El Mercurio no tolera ni que «las cosas cambien para que todo siga igual». El editorial «Riesgo para los medios de comunicación» (1), del 30 de julio, acepta que el próximo gobierno será encabezado por Michelle Bachelet, pero advierte riesgos «chavistas» y «kirchnerianos» para los medios de información en su breve agenda programática, llamada «Compromisos para el Chile que queremos» (2).
El diario de Agustín Edwards advierte graves peligros para su negocio informativo porque los Compromisos de Bachelet recogen aspiraciones propias del actual «giro a la izquierda» de la sociedad chilena. Ese giro es percibido por todo el espectro y explica también la crisis de los dos partidos de la derecha más extrema, Renovación Nacional (RN) y Unión Demócrata Independiente (UDI), cara civil más dura del pinochetismo.
Las «amenazas» que alude el diario de Edwards son los mismos lineamientos críticos que Bachelet levantó en 2005 sobre la concentración «en pocas manos» de la propiedad mediática, olvidados en su gobierno de 4 años (3).
La concentración de la propiedad mediática, edificada en sus orígenes por el neoliberalismo cívico-militar, ahora es más acentuada que en 2005. Comprimió la tenencia de diarios, radio y televisión Compromisos en las mismas «pocas manos» que controlan el PIB y la economía.
El ciudadano común percibe la concentración del capital en diferentes áreas de bienes y servicios de primera necesidad, como el control monopólico de tres cadenas de farmacias dominantes que se coluden para subir los precios, otros tres conglomerados de supermercados, la única línea aérea internacional privada (que nació como esfuerzo del Estado), la energía eléctrica controlada por Endesa España y, entre otros, el grupo Matte, y hasta un holding de carnicerías que cría vacas en tierras propias.
El Mercurio busca que la candidata de «Nueva Mayoría» modifique el perfil «chavista» y «kirchnerista» que atribuye a sus lineamientos programáticos porque da por hecho que ganará el 17 de noviembre.
El diario de Edwards teme no sobrevivir mucho tiempo más como cabeza del duopolio que ejerce con el consorcio Copesa-La Tercera de Álvaro Saieh, en un control sin contrapeso del mercado nacional de información escrita y sustentando la misma línea editorial pro-neoliberal.
El editorial proclama la visión de Edwards sobre la sociedad y el derecho a la información, apelando sin asco a mentiras para afianzar sus privilegios. Muestra desagrado por la formulación bacheletista por «un Chile más inclusivo e igualitario, donde prevalezcan la justicia social y la igualdad, se ponga fin al abuso, se fortalezcan los derechos políticos, civiles y sociales, y se cimenten las bases de una nueva convivencia social».
Tampoco le agradan los «ejes en torno a los cuales se quiere construir ese nuevo Chile (…) la participación, la reforma tributaria, la inserción internacional, la reforma constitucional y política, los derechos sociales (con énfasis en educación y salud), la reforma laboral, un nuevo modelo de desarrollo económico y la descentralización».
Lo más malo para El Mercurio es que «el concepto que cruza todo este documento es el de derechos sociales garantizados con el Estado como el gran organizador del esquema de convivencia ciudadana».
El diario, «implícitamente, pero de modo inequívoco, (…) percibe un manto de sospecha sobre las iniciativas privadas, que desde su perspectiva (la de Bachelet) serían el germen de la desigualdad, el abuso y la desprotección.
Nada de lo anterior sorprende demasiado –añade– en cuanto corresponde a la visión de izquierda tradicional —con ostensibles semejanzas con ideas en boga en los años 60 del siglo pasado—, aunque sí llama la atención que se la enarbole ahora, tantas décadas después de haber sido ella abandonada por los países avanzados, y ciertamente por la propia Concertación, que en su hora practicó una renovación efectiva y, a diversos respectos, exitosa».
El editorial llama «izquierda tradicional» a la alianza Concertación/Nueva Mayoría, reconociéndole que en 20 años «practicó una renovación efectiva y, a diversos respectos, exitosa».
El Mercurio percibe ahora como amenazante la retórica mediática de Bachelet:
«No obstante, vista la dramática experiencia de los medios de comunicación en pases latinoamericanos que siguen el modelo chavista, así como lo ocurrido con ellos en la culta Argentina bajo el kirchnerismo, no cabe subestimar el peligro envuelto en lo que se anticipa respecto del ‘derecho a una información plural, veraz y transparente, lo que nos lleva a luchar por establecer las condiciones para democratizar el actual sistema de medios de comunicación, que ha permitido concentrar en pocas personas o empresas, nacionales o extranjeras, el control de los medios de comunicación masivos’».
La frase que más atemoriza al diario es ésta:
«También resulta necesario incentivar en los medios de comunicación tradicionales un auténtico pluralismo, tanto en los contenidos como en la propiedad».
Para el editorial, «el lenguaje utilizado deja en la sombra a qué medidas daría lugar lo anterior. La referencia al control de los medios de comunicación masiva por pocas empresas y la necesidad de incentivar el pluralismo en la propiedad de los mismos no aclara si se quiere modificar el régimen de propiedad privada de dichos medios, o mantenerla, pero hacerla más ‘plural’.
¿Y qué significa exactamente ‘democratizar’ los medios? ¿Forzar la entrada de otros propietarios a los medio actuales o impulsar desde el Estado nuevos medios con nuevos propietarios? ¿Cómo aseguraría eso la pluralidad de contenidos que se dice pretender?»
Para El Mercurio, «diseñar políticas públicas sólo mediante aspiraciones —como se hace repetidamente en este documento— trasunta más un voluntarismo, que parecía superado, que una reflexión detenida sobre cómo abordar los complejos problemas de la sociedad moderna. Y es notorio que lo anterior parece tener por blanco a la prensa, ya que en los demás medios el holgado predominio de la izquierda es evidente, y no se advierte cuánto más pudiere él expandirse, sin excluir del todo el pluralismo que se postula».
En conclusión, «en materia de medios de comunicación, como en varias otras, este documento abre inquietantes incógnitas y dudas, que en su momento deberán ser sopesadas por la candidata Bachelet con una mirada más global, capaz de distanciarse de los parámetros de un modelo chavista para los medios, en un área tan sensible para la democracia real».
Como en la óptica mercurial «es notorio» que la prensa escrita sería el blanco de la retórica del breve documento, «ya que en los demás medios el holgado predominio de la izquierda es evidente», surgen dos preguntas: ¿Cuál izquierda? y ¿cuáles «demás medios»?
La Nueva Mayoría/Concertación está en la picota como la nueva cara de la derecha y goza de apoyo y comprensión en la gran empresa. Para los movimientos sociales, como el de los estudiantes, gobernó 20 años ignorando las demandas de los ciudadanos y promoviendo la desmovilización de organizaciones sociales.
La mayor paradoja política actual ha sido la entronización de las demandas y movimientos sociales precisamente en estos últimos 4 años de gobierno de la derecha-derecha. Resulta elemental que la neo derecha recoja algunas de esas banderas para capturar votos y «cambiar las cosas a fin de que todo siga igual», filosofía que también acoge el bloque contrario –RN/UDI- y proclamó en 1964 el proyecto Revolución en Libertad, triunfador en las urnas porque la derecha-derecha retiró a su candidato Julio Durán (PR) para apoyar al DC Eduardo Frei Montalva (1964-1970) y frustrar el tercer intento presidencial de Salvador Allende.
Radiografía de la tele
«Los demás medios» incluyen la televisión abierta de alcance nacional, donde existe este panorama:
– TVN, Televisión Nacional de Chile, la televisión pública que no recibe financiamiento del Estado sino que la sustenta el mercado publicitario y la dirige el duopolio político Alianza por Chile/Coalición por el Cambio (RN-UDI) y Concertación/Nueva Mayoría mediante cuoteo de los cargos directivos entre los partidos representados en el Congreso. También posee el cable canal de noticias 24 horas, que compite con CNN-Chile.
– Chilevisión, Canal 11, ex Canal 9 de la Universidad de Chile, fue vendida en agosto 2010 en 167 millones de dólares por el presidente Sebastián Piñera –quien gobernaba el país desde marzo– a Turner International II Limitada, filial del mega grupo estadounidense Time Warner AOL. También había mostrado interés en la estación el grupo Bethia, ligado a Liliana Solari y al retail financiero Falabella. En septiembre 2004 Piñera compró la estación en 24 millones de dólares, al millonario venezolano Gustavo Cisneros, quien desechó una oferta de Agustín Edwards. Y conservó las 8 radio emisoras más rentables.
– Canal 13 de TV de la Universidad Católica, desde agosto 2010 pertenece en 67% al grupo Luksic, que adquirió esos 2/3 en 55 millones de dólares. El grupo más poderoso del país, con 17.400 millones de dólares en 2013 (en 2011 registró más: 19.200 millones), según la encuesta de revista Forbes, de EEUU. A través del holding Quiñenco, opera en el sector financiero e industrial de diversos países latinoamericanos y controla Banco de Chile, Telefónica del Sur, Madeco y Compañía de Cervecerías Unidas (CCU), entre muchas otras empresas. Pero su fortaleza proviene de la gran minería del cobre, a través de Antofagasta Minerals.
– Megavisión, Canal 9, que originariamente pertenecería a la Universidad Técnica del Estado (hoy USACH) como Canal 11, cuando la TV era exclusivamente actividad universitaria (antes del golpe de 1973), con la dictadura cayó en las manos de Ricardo Claro, fallecido en 2008, dueño Elecmetal, Viña Santa Rita, Cristalerías Chile, Sudamericana de Vapores y otros grandes negocios que los herederos consolidaron bajo la matriz CristalChile. En diciembre 2011 Bethia/Solari/Falabella pagó al Grupo Claro (Cristalchile) 173,5 millones de dólares por Megavisión, 143,5 millones por la estación, más 30 millones por la caja disponible en Mega. La transacción incluyó tres filiales de la televisora: Radio FM 95,3, que compraron en 2011 y que rebautizaron como Candela; ETC TV, canal de temáticas infantiles; y el fondo de inversión publicitaria Cingo.
– La Red, Canal 4 de televisión abierta, emergió en enero 1990, cuando la saliente dictadura ofreció a privados la concesión y operación de diez emisoras a nivel nacional. En sus primeros 9 años tuvo diversos propietarios locales asociados, entre otros Álvaro Saieh y Copesa. En 1998, la mexicana TV Azteca, del millonario Ricardo Salinas Pliego, adquirió el 75% en 10 millones de dólares, mientras Copesa compraba el 25% en 3 millones. A fines de 1999, el Grupo Albavisión, del empresario mexicano Remigio Ángel González González, quien reside en Miami, pagó 15 millones de dólares a TV Azteca por su participación. González posee 20 estaciones de TV y 120 emisoras de radio en América Latina, entre otras los 4 canales de TV abierta de Ciudad de Guatemala y Canal 9 de Buenos Aires. En Chile, desde fines de 2005 posee, además, Telecanal, ex Canal 2 Rock & Pop. Aunque la ley permite la propiedad de un solo canal a un extranjero, González tiene dos. También es el dueño de Radio Austral.
– CNN Chile, canal de noticias por cable de cobertura nacional, que transmite 24 horas al día información y noticias sobre Chile y el mundo, cuyo manejo resulta generalmente sesgado por los criterios editoriales de CNN Atlanta. Fundado en 2008, CNN tiene alianzas con Radio Bio Bio, La Tercera, Diario Financiero, Revista América, Red de Diarios Ciudadanos y 12 canales regionales de TV. Sus propietarios son Turner Broadcasting System (CNN), filial de Time Warner, mega grupo mediático de EEUU, y VTR GlobalCom, monopolio absoluto del cable por fibra óptica en Chile, 80% de propiedad de Liberty Global de EEUU (CEO: John C. Malone) y 20% de Corp Rec S.A., del grupo Álvaro Saieh (Chile).
VTR provee servicios de Internet banda ancha, TV por suscripción, telefonía residencial a través de cable y el protocolo VoIP (Telefonía IP), y telefonía móvil desde 2009, cuando se adjudicó uno de los tres segmentos de 30 MHz en la banda de 1700/2100MHz.
Panorama en radiodifusión
– En el mundo de la radio domina el grupo hispano Prisa que a través de los holdings Unión Radio, Ibero Americana Radio Chile y otras razones sociales controla 11 emisoras, que incluyen a las más rentables del mercado y cuyos formatos reproducen casi 200 estaciones del país: ADN (Actualidad, Deportes, Noticias), Concierto, Corazón, 40 Principales, Futuro, Imagina, Radio Uno, RadioActiva, Radio FM Dos, Rock & Pop y Pudahuel.
– El Grupo Dial, de Copesa/Álvaro Saieh, controla las radios Duna, Beethoven, Zero, Disney, Paula y Carolina.
– Radiodifusión SpA o 13 Radios, conglomerado radiofónico de Canal 13 SpA, controlado mayoritariamente por el grupo Luksic asociado con Empresas UC, tiene las emisoras Play FM, Sonar FM, Oasis FM y Top FM.
– El Grupo Bezanilla posee las radios Infinita, FM Tiempo y Romántica FM.
– Compañía Chilena de Comunicaciones (de “sensibilidad” DC) es propietaria de radios Cooperativa y Universo.
– Radio Bío-Bío, emisora de cobertura nacional oriunda de Concepción, propiedad de la familia Mosciatti, combina noticias, música y deportes, y se destaca por su perfil independiente, sin vínculos con otras organizaciones y empresas. Tampoco está afiliada a la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI).
El poder de El Mercurio
La corporación mediática de Agustín Edwards posee 23 diarios a lo largo del país, cada uno con su propio portal Internet:
– El Mercurio, diario de Santiago, de circulación nacional
– Las Últimas Noticias, diario de Santiago, de circulación nacional.
– La Segunda, vespertino de Santiago de circulación en la zona central y en el resto del país al día siguiente.
– Hoy x Hoy, diario de distribución gratuita en Santiago.
– La Estrella de Arica
– La Estrella de Iquique
– El Mercurio de Calama
– La Estrella del Loa, Calama
– El Mercurio de Antofagasta
– La Estrella de Antofagasta
– La Estrella de Tocopilla
– El Diario de Atacama, Copiapó
– El Mercurio de Valparaíso
– La Estrella de Valparaíso
– El Líder de San Antonio
– Crónica, Chillán
– El Sur, Concepción
– La Estrella de Concepción
– El Austral de La Araucanía, Temuco
– El Austral de Los Ríos, Valdivia
– El Austral de Osorno
– El Llanquihue, Puerto Montt
– La Estrella de Chiloé, Castro
Radioemisoras de El Mercurio
La Red de Radioemisoras DigitalFM.cl comprende 13 estaciones FM locales en 13 ciudades importantes (sólo no hay señal “de aire” en Santiago) y señal Internet en 13 urbes (no hay señal Internet en Talca) bajo el dominio www.digitalfm.cl:
– Arica (FM 104.1)
– Iquique (FM 99.1)
– Calama (FM 89.5)
– Antofagasta (FM 97.1)
– Copiapó (FM 89.9)
– La Serena (FM 97.7)
– Valparaíso (FM 94.9)
– Santiago (sólo señal Internet, http://digitalfm.cl/)
– Talca (sólo señal de aire, FM 105.5)
– Concepción (FM 88.1)
– Temuco (FM 103.9)
– Valdivia (FM 89.5)
– Osorno (FM 107.7)
– Puerto Montt (FM 98.3).
Cobertura total: 14 ciudades
Portales Internet:
– Emol.com, portal de noticias de El Mercurio, con información nacional de las fuentes propias de la cadena e información internacional de diarios asociados como El Nuevo Herald (Miami), El Tiempo (Colombia), El Mundo (España), El Comercio (Perú), El País (Uruguay) y El Universal (México), entre otros.
– www.SoyChile.cl, portal-agencia de noticias con corresponsalías en las 14 ciudades en que la cadena El Mercurio posee 19 diarios:
– Arica (www.soyarica.cl)
– Iquique (www.soyiquique.cl)
– Calama (www.soycalama.cl)
– Antofagasta (www.soyantofagasta.cl)
– Copiapó (www.soycopiapo.cl)
– Valparaíso (www.soyvalparaiso.cl)
– San Antonio (www.soysanantonio.cl)
– Chillán (www.soychillan.cl)
– Concepción (www.soyconcepcion.cl)
– Temuco (www.soytemuco.cl)
– Valdivia (www.soyvaldivia.cl)
– Osorno (www.soyosorno.cl)
– Puerto Montt (www.soypuertomontt.cl)
– Castro (www.soychiloe.cl).
Notas:
1) Editorial de El Mercurio, 30 de julio 2013:
http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2013-07-30&PaginaId=3&BodyID=1
2) Ver «Compromisos para el Chile que queremos» en http://www.ical.cl/wp-content/uploads/Documento-Programa-Oposici%C3%B3n-29-de-enero.pdf
3) Ver http://www.voltairenet.org/article126794.html
(*) Periodista y escritor chileno.