliados en el proyecto de remodelación de Siria y los obliga así a jugar así un doble y esquizofrénico juego.
El doble juego de EEUU e Israel
Muchas fuentes han señalado la aparición de armas usamericanas caídas “accidentalmente” en las manos de los combatientes del Estado Islámico. Tal fue el caso de octubre en Kobani, Siria y en Jaloula en Irak, como indica el diputado iraquí Sattar Ghanam. Tres convoyes con armas fueron abandonados a los combatientes islámicos asediados por un avión militar de la coalición.
En Kobani en donde los combatientes de daesh enfrentaban a las milicias kurdas a principios de octubre, los aviones de los EEUU dejaron caer “por error” según lo dicho por el Pentágono, un cargamento de armas, de medicamentos y de víveres conteniendo gran cantidad de cohetes RPG.
El 28 de diciembre una comisión del parlamento iraquí emitió una declaración acusando a los EEUU de apoyar al Estado Islámico. Los parlamentarios acusaban al ejército usamericano de proporcionarles armas a los yihadistas. Cuando los citó la agencia rusa RIA Novosti afirmaron:
“No es la primera vez que la aviación usamericana arroja armas y provisiones a los miembros del Estado islámico: sucedió en Tal Afar, luego en Sinjar y ahora en la ciudad de Balad. Y las justificaciones de los EEUU, afirman que han sido errores y que no se volverán a equivocar” declaró el diputado Awad Al-Awadi.
El alcalde de la ciudad de Balad declaró también que un helicóptero apache de los EEUU, había arrojado armas a los terroristas que se hallaban rodeados en la aldea de Al-Khudair
En el lado Siria, los EEUU continúan proveyendo de armas a los llamados rebeldes “moderados” Sin embargo es muy frecuente encontrarlas en manos de los grupos yihadistas fanáticos como el frente Al-Nusra, la rama siria de Al Qaeda.
Según el periódico en línea New Eastern Outlook el último episodio registrado se relaciona con los misiles antitanques TOW que habían sido provistos, en mayo, a las facciones rebeldes sirias controladas por la CIA Harakat Hazm.
Sin embargo un video mostrado por Al-Nusra muestra el uso de dichas armas en ataques a bases militares sirias. Los dos grupos se han fusionado y combaten juntos al ejército sirio en la región de Alep. La hipótesis de que el frente Al-Nusra hubiera “tomado por la fuerza” los misiles no parece ser creíble, desde el momento que el video muestra usándolos a un miliciano que estuvo adiestrado en su manejo…
Hay que agregar que a esta ayuda militar directa se suma la campaña de bombardeos aéreos que bajo la cobertura de estar luchando oficialmente contra las fuentes financieras del Estado Islámico se ha centrado especialmente en la infraestructura petrolera siria como los oleoductos y las refinerías. Que no han sido utilizadas por los yihadistas, como informaba el periodista Maram Susli que utilizan camiones para llevar el petróleo a Turquía adonde lo venden en el mercado negro.
Esos bombardeos tienen en realidad como objetivo destruir la infraestructura energética siria, con el objeto de debilitar la economía y el régimen sirio pero también eliminar la competencia regional de la provisión árabe saudita y de Qatar.
Israel persigue el mismo doble juego de su aliado histórico, en principio para formar y apoyar a los yihadistas sobre territorio sirio. De modo que los observadores de la ONU en la meseta del Golán, en la frontera Siria han dado testimonio de la asistencia que les proporcionaba el Estado hebreo a los combatientes yihadistas del frente Jabhat al Nusra, socio de Al Qaeda, según un informe enviado a la ONU.
Ese mismo informe describe los contactos directos y el envío de material por parte del ejército israelí. Según otras fuentes citadas por Al Manar, las fuerzas israelíes habrían ubicado en marzo de 2013 un hospital improvisado para atender a los rebeldes y a los transferidos de otros hospitales del norte de Tel Aviv.
La aviación israelí acosa también a blancos militares sirios con el respaldo de la coalición internacional y su lucha contra el estado islámico. Según la televisión siria ha atacado desde diciembre la zona del aeropuerto de Damasco y el aeródromo de la ciudad de Dima, adonde no habían sido identificadas fuerzas yihadistas.
Según la radio internacional iraní IRIB, la aviación israelí había atacado también los sistemas anti misiles sirios S300 cerca del aeropuerto de Damasco. El régimen sirio ha lógicamente declarado que “Tel Aviv y sus aliados occidentales ayudan a los grupos de milicianos de Al Qaeda que operan en el interior de Siria”
Finalmente, según el sitio israelí Debkafile, el estado hebreo continúa apoyando y formando grupos yihadistas. En un artículo del 17 de diciembre, el sitio afirma que las milicias rebeldes sirias y las brigadas al Yarmouk Shuhada formadas y entrenadas por oficiales de los EEUU y expertos de la CIA en Jordania y apoyadas por el ejército israelí ha abandonado a sus respaldos y se ha unido al Estado Islámico en Irak y en Siria.
Se trataba de una fuerza de unos 2 mil hombres que operaban a lo largo de la frontera sirio-israelí y controlaban también parte de la frontera jordana. Según Debkafile:
“La incorporación de las brigadas al campo yihadista radical había sido negociado durante las dos semanas precedentes por su comandante Mousab Ali Qarfan, también conocido bajo el nombre Mousab Zaytouneh, quién estaba en contacto directo con el jefe del ISIS Abu Baqr que según nuestras fuentes ha reubicado recientemente su cuartel general en Al-Raqqa al norte de Siria”.
De modo que uno puede preguntarse como una defección de semejante tamaño puede producirse en forma “inesperada” o si en realidad no constituye más que una precaución operativa que permite enmascarar el apoyo táctico y operativo al ISIS…”
El papel de Turquía
En el mes de noviembre un diputado turco del Partido Republicano del Pueblo revelaba que un buque de carga con armas estadounidenses destinadas a los combatientes del Estado Islámico había atracado en el puerto de Iskanderun en Turquía.
Turquía sirve de base posterior y de puerta de entrada a los combatientes extranjeros como quedó demostrado a través de una encuesta de la cadena de televisión M6 titulada “Jóvenes, franceses y yihadistas, los nuevos reclutas del Estado Islámico” difundido en noviembre y que se refería a los sitios franceses de reclutamiento hasta la frontera turco-siria.
Según el diario suizo Le Temps, las autoridades turcas habrían dejado pasar alrededor de 10 mil yihadistas hacia Siria e Irak, también habrían puesto a disposición de los combatientes un campo de entrenamiento y los hospitales turcos para recuperar a los heridos. En oportunidad de la batalla, de octubre, por el control de la ciudad fronteriza kurda de Kobani las autoridades de Ankara rechazaron seguir aportando su apoyo logístico a los peshmeres kurdos, autorizando la creación en su territorio de un corredor destinado a trasladar armas y combatientes relanzando la ofensiva contra las bases militares del PKK en su territorio.
En su blog Quai d’Orient y sobre la base de una fuente diplomática el periodista Christian Chesnot manifiesta:
“Los elementos del Estado islámico se recuperan en los hospitales turcos. Los yihadistas cruzan la frontera para descansar y mantener reuniones en territorio turco aunque los servicios de control turcos están completamente al tanto”
Estas informaciones han sido confirmadas por el periodista del Washington Times, Daniel Pipes, basándose en diferentes medios turcos:
“Los kurdos, expertos universitarios y la oposición kurda acuerdan en reconocer que sirios, turcos (estimados en unos 3 mil) y otros combatientes extranjeros (especialmente saudíes pero también una importante cantidad de occidentales) han atravesado a su gusto la frontera turco-siria, para unirse a menudo al EIIL. Es lo que el periodista turco Kadri Grusel llama la “autopista yihadista de dos sentidos” no es estorbada por controles fronterizos contando a veces con la ayuda activa de los servicios de información turcos”
Una foto publicada en el diario turco Hurriet Daily News del 13 de junio de 2014, muestra a un comandante del EI, Abu Muhammad, siendo curado en el hospital estatal de Hatay. Según Daniel Pipes, los turcos has aportado asimismo apoyo logístico, armas y entrenado a los combatientes del EI.
Los yihadistas habrían sido entrenados por militares en servicio. Un opositor político estima que la financiación podría llegar a los 800 millones de dólares. No es por lo tanto sorprendente que los bastiones del EIIL en siria se hallen a lo largo de la frontera turca.
En junio de 2014, la AFP despachaba informes aparecidos en la prensa turca y que revelaba la existencia de una circular del ministro del Interior Muanmer Güler recomendando ofrecer hospedaje y asistencia a los combatientes del frente Al-Nusra.
Pero ha sido necesario esperar al 2 de octubre para que Turquía sobre la constante presión de Washington, autorice el uso oficial de las bases militares de la coalición internacional con fines “humanitarios”. Ha rechazado sin embargo todo compromiso directo en el conflicto poniendo como condición el establecimiento de una zona “tampón” a lo largo de su frontera con Siria y una zona de exclusión aérea como también el entrenamiento y la provisión de armas a los llamados rebeldes “moderados”.
Cuando se sabe que la mayor parte de esos mismos rebeldes “moderados” precedentemente formados y armados por el bloque usamericano-occidental se han incorporado masivamente a las filas del Estado Islámico resulta evidente que Turquía no desea en absoluto enfrentar una lucha contra los yihadistas a los que continua apoyando ampliamente con el objeto de derrocar al gobierno de Bachar Al-Assad y de despedazar a Siria en su propio provecho.
En este sentido persigue fines geoestratégicos propios a semejanza de EEUU e Israel que se han embarcado en una lucha ficticia contra los yihadistas fundamentalistas que continúan sin embargo apoyando con el objeto de llegar de manera indirecta a la remodelación del Medio Oriente.
En vista de estos elementos de prueba de este doble juego demostrado aquí y de libre acceso en la prensa regional e internacional, resulta legítimo preguntarse cuales el papel jugado por los países miembros de la coalición internacional en este juego de engaños y cuales son sus intereses geoestratégicos especialmente en lo concerniente a Francia que, en tanto antigua potencia colonial, fue tradicionalmente aliada de Siria hasta el cambio de su política extranjera, encabezada por Sarkozy y su alineamiento con los EEUU.
Fuente: Les Moutons Enragés
¿Qué es el Estado Islámico y a Quién le Interesa su Existencia?
Estado Islámico (en árabe, al-Dawla al-Isl?m?ya; EI o IS), más conocido en su área de operación bajo el acrónimo árabe DAESH— es un grupo insurgente de naturaleza islamista suní, autoproclamado califato, asentado en un amplio territorio de Irak y Siria controlado por radicales fieles a Abu Bakr al-Baghdadi, autoproclamado califa de todos los musulmanes. Aunque técnicamente el grupo se organiza como un Estado no reconocido, controla de facto varias ciudades como Mosul, Faluya o Raqqa, siendo esta última considerada su capital.
Originalmente conocido como Yama’at al-Tawhid wal-Yihad, surgió como una organización terrorista próxima a Al Qaeda para hacer frente a la Invasión de Irak de 2003, siendo dirigida por Abu Musab al Zarqaui. Tras su muerte, el nuevo líder, Rashid al-Baghdadi, bajo la tutela de Osama bin Laden, se expandió por las gobernaciones de Ambar, Nínive, Kirkuk y en gran parte de Saladino, así como en menor medida Babilonia, Diala y Bagdad. Durante este tiempo se proclamó como Estado Islámico de Irak, y su cuartel general se encontraba en la ciudad de Baquba.
El Estado Islámico de Irak fue responsable de la muerte de miles de civiles iraquíes, así como de miembros del gobierno iraquí y sus aliados internacionales. El grupo sufrió varios reveses, incluida la muerte de Rashid al Baghdadi, pero la organización se renovó durante la Guerra Civil Siria, pasando a ser conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante.
El siguiente y actual líder, Bakr al-Baghdadi, cortó los lazos con Al Qaeda y declaró, en 2014, la independencia de su grupo y su soberanía sobre Irak y Siria, autoproclamándose «Califa Ibrahim del Estado Islámico».
La organización se caracteriza por su severa interpretación del Islam y su violencia brutal contra los chiitas, al ser sus miembros de fe suní. Su objetivo declarado es expandirse por Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Kuwait, Turquía y Chipre.
El 17 de octubre de 2004 el grupo se unió oficialmente a Al Qaeda, entonces bajo la tutela de Osama Bin Laden. En enero de 2006, Al Qaeda creó una organización paraguas, el Consejo de la Shura de los Muyahidines, para intentar unificar a todos los insurgentes suníes de Irak.
Sin embargo, sus tácticas violentas y su fundamentalismo extremo hicieron que el plan fracasara. A pesar de ello la organización creció y congregó a miles de combatientes, lo que le permitió llevar a cabo decenas de atentados terroristas, llegando incluso a atacar al Parlamento.
Al-Qaeda en Irak logró sobrevivir recaudando dinero a través de actividades como secuestros, robos de coches y asaltos a camiones cargados de petróleo. Además, desde 2007 empezó a demandar impuestos a los no musulmanes (yizia) y matando a miembros de las familias ricas que no pagaban.
Bajo el liderazgo de Abu Bakr al-Baghdadi, cabecilla de la organización desde 2010, el grupo supo aprovechar la coyuntura de la Guerra Civil Siria y expandirse por gran parte del territorio del país, y declarándose finalmente en abril de 2013 como Estado Islámico de Irak y el Levante (en alusión al levante mediterráneo).
En su lucha por el control territorial se enfrentó a las fuerzas gubernamentales leales a Bashar al-Assad, así como a los rebeldes: a los seculares del Ejército Libre de Siria y del Frente de los Revolucionarios, a los nacionalistas kurdos y a otras fuerzas islamistas como el Frente Islámico o el Frente Al-Nusra.
Ante esta situación, Al Qaeda decidió desentenderse por completo de la red y declaró, en un comunicado, que no les daban órdenes ni les asesoraban.
En los territorios bajo su control instituyó la ley Sharia. Amnistía Internacional informó de «torturas y ejecuciones sumarias» que ocurrieron en «centros de detención secretos del ISIS».
El ISIS detuvo a sirios por crímenes como fumar cigarrillos, zina (sexo fuera del matrimonio), y también por enfrentarse a la forma de gobernar del ISIS o por pertenecer a un grupo armado rival. También detuvieron a docenas de periodistas extranjeros y trabajadores humanitarios.
Para diciembre de 2013 el grupo controlaba los cuatro pueblos fronterizos de Atmeh, al-Bab, Azaz y Yarablus, permitiendo controlar la entrada y salida entre Siria y Turquía.
En junio de 2014, lanzaron una ofensiva en el norte de Irak junto con militantes suníes leales al antiguo gobierno baazista secular de Sadam Husein y tribus antigubernamentales. Los combatientes empezaron atacando Samarra el 5 de junio, y tomaron el control de Mosul la noche del 9 de junio y de Tikrit el 11 de junio. A finales de junio, Irak había perdido el control de toda su frontera occidental con Jordania y Siria.
El 29 de junio de 2014, con motivo del comienzo del mes del Ramadán, el portavoz del EIIL, Abu Mohamed al-Adnani, declaró la intención del grupo de crear un califato que se extendiera por todo el mundo musulmán, al tiempo que nombraba a Abu Bakr al-Baghdadi su máxima autoridad, autoproclamado «Ibrahim, imán y califa de todos los musulmanes».
Con miles de armas capturadas y recursos naturales en su dominio, el grupo controla gran parte del norte de Siria y de la Gobernación petrolera de Deir el-Zour, cuya capital de provincia se encuentra dividida en una zona bajo su influencia y en otra en control del Ejército Sirio, sin que se hayan notificado combates.
En los territorios que domina la organización impone su interpretación extremista de la Sharía, llevando a cabo ejecuciones públicas y destruyendo templos y mezquitas, entre ellos la tumba del profeta Jonás.
El Estado Islámico tiene influencia en los sectores estratégicos de la geopolítica y el petróleo, poniendo jaque el equilibrio en el Medio Oriente y compitiendo con Al Qaeda por la supremacía en los grupos yihadistas.
Si usted conoce algo de la situación internacional y quienes dominan por la fuerza la política y economía del mundo, podrá concluir quienes son los beneficiados de la existencia y la política sectaria y terrorista que ejerce el “Estado islámico”.
Fuente: Voz Siglo 21