Por 55 votos contra 22, el Senado brasileño aprobó hoy someter a la mandataria Dilma Rousseff a un juicio político por un crimen de responsabilidad que, según sostuvo su abogado defensor, nunca cometió. La oposición de derecha reunió los dos tercios de los votos necesarios, por lo que ya está de antemano condenada. El pueblo brasileño pagará las consecuencias de esta gigantesca mascarada.
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Se quiere construir una tesis, una fantasía retórica para apartar de su cargo a una Presidenta democráticamente electa, denunció el titular de la Abogacía General de la Unión, José Eduardo Cardozo, previo a efectuarse la votación del pedido de impeachment después de una prolongada sesión de casi 18 horas de discursos.
Cardozo reiteró los argumentos que esgrimió desde que comenzó a analizarse la admisibilidad de la denuncia en la Cámara de Diputados, reiterando que no hubo operaciones de crédito con las llamadas pedaladas fiscales, ni los seis decretos suplementarios emitidos por Dilma alteraron la meta fiscal del año.
Hay complacencia del Legislativo en este proceso, que desde el inicio estuvo marcado por un pecado original: la amenaza y el chantaje practicados por el depuesto presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, subrayó.
El abogado defensor advirtió además que de aprobarse el pedido de juicio político sin que exista crimen de responsabilidad caracterizado convertirá a Brasil en la mayor república bananera del planeta.
Concluida la votación y oficializados sus resultados, el titular del senado Federal, Renán Calheiros, explicó que corresponderá al primer secretario de esa Casa,
Vicentinho Alves, entregar a la jefa de Estado la intimación en la cual se Le comunica de la instauración del impeachment.
Con posterioridad, será informado el vicepresidente de la República Michel Temer, quien asumirá la jefatura del Ejecutivo por el período de hasta 180 días que durará el enjuiciamiento de la mandataria.
Calheiros comunicó además que esta tarde la Mesa Directiva del Senado se reunirá con el titular del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, quien asumirá la presidencia del Senado para los fines del proceso de juicio político.
En el encuentro participarán también el jefe de la comisión especial de impeachment, Raimundo Lira, el relator Antonio Anastasia, así como los líderes partidarios. Para que fuera admitido el pedido de juicio político de la jefa de Estado, el parecer del relator debía recibir el voto favorable de la mayoría simple de los 81 legisladores.
Mas, en la etapa final del juzgamiento -cuando se definirá si Rousseff es culpable o no del delito que se le imputa- será requerido el respaldo de dos tercios de la cámara, o sea, 54 votos.rimen que no cometió, sostiene defensa
Se quiere construir una tesis, una fantasía retórica para apartar de su cargo a una Presidenta democráticamente electa, denunció el titular de la Abogacía General de la Unión, José Eduardo Cardozo, previo a efectuarse la votación del pedido de impeachment después de una prolongada sesión de casi 18 horas de discursos.
Cardozo reiteró los argumentos que esgrimió desde que comenzó a analizarse la admisibilidad de la denuncia en la Cámara de Diputados, reiterando que no hubo operaciones de crédito con las llamadas pedaladas fiscales, ni los seis decretos suplementarios emitidos por Dilma alteraron la meta fiscal del año.
Hay complacencia del Legislativo en este proceso, que desde el inicio estuvo marcado por un pecado original: la amenaza y el chantaje practicados por el depuesto presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, subrayó.
El abogado defensor advirtió además que de aprobarse el pedido de juicio político sin que exista crimen de responsabilidad caracterizado convertirá a Brasil en la mayor república bananera del planeta.
Concluida la votación y oficializados sus resultados, el titular del senado Federal, Renán Calheiros, explicó que corresponderá al primer secretario de esa Casa,
Vicentinho Alves, entregar a la jefa de Estado la intimación en la cual se Le comunica de la instauración del impeachment.
Con posterioridad, será informado el vicepresidente de la República Michel Temer, quien asumirá la jefatura del Ejecutivo por el período de hasta 180 días que durará el enjuiciamiento de la mandataria.
Calheiros comunicó además que esta tarde la Mesa Directiva del Senado se reunirá con el titular del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, quien asumirá la presidencia del Senado para los fines del proceso de juicio político.
En el encuentro participarán también el jefe de la comisión especial de impeachment, Raimundo Lira, el relator Antonio Anastasia, así como los líderes partidarios. Para que fuera admitido el pedido de juicio político de la jefa de Estado, el parecer del relator debía recibir el voto favorable de la mayoría simple de los 81 legisladores.
Mas, en la etapa final del juzgamiento -cuando se definirá si Rousseff es culpable o no del delito que se le imputa- será requerido el respaldo de dos tercios de la cámara, o sea, 54 votos.
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Dilma Rousseff : «golpe de Estado»
Para abrir el juicio político contra Rousseff bastaba con una mayoría simple, pero con este resultado, se rebasó el umbral de la mayoría calificada de dos tercios, 54 de los 81 senadores, que son necesarios para lograr la destitución definitiva al final del proceso.
Rousseff tuvo su primera reacción a través de las redes sociales y afirmó: «Es golpe».
La mandataria suspendida publicó en su perfil en Facebook unos vídeos de la intervención que esta madrugada hizo ante el Senado el abogado general del Estado, José Eduardo Cardozo, quien asumió su defensa durante el proceso.
Cardozo «destacó que se está cometiendo una injusticia histórica, en la que procedimientos como el derecho a la defensa, son usados para ofrecer legitimidad a un proceso que rasga la Constitución».
Según Rousseff, Cardozo «recordó que se usan pretextos jurídicos para sacar del poder a una presidenta legítimamente elegida, en una injusticia histórica».
En esa misma línea se pronunció el hasta hoy gobernante Partido de los Trabajadores (PT), que en un comunicado pidió a su militancia movilizarse y «resistir» al «ilegítimo» Gobierno de Michel Temer, hasta ahora vicepresidente y quien reemplazará a Rousseff al menos durante los próximos 180 días.
En las próximas horas, Rousseff será notificada oficialmente de la decisión del Senado y con eso estará en pleno vigor su suspensión del cargo, que sólo recuperaría si fuera absuelta en el juicio que se iniciará en la Cámara Alta y puede durar hasta seis meses.
Si finalmente fuera destituida, Temer completará el mandato que vence el 1 de enero de 2019.
El hasta ahora vicepresidente asumirá el lugar de Rousseff hoy mismo, sin ceremonias, debido a la condición de interino que ostentará mientras no se defina el futuro de la mandataria.
La decisión del Senado se fundamentó en presuntas maniobras fiscales irregulares en las que el Gobierno incurrió en 2014 y 2015, que le permitiero, presuntamente, «maquillar» sus resultados y presentar números mejores que los que habría mostrado la realidad.
Según el Gobierno, esas maniobras no pasaron de meras «faltas» administrativas habituales en la administración pública brasileña y no podrían constituir razones para la destitución de un mandatario, por lo que el proceso no es más que «un golpe de Estado», como ha defendido Rousseff en numerosas ocasiones.
La senadora Gleisi Hoffmann, cercana a Rousseff, consideró que las maniobras fiscales no son motivo suficiente para el «impeachment» y dijo que esto sería equivalente a «penalizar con pena de muerte una infracción de tránsito».
No obstante, muchos de los senadores que votaron a favor alegaron otros motivos, como el gigantesco caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, la grave crisis económica que atraviesa el país o por Rousseff haber faltado a sus promesas de campaña.
El abogado del Estado, José Eduardo Cardozo, también insistió en sus argumentos de que el «impeachment» carece sustento legal e indicó que si los senadores decidieran aprobarlo, «Brasil se transformará en la mayor república bananera del planeta».
Así llegó el día de gloria para Temer, del partido de centroderecha PMDB, quien fue hasta hace poco el número dos y escudero de Rousseff. Durante un tiempo su aliado, y ahora uno de sus principales enemigos. Tanto esperaba este momento que hace unos días divulgó accidentalmente un audio con el discurso que dirigiría a la nación en caso de que la mandataria fuera destituida.
Los mercados apuestan que Temer puede cambiar el rumbo de la economía del país. Pero el vicepresidente brasileño tiene una popularidad bajísima y enfrenta enormes desafíos, casi los mismos que hundieron a Rousseff y que están a punto de acabar con más de 13 años del PT.
La destitución definitiva de la presidenta requiere de dos tercios de los votos del Senado (54 de un total de 81 miembros). Si no se llegara a aprobar, Rousseff retomaría sus funciones, pero esto parece poco probable.
De Planalto a la Alvorada
A partir de este jueves, Rousseff dejará el Palacio del Planalto (sede del gobierno) y se dirigirá al Palacio de Alvorada, la residencia oficial, desde donde preparará su defensa.
Un año y medio después de iniciar su segundo mandato, la presidenta se ve suspendida del cargo con un 10% de popularidad, en medio de una grave recesión económica y un gigante escándalo de corrupción que ha manchado a buena parte de la élite del poder en Brasilia.
Increíble destino para esta mujer reelegida en octubre de 2014 por cuatro años, que llegó a tener 77% de popularidad al comienzo de su primer mandato, impulsada por programas sociales que sacaron a millones de la pobreza.
La mandataria no es blanco de ninguna investigación o acusación por corrupción. Pero tanto socios como rivales, muchos de ellos legisladores en funciones que votaron su juicio, son indagados o acusados en este inmenso escándalo que robó a Petrobras más de 2.000 millones de dólares.
Rousseff, quien desde el comienzo aseguró que nunca iba a renunciar, acusa a Temer de orquestar un «golpe moderno» en su contra y aduce que gobernantes de la oposición que la precedieron practicaban las mismas maniobras fiscales de las que se le acusa.
«Voy a luchar (contra la destitución) con todas mis fuerzas», prometió esta exguerrillera, torturada y encarcelada durante la dictadura militar (1964-1985).