Cualquiera que escuche la conversación completa entre el ex gerente de algunas de las empresas Penta, Hugo Bravo, con uno de los dos líderes de ese grupo empresarial, Carlos Eugenio Lavín, grabada por el primero y aportada como prueba en un juicio laboral contra sus ex empleadores comprende que las declaraciones del Fiscal Jefe de la zona oriente de Santiago, Alberto Ayala, son, aparte de un despropósito, sospechosas porque si bien se entiende que el delito investigado por el Fiscal Carlos Gajardo es fraude tributario, los delitos que aparecen configurados en el documento de audio no son menores en gravedad, y en todo caso ameritan por sí mismo una investigación de oficio, relativa al financiamiento ilegal de campañas políticas, sin perjuicio del fraude al fisco y evasión tributaria. Saque usted sus propias conclusiones, porque puede escuchar completa la grabación, a continuación.
En la primera parte de la conversación, Lavín le informa a Bravo acerca de cuan tensa está la situación al interior del grupo, y luego trata de sacarle información sobre sus comparecencias ante el fiscal Gajardo. En esa parte, Lavín dice que los políticos estan «cagados de susto», y que lo que viene es un gran «cagazo político», con su correspondiente ley del empate: «si vos me cagai a mí yo te cago a ti, porque están todos los hueones metidos hasta las masas”.
Enseguida, viene una detallada cuenta de Bravo acerca de los dineros traspasados ilegalmente a políticos de la UDI. Aparecen mencionados Pablo Longueira, Laurence Golborne, Iván Moreira, Jovino Novoa, Ena von Baer, Pablo Zalaquett y Ernesto Silva. También Evelyn Matthei, si bien en el caso de ésta ambos concuerdan que se trató de aportes a través del Servicio Electoral, y por tanto lícitos, lo que demuestra la prístina claridad de que los otros eran ilícitos.
En esta parte de la conversación, llama profundamente la atención el desorden en el manejo de miles de millones de pesos, lo cual, en definitiva significa perjuicio directo a los accionistas minoritarios de empresas Penta.
Luego, Hugo Bravo hace una lacrimógena declaración de sus calamidades, producto de la «persecusión» del Fiscal Gajardo. En esta parte del audio, ambos personajes perpetran una interpretación muy propia de la derecha y la elite chilena, acostumbrada durante decenios a la impunidad. No es que ellos hayan cometido delitos, y muy serios, ni que los hayan sorprendido casi con las manos en la masa. Lo relevante para ellos es que este «gallo» en referencia a Gajardo, está investigando con ese celo, porque busca notoriedad y publicidad.
Enseguida viene una descripción de una serie de manejos internos, tales como triangulaciones de dinero y pagarés, detalle que revela la asiduidad con que utilizaban esos mecanismos, los cuales, con total certeza, son usados por otros conglomerados funancieros hijos de la desregulación neoliberal. A modo de ejemplo, Bravo reconoce que Penta le entregó información falsa a Deloitte, la auditora que revisa los estados financieros del grupo. Ese solo hecho da para una investigación aparte.
Inmediatamente después tratan de hacer un balance de daños, cruzando información.
Finalmente, viene la queja de Bravo sobre lo abandonado que se siente, en especial por «Felo» y el «Choclo» y asegura que en el único en quién confía es en Lavín.
En definitiva, una pieza excepcional para conocer no sólo los procedimientos de la elite chilena, sino también de su psicología profunda, su leve y lábil concepción valórica y las motivaciones que la mueven
Acá está la grabación completa
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