La propensión de Piñera a comprarse conflictos innecesarios, errar de modo sistemático y hacer el ridículo mundial, no solo no disminuye con el tiempo, sino aumenta y gana en torpeza, como si se entrenara para lograr el cometido.
A título de escopeta, y evidentemente desinformado, acaso por su apetito ilimitado de luces y cámaras, arrambló de manera gratuita e innecesa contra el nuevo gobierno boliviano, al acusarlo sin pruebas y de manera en extremo genérica, de no respetar la independencia de los poderes en ese país.
Así, en entrevista con Andrés Oppenheimer, de CNN, el mandatario chileno, señaló:
«Creo que es muy importante que no puede ser que la justicia esté subordinada al gobierno de turno. En una verdadera democracia hay separación e independencia de poderes: Está el Poder Legislativo que hace las leyes, el Poder Ejecutivo que co-legisla y además aplica las leyes y está el poder judicial que tiene que resolver las legítimas disputas o diferencias dentro del marco de la ley».
Notable; ¿cómo habrá cachado?. A mayor abundamiento, agregó:
«Cuando hay un gobierno con un ex presidente que pudo haber estado preso, que es el presidente Evo Morales, y ahora hay otro gobierno donde la presidenta está presa, que es la presidenta Áñez, me parece que es una muestra de que la independencia y la autonomía de poderes no está funcionando como debiera».
Con eso demuestra que no entiende nada lo que se aparte de su estrecho prisma ideológico.
La Cancillería boliviana respondió con una elegante nota diplomática, que al amparo del principio de la no intervención, le sugiere implícitamente a Piñera: «limítese a velar por sus asuntos; con mucho peores que los del gobierno de Bolivia».
Conforme a su proverbial torpeza, el canciller chileno, Andrés Allamad, en lugar de arreglar el problema, lo relativizó:
«Las declaraciones del Presidente Piñera deben ser consideradas comentarios generales que, en definitiva, son aplicables a todas las democracias de la región».
Peor aún, por defender lo injustificable, cayó en una grosera contradicción:
«Esta semana ha sido la más auspiciosa en décadas para la relación bilateral de Bolivia y Chile».
¡Plop!
Es como si se afanaran, todos los días, en recordar por qué el de Piñera está considerado por la mayoría de los chilenos, como el peor gobierno de la historia, en el terreno donde más le duele, el de las encuestas.
En fin.
A Piñera no le faltará tiempo de arrepentirse de no retirarse a disfrutar de su fortuna, una vez terminado tambaleante, pero todavía indemne, su primer período de gobierno.
Fuentes de palacio sugieren que, tal como en la fábula del escorpión y la rana, está en su naturaleza.