Colocados en el trance de su caída, Julio Ponce Lerou y Jovino Novoa hicieron lo mismo que su antiguo jefe, en la suya: negar y mentir hasta el extremo de la patología, incluso cuando la evidencia es irrevocable. Célebre es aquel interrogatorio del Juez Juan Guzmán, cuando Pinochet se refugió en la amnesia: «No me acuerdo, y si es verdad, no lo recuerdo». Fiel a su enseñanza, Ponce Lerou acudió al expediente de escudarse en sus subordinados, en este caso, el ex Gerente General, Patricio Contesse. Y a Novoa, ni la declaración de su ex secretaria así como la de su ex jefa de prensa, respecto a la utilización de boletas ideológicamente falsas, lograron moverlo un sólo milímetro de su terca negativa a reconocer cualquier responsabilidad, lo que fue calificado por el Presidente de la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados, Fidel Espinoza, como «la doctrina de un cobarde».
Mentir, mentir, que algo queda
En su declaración del 23 de marzo en la Fiscalía, que se prolongó por poco menos de tres horas, Ponce dijo no saber nada e insistió repetidamente que quien debía responder lo que preguntaban los fiscales era una sola persona: Patricio Contesse González, gerente general de SQM entre marzo de 1990 y el 16 de marzo de 2015.
Consultado sobre si sabía del financiamiento de campañas políticos, no se salió de su estrategia de acotar la responsabilidad en el Gerente General:
“El directorio de la compañía decide efectuar aportes de campañas políticas mediante la ley de aportes reservados. El directorio decide, la cifra exacta no la manejo, pero debiera ser más de un millón y menos de 10 millones de dólares. El directorio decide el monto, pero no decide a quién, y el que decide con plena libertad para decidir a qué candidato se aporta es el gerente general Patricio Contesse González”.
“Yo voy a casi todos los directorios. Esto debiera haber ocurrido en los años 2009 y 2013 de la misma manera. No recuerdo el detalle del directorio, pero así ocurrió. No existe un estatuto para este asunto, sino que se delega en el gerente general. En el acta del directorio queda el monto del aporte que se hace, pero no se rinde por parte del gerente. También debemos haber participado en las campañas municipales. Particularmente, nunca un candidato o alguien de su entorno me ha pedido a mí un aporte para campañas política”, agregó.
A pesar de que construyó paso a paso la compañía, y que está en ella desde su privatización, en 1981, dijo desconocer al plantel ejecutivo:
“El tema de la contabilidad está a cargo de Finanzas, ignoro exactamente quién es el gerente de Contabilidad. Contralor ignoro quién es y si existe el cargo”.
Ponce comentó que se enteró por la prensa sobre los aportes a campañas y añadió: «yo nunca le pedí explicaciones a Patricio Contesse por este asunto”.
Luego, fue consultado por ocho casos específicos por parte de los fiscales. A todos ellos respondió que no conocía a los involucrados ni si habían prestado servicios a SQM.
El primero fue Roberto Guzmán Lyon, asesor desde hace dos décadas de Ponce, quien fue denunciado por el Servicio de Impuestos Internos por boletas emitidas por el contador Osvaldo Opazo y su esposa, Marisol Toro, quienes declararon que emitieron documentación a nombre de SQM a petición del abogado, por servicios prestados a él y no a la empresa.
“Roberto Guzmán Lyon es un amigo mío, no hay relación laboral y no tiene relación alguna con Soquimich”, declaró Ponce.
Igual respuesta dio al ser preguntado por una boleta de $ 7 millones a SQM en 2009 de Carolina de la Cerda, cuñada del ex subsecretario de Minería Pablo Wagner, hoy en prisión preventiva por el caso Penta:
“No conozco a la Sra. De la Cerda, tampoco a Pablo Wagner. Ubicaba de nombre a Ernesto Silva Bafalluy. Ningún conocimiento tengo que esto sería para efectuar aportes de la campaña de Joaquín Lavín Infante. No he tenido con ellos ningún contacto”.
El tercer caso involucra a las sociedades Reactor Spa y Asesorías Cristina Zúñiga, quienes facturaron para SQM para obtener, supuestamente, financiamiento para el UDI Pablo Zalaquett.
Sobre Reactor, Ponce dijo: “Si yo quisiera averiguar sobre la procedencia de estas facturas se lo preguntaría al gerente general Patricio Contesse, quien supongo lo vería con el vicepresidente de Finanzas”. Agregó Ponce: “Nunca Pablo Zalaquett me ha pedido financiamiento para su campaña senatorial del año 2013. No supe tampoco que le hubiera pedido a alguien de la empresa”.
Sobre las cinco facturas de Asesorías Cristina Zúñiga Paredes EIRL, Ponce dijo:
“No tengo ningún conocimiento de ellas. No conozco a Cristina Zúñiga ni a Alejandro Chaparro, ni a la empresa Pekado Capital. Tampoco conozco ni he interactuado con Carmen de Castro”.
La cuarta consulta alude a aportes al Instituto Libertad y Desarrollo y la Fundación Chile 21:
“No tengo ningún conocimiento de dichos aportes o facturas y son materias de competencia del gerente general”.
El presidente de SQM luego fue requerido por Marcelo Rozas López, ex embajador DC en la República Checa, denunciado por el SII el 24 de marzo por numerosas boletas falsas otorgadas por él, su esposa y su hijo.
“A Marcelo Rozas López lo conozco hace muchos años, porque era director de la revista Hoy. Me hice amigo de él, tengo permanentes conversaciones con él. El no trabaja para Soquimich, también conozco a su esposa, Michelle Reymond. Tampoco trabaja para Soquimich. Si le prestan servicios o no a Soquimich no lo sé”, fue su respuesta.
Luego vinieron dos políticos de la Nueva Mayoría. “Respecto de Roberto León Araya, no lo conozco, tampoco a su padre diputado, a quien sólo ubico como figura pública. Ignoro si prestó servicios para Soquimich”, dijo Ponce. En su última acción legal, Impuestos Internos incluyó 55 boletas del hijo del parlamentario DC por $ 123 millones en total.
Le siguieron preguntas sobre Mariela Molina Aguilera, ex asesora del senador PS por la I Región Fulvio Rossi. “Ignoro quién es. No conozco a Fulvio Rossi ni he tenido contacto con él o con alguien de su entorno para un eventual financiamiento de su campaña”, respondió Ponce.
La última consulta estuvo referida al ex vicepresidente de RN Claudio Eguiluz. “A la sociedad consultora KTZ no la conozco ni tampoco a Claudio Eguiluz Rodríguez”, dijo Ponce. Eguiluz figura en el expediente con 25 boletas por $ 112 millones.
El accionista de SQM declaró que no ha pesquisado información interna sobre todos estos casos. “Respecto de estos pagos, yo no he efectuado ninguna averiguación directa, sino que hemos derivado estos hechos al comité ad hoc que se creó para estos efectos y quien propondrá o hará sugerencias por estos hechos”, indicó.
Julio Ponce concluyó así su declaración: “Entiendo que Soquimich tiene un modelo de prevención de delitos para personas jurídicas, pero no sé más detalles. No he participado en ninguna actividad relativa a dicho modelo, como charlas o algo así que me acuerde. No sé quién es el encargado del modelo ni el encargado de prevención u oficial de cumplimiento”.
La recalcitrancia de Novoa
Se mantuvo firme a su postura: «no he hecho nada y no tengo relación con boletas falsas». Sin embargo, un largo listado de evidencia y testimonios dicen lo contrario. El diputado socialista, Fidel Espinoza ya lo tachó de cobarde.
La tónica estaba clara. Negar y quitar peso a la investigación. Cuando Jovino Novoa se presentó ante los fiscales del caso Penta-SQM, guardó silencio. A la salida del Ministerio Público, al encontrarse con la prensa, atribuyó su decisión a que ésta era una investigación «ideológicamente falsa» y que entregaría su testimonio sólo ante los jueces.
Poco sabía que con el avance de la investigación, sería la exjefa de prensa de la UDI, Lily Zúñiga, quien le quitaría el piso a su postura. Según se filtró a los medios, la periodista confesó que el uso de boletas falsas es la «maquinaria» con la que funciona el gremialismo, una habitual y de uso recurrente. Apuntó a Novoa como el hombre que aceitaba el mecanismo, el recaudador que gestó y administró por medio de terceros que el óxido se mantuviera al margen.
Declaraciones que no movieron un pelo de la cabeza de Jovino. Consultado sobre las revelaciones, el ex senador y coronel de la UDI mantuvo su postura y negó vínculos con las boletas falsas o cercanías con SQM:
«No tengo ninguna vinculación con las boletas emitidas a SQM por la ex jefa de prensa de la UDI. Es falso que yo, directa o indirectamente, le haya solicitado que las emitiera», dijo el ex senador de la UDI respecto de la declaración de Lily Zúñiga.
La doctrina de un cobarde
Negar hasta el final parece ser la ideología detrás del hombre fuerte del gremialismo. A pesar que en más de una declaración su nombre aparece grande escrito en rojo. Para el diputado y presidente de la comisión investigadora del caso Penta, Fidel Espinoza (PS), con esto «queda claro que Jovino Novoa era simplemente el recaudador de gran parte de los recursos que llegaban a la UDI no sólo para financiar sus campañas, sino que también para el funcionamiento de su partido. Mientras, el resto se autofinancia con los recursos de sus militantes, la UDI era financiada con el recurso de todos los chilenos, desde el junior hasta el arriendo de las sedes principales, incluido el funcionamiento de sus secretarias».
Lo anterior, para el parlamentario «da cuenta de la gravedad de lo que estamos conociendo. Estamos en presencia de hechos delictuales en que un partido político operó con financiamiento ilegal por largos años y no sabemos desde cuándo. No me extrañaría saber que era una práctica que viene desde que se recuperó la democracia. Obviamente que durante la dictadura pasaba».
«La estrategia de Novoa de seguir negando todo, sin importar quién, tratando de mentirosa a la ex jefa de prensa es la estrategia de un cobarde. Solo un cobarde puede culpar a profesionales utilizados con fines mezquinos», concluyó.