Cuatro meses han pasado desde la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa,México, y no hay avances en la indagatoria sobre el paradero de estas víctimas. Presumiblemente asesinados e incinerados, los familiares no logran ni siquiera saber donde están los cuerpos. Esta semana, un nuevo golpe les llegó desde Austria. La Procuraduría General de la República (fiscalia) le informó a los parientes: que no fue posible realizar un perfil genético a los restos enviados a la Universidad de Innsbruck, Austria, que se presume pertenecen a algunos de los 43 estudiantes desaparecidos
La versión de la PGR es que los jóvenes, estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, fueron asesinados y sus cuerpos incinerados en un basurero del municipio de Cocula, vecino a Iguala. Por eso los restos encontrados en ese lugar se enviaron al Instituto de Medicina Forense de Innsbruck para buscar una identificación genética, que no fue posible por el momento. El informe de los científicos que analizaron 16 muestras de hueso concluye que no hubo resultados «prometedores» para la tipificación mitocondrial del ADN.
La PGR, sin embargo, informó que se realizará otra prueba con «una tecnología novedosa» llamada Secuencia Masivamente Paralela, que puede resultar útil para realizar una identificación positiva. El método, sin embargo, supone el riesgo de que los restos se consuman sin encontrar la información genética. Este procedimiento puede tardar al menos tres meses.
Además del dolor de las familias de los desaparecidos, existe gran malestar en toda la ciudadanía mexicana, por la forma en que el Gobierno ha llevado la investigación de este caso. Aún cuando hay más de 70 policías presos y los acusados de ser instigadores de la tragedia – el ex alcalde de Iguala y su mujer – también están en la cárcel, se desconocen los pasos que se han dado y no existe una versión oficial de lo ocurrido.
El abogado de los familiares de los estudiantes desaparecidos, Vidulfo Rosales, declaró que las autoridades no cumplieron el acuerdo de informar primero a los padres de cualquier avance en la investigación. Tampoco se solicitó permiso para realizar la nueva prueba científica a los restos, y arriesgarse a que se pierdan por completo.»Eso va a impactar en la creencia de los padres de familia, la mayoría son campesinos, indígenas y en sus tradiciones el tema del duelo es muy simbólico», dijo. Para ellos «es muy importante tener aunque sea un pequeño resto, aunque sean cenizas y no tenerlo los va a impactar. La PGR debió consultarles, pedir el parecer de los familiares pero no lo hizo».