En un giro rocambolesco, muy propio del tono comedia de este gobierno de opereta, resulta que dos ministros, entre ellos el ministro de Hacienda, que recitan el mantra del acabo de mundo si se aprueba el cuarto retiro, retiraron sus respectivos 10 por ciento de sus cuentas individuales, cuando tuvieron oportunidad.
Orondo y ufano, el ministro de Hacienda, el ministro de Hacienda, Rodrigo Cerda, en rueda de prensa el 18 de septiembre en La Moneda, dijo al ser consultado sobre la discusión acerca del cuarto retiro de los fondos previsionales y la Ley Corta de reforma de pensiones.
“Lo primero, con respecto al cuarto retiro, nosotros seguimos conversando con nuestros parlamentarios y con los de oposición en la Cámara de Diputados y esperamos que ese proyecto efectivamente no avance en ese trámite. Pero seguimos conversando, nosotros sabemos y hemos puesto sobre la mesa todos los impactos que puede tener este proyecto lamentablemente en términos macroeconómicos y por eso creemos que es el momento, también, de cuidar un poco todo lo que corresponde a materias de inflación y de sobrecalentamiento”.
Como es apenas natural, al ser consultado por las consecuencias económicas del cuarto retiro, afirmó que “hay grandes diferencias con los retiros anteriores”, lo que que a su juicio hace innecesaria la medida:
“Primero que nada porque en este momento tenemos las ayudas del Estado completamente desplegadas, llegando a casi 16.500 millones de personas y hasta diciembre en términos de pago; eso es algo que no estaba antes. Segundo, nuestra economía está empezando a ponerse de pie y eso significa que también estamos empezando a tener mayores presiones por el lado del consumo y eso efectivamente puede tener impacto en términos de inflación y ya hemos visto con el Banco Central que están subiendo las tasas de interés. Todas esas son cosas que van a afectar a los chilenos hacia adelante. Esto puede generar aumento de tasas de interés adicionales, mayor inflación y eso es algo que afecta a los más vulnerables”.
O sea, el ministro estaba informando que, una vez más, el modelo neoliberal aplica el ajuste por el lado de los ingresos de los chilenos para salvar la estabilidad del sistema financiero, en nombre, como de costumbre, del sufrimiento de los más vulnerables.
El dantesco círculo vicioso al que condena el modelo neoliberal a la mayoría de los chilenos.
Sin embargo, es evidente que las sombrías perspectivas para la economía de los retiros del fondo de pensiones, el ahora ministro no las tuvo en cuenta para pedir su correspondiente retiro del 10%, en la primera vez en que la ley lo permitió, ocasión en que el monto mínimo de retiro fue de 35 UF, cerca de un millón de pesos, y el máximo de 150 UF, más de cuatro millones de pesos, mientras se desempeñaba como director de Codelco.
Con increíble desparpajo, candidez, o intrepidez de rostro, espetó:
«En el primer retiro yo no estaba en el Gobierno, así que en ese momento lo pude hacer».
Asombroso. Lo que hoy quema entonces lo adoró.
Fundamentó así su peculiar teoría de los retiros de los fondos de pensiones:
“En ese momento uno pensaba que esto era una política totalmente transitoria, pero después cuando uno se da cuenta que empiezan a ocurrir más cosas, uno se preocupa de sus propios fondos de pensiones”.
Notable.
Sin embargo todavía le faltaba concluir su ascenso a las dudosas alturas del lugar común:
«Lo que necesitamos en este momento es mejorar las pensiones de los chilenos»
¿Cómo se habrá dado cuenta?
Y concluyó:
«Hacer retiros en ese momento lo que significa es que usted pueda tener una caída muy importante. Las personas que hayan hecho tres, cuatro retiros, estamos hablando de caídas de 40% de sus pensiones».
Portentosa capacidad de anticipación a los hechos y su modelamiento matemático.
El problema es que a estas alturas, la interminable comedia de equivocaciones del peor gobierno de la historia, hace que las payasadas para explicar los pastelazos se tornen en nuevos episodios de la propia comedia.
Una contribución más o menos parecida, en cuanto a la inagotable productividad de chambonadas entregó la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, quién sacó dinero su diez por ciento siendo integrante del gabinete.
Dijo que recurrió al retiro «porque lo necesitaba, por una urgencia», por lo que concedió:
«Puedo entender que la gente lo pueda requerir por una urgencia».
Sin embargo, ese fugaz instante de humanidad, fue opacado de inmediato por la irreductibilidad del dogma neoliberal.
Primero, el acostumbrado acto de contrición del confeso:
«Hice solo un retiro y no van a ser más».
Lo justificó en que había urgencia, a diferencia de hoy «en que está el IFE y todas las medidas tomadas», lo que le permite afirmar, sin que se le mueva un músculo del rostro, que «el llamado es a cuidar los ahorros».
Y concluyó con el mantra comunicacional que han repetido todos los ministros y altos funcionarios de gobierno, parlamentarios del partido del orden, expertos de diversos pelajes y los medios de comunicación del sistema:
«El cuarto retiro producirá una inflación que terminará comiéndose la plata de quien más lo necesita».
En otras palabras, la inveterada costumbre de la derecha, de beneficiarse de lo que censura a los demás y de amenazar con el apocalipsis recargado, cada vez que ventean peligro para sus intereses. El padre Gatica redivivo. Todos los retiros son malos, pero hay retiros menos malos que otros.
La tramitación del cuarto retiro se reanudará en la sesión de la comisión de Hacienda, el próximo lunes 27, cuando se complete la votación de indicaciones, y eventualmente pase a la votación de sala, el martes 28.
Sorprendentemente, el proyecto cuenta con el mandato presidencial de “discusión inmediata”, en la creencia que están los votos para impedir el cuarto retiro, y de que Sichel puede disciplinar a la derecha.
Breve pausa para comerciales y ya volvemos.
