Más de 300 economistas, incluido Thomas Piketty Jeffrey Sachs, piden a los líderes mundiales que se reúnen esta semana en Londres que reconozcan que no existe ningún beneficio económico en los paraísos fiscales. Piden también que el velo de secretismo que los envuelve sea levantado.
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David Cameron acordó mantener esta reunión hace cerca de un año, pero la cita peligra porque el foco de atención ha cambiado después de que el Gobierno británico haya fallado a la hora de convencer a sus territorios de ultramar de que acaben con el almacenamiento de dinero secreto.
Las autoridades británicas están bloqueadas en las negociaciones con las dependencias de la corona y los territorios de ultramar. Tratan de convencerles de que, de manera automática, compartan información sobre el beneficio real de las empresas. Por el momento, los territorios de ultramar solo se han puesto de acuerdo con los organismos de control británicos para que tengan acceso a un registro privado de propiedad efectiva, pero un acuerdo de intercambio automático ofrecería la posibilidad a muchos más países de acceder a informaciones relativas a la propiedad de sociedades pantalla.
Muchos de los territorios de ultramar, incluidas las Islas Caimán, se resisten a la idea y su participación en la cumbre está en duda.
Además de Piketty, autor del bestseller El capital en el siglo XXI, participa una impresionante lista de economistas incluido Angus Deaton, especialista escocés ganador del Premio Nobel de Economía en 2015, y Ha-Joon Chang, respetado economista especialista en desarrollo de la Universidad de Cambridge.
También firman la carta Nora Lusting, profesora de economía latinoamericana en la Universidad Tulane, así como otros expertos influyentes que asesoran a los legisladores, como Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia y asesor del secretario general de la ONU Ban Ki-Moon, y Olivier Blanchard, antiguo economista jefe del FMI.
Los papeles de Panamá muestran «la ilegalidad masiva»
«El Reino Unido y Estados Unidos tienen que tomar la iniciativa para terminar con el secretismo de los paraísos fiscales», confirmó Sachs en el programa Today de la BBC. «A través de los papeles de Panamá vemos que son simplemente conductos que auspician la ilegalidad masiva, la corrupción, la evasión fiscal y otros actos infames. Tienen que acabar».
«Si el Reino Unido, Estados Unidos y la Unión Europea en su conjunto decidieran el jueves en Londres que ya ha sido suficiente… podría producirse un cambio excepcional en muy poco tiempo». Pero Sachs prevé que los líderes mundiales cederán a la presión de los ricos y descartarán implementar reformas significativas.
La banca alemana niega responsabilidad en los paraísos fiscales revelados por los medios
«Creo que los gobiernos no quieren hacer demasiado realmente porque sus poderosos partidarios, ya sean los de la City de Londres o los que están en Wall Street, están luchando con todas sus fuerzas para mantener esos resquicios abiertos… Es un sistema que ha sido creado para el provecho de la clase rica y empoderada», argumenta el especialista. «No hay mejor ejemplo de cómo los ricos y los poderosos controlan las palancas financieras que los paraísos fiscales».
En total, 47 profesores de universidades británicas, entre las que se encuentran Oxford y la Escuela de Economía de Londres, han firmado la carta. El documento sostiene que la evasión fiscal debilita tanto a las economías desarrolladas como a las que están en vías de desarrollo, además de producir desigualdad.
«Los territorios que permiten ocultar capitales en empresas pantalla o que favorecen la obtención de beneficios a empresas que no operan allí, distorsionan el curso global de la economía», aseguran los economistas firmantes.
Se necesitan nuevas normas globales
Para contrarrestar esta situación, instan a los gobiernos a que acuerden nuevas normas globales que exijan a las empresas a informar públicamente sobre sus operaciones tributarias en todos los países en los que operan. También piden que todos los territorios revelen informaciones sobre los propietarios reales de las compañías y conglomerados empresariales.
Llevar a cabo un esfuerzo coordinado por la Unión Europea está ahora en juego. El objetivo es exigir a las empresas que declaren allí donde producen sus beneficios y asegurar que los impuestos se pagan allí en vez de en el país en el que son declarados.
«Los paraísos fiscales no aparecen por casualidad», protesta duramente Sachs contra el primer ministro británico. «Las Islas Vírgenes Británicas no se convirtieron en ocultos paraísos fiscales por sí mismas. Estos refugios tributarios son escogidos deliberadamente por los principales gobernantes, especialmente de Reino Unido y Estados Unidos, en colaboración con las mayores instituciones financieras, legales y jurídicas que mueven el dinero».
«El abuso no es solo impactante, sino que nos mira directamente a la cara. No necesitábamos los papeles de Panamá para saber que la evasión fiscal a través de los paraísos es generalizada, pero podemos decir que el sistema abusivo global necesita terminar a toda velocidad. Eso es lo que se entiendo como un buen gobierno bajo el compromiso global del desarrollo sostenible».
Más de la mitad de las empresas creadas por Mossack Fonseca, bufete de abogados desde el que se filtraron los papeles de Panamá, fueron constituidas en los territorios británicos de ultramar como las Islas Vírgenes Británicas.
«Encargarse de los paraísos fiscales no será fácil; hay poderosos intereses particulares que se benefician del status quo. Pero fue Adam Smith el que dijo que los ricos «deben contribuir al gasto público, no solo en proporción de sus ingresos, sino en algo más que esta proporción», explican los especialistas. «No hay una justificación económica para seguir permitiendo la continuidad de los paraísos fiscales, que son lo contrario a esa afirmación».
Oxfam, que ha coordinado la carta, recomienda al Gobierno de Reino Unido que intervenga para garantizar que los territorios offshore británicos siguen sus directrices de introducir un completo registro público que muestre quién controla y se beneficia de las compañías que están constituidas allí. Oxfam calcula que África pierde unos 10.000 millones de libras de ingresos fiscales anuales –suficiente dinero para pagar la asistencia sanitaria que podría salvar la vida de 4 millones de niños cada año y emplear a suficientes profesores como para escolarizar a todos los niños africanos.
«No basta con que la información sobre los propietarios de empresas ligadas a paraísos fiscales británicos solo estén disponibles para la Agencia Tributaria británica. Es necesario que esta información sea pública para asegurar que todos los gobiernos y todas las personas del mundo pueden reclamar el dinero que les deben y para poder exigir cuentas a los evasores de impuestos», concluye Mark Goldring, director ejecutivo de Oxfam Gran Bretaña.
Fuente: Alianza El Diario/The Guardian