Un grupo de senadores de la DC, RN, UDI, PPD y PS, encabezados por Patricio Walker, DC, y Juan Pablo Letelier, PS, se autodesignaron como Misión oficial y viajaron a Caracas a «observar» sus elecciones parlamentarias. O sea, parlamentarios de un Congreso desprestigiado y sin legitimidad se autoasignan una Misión Oficial de Observación electoral en Venezuela, a la que no han sido invitados.
El grupo es parte de un Senado muy desprestigiado por la corrupción y sin legitimidad. Con integrantes que vendieron sus conciencias a empresas para hacer leyes a medida y que aceptaron financiamientos millonarios e ilegales de los grupos económicos y sus empresas, las que luego cobran en leyes y tráfico de influencia.
Los parlamentarios viajeros son los mismos que se han reelegido usufructuando de un sistema binominal antidemocrático y que por años les ha favorecido solo a ellos.
Son los mismos que se suben los sueldos y los viáticos y ganan lo que no gana ningún parlamentario de ningún otro país de América Latina .
Ahora se arrogan y se autoasignan el papel de «observar» las elecciones en Venezuela sin haber sido invitados como acompañantes internacionales por el Consejo Nacional Electoral Venezolano, entidad que es un Poder del Estado autónomo del Ejecutivo, ni serán acreditados por nadie.
Viajan a Venezuela autoasignándose por sí y ante sí la calidad de una «Misión oficial», la que es claramente injerencista en los asuntos de ese país y más bien responde a las estrategias internacionales de agresión contra el gobierno socialista del Presidente Nicolás Maduro por parte de las internacionales como la UPLA de la derecha, la demócrata-cristiana ODCA y la socialdemocracia liberal (y cada vez más a la derecha) agrupada en la Internacional Socialista IS del lobbista ex premier español Felipe González y de la cual es integrante el PS de la senadora Isabel Allende.
Probablemente los casos más patéticos entre los senadores viajeros que se autoasignan la misión de observadores y «garantes democráticos» de las elecciones de otros pueblos como el de Venezuela, son el Presidente del Senado, Patricio Walker, DC y conspicuo dirigente de la contradictoria alianza de la Nueva Mayoría en el gobierno, quien con sus furibundos y permanentes ataques contra el gobierno del Presidente Maduro usa y abusa de su investidura como Presidente del Senado para provocar a ese gobierno, buscando escalar una tensión y conflicto diplomático entre Chile y Venezuela.
Al atacar al gobierno legítimo y democrático de Maduro, Patricio Walker y sus aliados callan y ocultan que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela estableció una herramienta democrática como el referéndum revocatorio. Un mecanismo democrático que Chile no contempla hoy ni tenía en 1973 cuando su partido la DC, apoyó activamente el cruento golpe militar en contra del gobierno del Presidente Salvador Allende y la Unidad Popular.
El otro emblemático es el senador Juan Pablo Letelier, quien bajo un falso discurso de imparcialidad ha sido un permanente crítico y opositor a los gobiernos socialistas de los Presidentes Hugo Chávez y luego de Maduro.
Letelier hace un uso abusivo y lamentable de su apellido citando como inspiración de su apoyo a la oposición venezolana a Orlando Letelier, su respetado padre ex canciller de Allende, quien antes de ser asesinado por ultraderechistas anticastristas en EEUU vivió en Caracas.
Estos senadores injerencistas que buscan además con sus viajes un protagonismo mediático que no tienen en Chile se comportan como bien dice el dicho popular, «mirando la paja en el ojo ajeno sin mirar la enorme viga que tienen en sus ojos».
A ellos se les suma un grupo de diputados, entre los que se encuentra el diputado PPD Daniel Farcas, el cuestionado ex directivo de la Universidad UNIACC vinculado a las denuncias de estafa a través de las becas Valech. Farcas, que dice ser de «centro izquierda» es un defensor permanente de los actos más belicistas y represivos del gobierno Israelí contra el pueblo Palestino, y apoyó con entusiasmo a la derecha con Macri en la Argentina, para desembarcar finalmente en Caracas junto al diputado RN Edwards, conocido junto a Jorge Tarud por sus sistemáticas declaraciones chauvinistas y guerreristas frente a nuestros vecinos.
Ambos diputados parecieran competir por atraer cámaras, focos y prensa para destacar su apoyo a las fracciones más ultras y golpistas de la oposición venezolana.
Cada uno de ellos tiene el derecho a expresar las opiniones ideológicas y políticas que deseen pero ninguno de ellos tiene derecho de pretender invocar y utilizar su condición y fuero como parlamentarios de un parlamento sin legitimidad y representatividad para involucrar a nuestro país en actos de inaceptable injerencia contra la democracia y soberanía Venezolana.
Que se saquen la careta y no se escuden inventando Misiones o fiscales del Senado que no existen y reconozcan que han viajado a Venezuela para apoyar a la oposición que encabeza la derecha, los EEUU y las internacionales partidarias respectivas a las cuales pertenecen, (UPLA, ODCA y IS) y que son parte activa de una estrategia internacional de desprestigio y de desestabilización contra el proyecto socialista y democrático que encabeza el Presidente Nicolas Maduro, el Polo Patriótico y el PSUV y que ha respaldado en los últimos años de manera democrática, activa y permanente la gran mayoría del pueblo venezolano.
(*) Secretario General del movimiento Socialismo Allendista