Los incendios que se producen en las edificaciones urbanas nunca son producto de eventos naturales imprevisibles. El incendio del hospital San Borja Arriarán no es la excepción.

Las causas que los producen son, siempre, lo que permanentemente hemos estado reclamando para estas y otras catástrofes: la falta de planificación, gestión y mantención.

La provisión de elementos energéticos y de servicios, mas el uso intensivo de estos, produce desgastes e inutilización.

En especial, tratándose de servicios que acumulan la presencia de seres vivos, como hoteles, centros de reunión y, muy especialmente, instalaciones de salud, como consultorios, clínicas y hospitales.

Esto, que parece de perogrullo, en Chile no se atiende con la dedicación y provisión de medios mínimos indispensables para evitar los riesgos y catástrofes que una planificación adecuada siempre será capaz de anticipar, como el reciente incendio del hospital «San Borja Arriarán», de Santiago.

Cuando en 1989 se formaron las comisiones programáticas para hacerse cargo de estas áreas en el gobierno de la concertación, debimos hacer acopio de la información requerida para levantar un diagnóstico del estado de los locales para atender las necesidades de la población.

Y, con sorpresa, pudimos comprobar que en 17 años la mayoría de éstos había caído en un estado mucho mas deplorable de lo que se presumía.

Dentro de los cuales, el área de salud destacaba por sus enormes carencias, ya que de un presupuesto mínimo de reposición y mantención de éstos, ni siquiera se había invertido en ellos la mitad de lo requerido.

No nos extraña, entonces, lo ocurrido en el hospital mencionado, que fue creado justamente para reemplazar al antiguo Hospital San Borja, que fue dañado por otra catástrofe similar en los años 60’s., pero que hoy ni siquiera tiene los medios indispensables para atender a los pacientes que recibe.

Lo cual, sumado a la incompetencia extrema del personal administrativo y de servicios que trabaja en nuestra salud pública, es la causa directa del riesgo permanente a que estos edificios están sometidos.

Por otra parte, la municipalización de la salud efectuada por la dictadura y mantenida hasta hoy, tampoco ha sido la solución a esta enorme desatención, pues sólo ha separado los tipos de atención que se requieren, lo cual ha aumentado la falta de sincronización característica en la administración pública chilena, que siempre cree solucionar estos problemas creando nuevos ministerios y servicios.

(*) Arquitecto.

Iván González Tapia (*)

El siguiente video muestra la magnitud del incendio

Este otro, muestra la destrucción interior causada´por el incendio.

En este audio, el testimonio de un médico del hospital, que por contraste, muestra el compromiso del personal de la salud pública, más allá de las reconocidas carencias materiales.

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