Uno de los temas más sensibles para la iglesia católica es la familia y dentro de el, todo lo referente a la reproducción: concepción, control de la natalidad, aborto, educación de los hijos. Por eso han llamado la atención las expresiones del papa con respecto a un descontrol de la natalidad.
Dialogando con los periodistas que lo acompañaron en su gira por Sri Lanka y Filipinas demostró su pesar por la pobreza que observo y, sobre todo, por el efecto que ésta tiene en los niños. Utilizando el lenguaje directo que lo caracteriza, el papa Francisco dijo
“Algunos creen, perdonad la expresión, que para ser bueno y católico tenemos que ser como conejos”. Y a continuación explicó que los técnicos aconsejan que la media “sea tres por familia” para mantener la población. Apeló, asimismo, a la paternidad responsable y se mostró conmovido por el estado de pobreza que pudo observar.
Ahondando sobre una de las causas de la pobreza, el Santo Padre se refirió a la corrupción, calificándola como “terrorismo de estado”. La corrupción, dijo, provoca que una cantidad creciente de personas estén en situación de desamparo —muchos de ellos niños— y de pobreza absoluta: “La corrupción, que está a la orden del día, es quitar al pueblo. La persona corrupta que hace negocios corruptos o que gobierna de forma corrupta roba al pobre. Las víctimas son los pobres”.